ERC y la pregunta a las bases: posible alfombra roja para la investidura de Sánchez
La consulta anunciada por los republicanos pilló al principio a contrapié al PSOE, aunque luego se desdramatizó. Los morados también consideran que no tiene por qué enturbiar la abstención final
Sonaba a portazo. A golpe en la mesa y fin de la historia. Pero tras el impacto inicial, y analizada fríamente, la consulta convocada por la cúpula de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) a sus bases, para que hablen el próximo lunes, arrojaba briznas de esperanza al acuerdo para el PSOE y Unidas Podemos. Las dos formaciones acogieron con suma cautela el anuncio, esquivaron los pronunciamientos en público, aunque mandos de ambas fuerzas apuntaban que el referéndum exprés de los republicanos no tiene por qué hacer saltar por los aires la investidura de Pedro Sánchez. Todo lo contrario, podría enderezarla.
"¿Estás de acuerdo con rechazar la investidura de Pedro Sánchez si previamente no hay un acuerdo para abordar el conflicto político con el Estado a través de una mesa de negociación?". Esa fue la formulación elegida por la dirección para la consulta que celebrará el próximo 25 de noviembre de manera telemática, desde las 9:00 hasta las 20:00, y tras la cual se conocerán los resultados.
La redacción, en una primera lectura, sonaba alambicada y parecía adelantar que la investidura podría fracasar. Pero a la "perplejidad" y el susto iniciales que podían palparse en Ferraz en los primeros momentos, siguió una suerte de desdramatización, después de una interpretación más sosegada y hechas las oportunas aclaraciones. La posición oficial era la de "no comentar las decisiones internas de otros partidos", mientras que primaba el absoluto hermetismo entre aquellos más concernidos en las difíciles negociaciones que deberán armar la reelección del presidente en funciones. Pero otros dirigentes de la cúpula sí indicaban que ese referéndum de ERC podía ser una "oportunidad", precisamente por su ambigüedad y por su redacción deliberadamente genérica.
"La pregunta es muy abierta. Está hecha a medida para ganar el referéndum y al final hacer lo que convenga a la dirección", observan en el PSC
"La consulta es inocua, porque la pregunta es muy abierta. Está hecha a medida para ganar el referéndum y al final hacer lo que convenga a la dirección", indica un primer espada del PSC, que sabe interpretar las en ocasiones enrevesadas señales lanzadas por los republicanos, obligados a jugar una serie de equilibrios por su dura competencia en el campo independentista con JxCAT y la CUP. "Con ERC nunca se sabe ni se puede dar nada por hecho, porque siguen acomplejados con respecto a JxCAT, porque enseguida temen que les llamen 'botiflers' [traidores]", continúa esta fuente de primer nivel.
ERC presiona al PSOE con una consulta exprés e insiste en una mesa de negociación
JUANMA ROMERO
"¿Estás de acuerdo con rechazar la investidura de Pedro Sánchez si previamente no hay un acuerdo para abordar el conflicto político con el Estado a través de una mesa de negociación?"
Fluidez Calvo-Aragonès, Lastra-Rufián
En la expresión 'mesa de negociación' cabe todo, observaban en Ferraz. Desde la Comisión Bilateral Generalitat-Estado, que está contemplada en el Estatut y que reactivó el Gobierno de Sánchez en 2018 después de años parada, hasta las conversaciones que emprendieron los dos gobiernos al máximo nivel después de la declaración de Pedralbes de diciembre pasado, y que asumieron los vicepresidentes Carmen Calvo y Pere Aragonès y la ya 'exconsellera' Elsa Artadi.
El 'timing' de la consulta facilita que si las bases dan un sí, los republicanos tendrán las manos libres para negociar su apoyo a la investidura
De hecho, los contactos entre los número dos de ambos ejecutivos siguen existiendo. La relación entre Calvo y Aragonès es, por tanto, fluida, institucional, a diferencia de lo que ocurre entre Pedro Sánchez y Quim Torra, cortada de cuajo tras los disturbios en Cataluña a raíz de la sentencia del 'procés' porque el 'president' no condenó de manera clara los actos vandálicos, de los que sí se desmarcó con mayor rotundidad y desde el principio su 'vicepresident'. También está normalizada y es cordial la relación que mantienen los dos portavoces parlamentarios, Adriana Lastra y Gabriel Rufián. PSOE y ERC, pese a sus posturas discrepantes en materia territorial, tienen más fácil entenderse en cuestiones sociales.
Borrell elude valorar la posición de ERC con la consulta a su militancia
Tanto desde Podemos como desde su confluencia catalana, En Comú Podem, evitaron igualmente valorar la consulta exprés puesta en marcha por los republicanos, pero al mismo tiempo distintas fuentes de estas formaciones coinciden en que no tiene por qué perjudicar la formación del Gobierno de coalición. Más bien al contrario, entienden que todo queda abierto para la negociación que lideran Lastra y Rufián y que incluso podría despejar las presiones de los sectores más rupturistas del independentismo.
