La España vacía vuelve al bipartidismo
Las circunscripciones más despobladas reforzarán al PP, desnudarán a Ciudadanos y apenas castigarán al PSOE
Elecciones generales 10-N: última hora de la campaña electoral, en directo
Qué ocurrirá el 10 de noviembre en las pequeñas provincias que el pasado abril más penalizaron la división de la derecha? Se trata de 16 circunscripciones –18 si también se incluyen Álava y Lleida– que reparten entre tres y cuatro escaños. La respuesta a esa pregunta explica la aparente resistencia de los socialistas pese al leve retroceso que les otorgan los sondeos y, en paralelo, confirma el previsible despegue del PP.
En realidad, la división de la derecha perjudicó el 28 de abril sobre todo al PP, que perdió en esas provincias más de una decena de escaños que, con otra correlación, habrían caído de su lado. ¿Adónde fueron a parar esos escaños? La comparación con la cita electoral del