El 'timing' elegido para la consulta facilita que si las bases avalan con un sí la pregunta planteada —se espera un plácet masivo—, los republicanos tendrán las manos libres para negociar su apoyo a la investidura. Alcanzar un acuerdo y posteriormente someterlo a votación crearía una incertidumbre mucho mayor, puesto que posiblemente no cumpliría las expectativas generadas en las bases, más ideologizadas y menos pragmáticas, al tener que ceder ambas partes. Además, 'cupaires' y posconvergentes tendrían un mayor margen para ejercer sus presiones y condicionar el resultado de dicha consulta si se realizase ya con el acuerdo definido.
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JUANMA ROMERO
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El problema, el relator
Un escenario probable, debido a que en la consulta ERC vincula su apoyo a la investidura de Sánchez a que se abra la citada mesa de negociación, que podría sustanciarse entre las instituciones estatales y las catalanas o bien entre partidos. Ni se exige la amnistía, como se reclamó tras la sentencia del 'procés', ni tampoco indultos para los dirigentes presos. Ni siquiera la celebración de un referéndum pactado con el Estado. Ni tampoco se dice que sea una negociación "entre iguales", ni que la tutele un relator, palabra maldita y "tóxica" para el PSOE después de que el Ejecutivo aceptara esa figura en las fallidas conversaciones para los Presupuestos del Estado y que siguieron a Pedralbes. Sánchez no se cerró de plano a una mesa de negociación hace una semana, aunque probablemente tendría más difícil transigir con un relator/coordinador/mediador, porque supondría admitir una especie de conflicto entre dos Estados, cuando para los socialistas la de Cataluña es, primero, una "crisis de convivencia", ahora redenominada "crisis política" para rebajar el tono con el separatismo tras la campaña y lograr atraerse a ERC.
Las exigencias de ERC serían de mínimos: no pide negociar entre iguales, ni la amnistía, ni el indulto a los presos del 'procés' ni un referéndum
Las exigencias de ERC, por tanto, serían de mínimos para el sector más rupturista que ahora encarnan la CUP y Junts per Catalunya para evitar que los republicanos se conviertan en hegemónicos dentro del bloque independentista, sobre todo con el adelanto de las elecciones catalanas planeando ante la previsible inhabilitación de Torra por desobediencia. La posición marcada en la consulta de vincular el acuerdo a que se abra una mesa de negociación incluso podría encajar en el punto nueve del preacuerdo del Gobierno de coalición progresista firmado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. En este, se recoge que "se fomentará el diálogo en Cataluña, buscando fórmulas de entendimiento y encuentro, siempre dentro de la Constitución".
Los republicanos parecen dispuestos a hacer valer su posición de fuerza y negociar paso a paso a lo largo de la legislatura que se abre, pero para ello tienen que tener enfrente a un interlocutor para el que es necesario sacar adelante la investidura. Torra, por su parte, anunció que el mes próximo se volvería a reanudar la actividad de la mesa de partidos catalanes después de meses suspendida. A ella no se adhirieron PP, Ciudadanos y CUP.
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Además, la votación entre las bases de ERC servirá de aval una vez se constituyan el Congreso y el Senado. En los contactos iniciales entre ERC y el PSOE, la abstención en segunda vuelta ya se ha planteado como la posibilidad que más beneficia a todas las partes, porque evita ir a terceras elecciones. Si los socialistas amarran 169 apoyos (los de PSOE, UP, Más País, PNV, PRC, BNG, ¡Teruel Existe! y Coalición Canaria-Nueva Canarias), necesitarían la abstención en segunda ronda de los 13 diputados de ERC o, alternativamente, el sí de los 10 parlamentarios de Cs.
En la mesa, se podría hablar de todo, pero el PSOE se podría permitir el lujo de no comprometerse a nada. Y entonces se fijará el precio de la investidura
Pero para ser investido, Sánchez tendrá que aceptar la creación de esa mesa de diálogo que será avalada por las bases de los republicanos. En ella, se podría hablar de todo, pero los socialistas se podrían permitir el lujo de no comprometerse a nada. A partir de aquí, se fijará el precio de la investidura. Además, la jugada da todo el protagonismo a ERC. Aunque JxCAT se integre en la mesa de negociación, el protagonismo y el poder lo tendrá Oriol Junqueras, que es quien tiene la llave de la investidura, según la aritmética parlamentaria.
En Ferraz asumen, por tanto, que no es este el peor de los escenarios, y que ERC podía haber optado por una posición mucho más dura e imposible de aceptar para Sánchez. "Ellos necesitan hacer algo, conseguir algo. No creo que esté todo perdido. Al principio, pensamos que todo se rompía, pero luego...", concedía un miembro del aparato federal. Luego puede que se abran las puertas de la investidura. A eso parece apuntar ERC, pero certidumbres, ninguna.
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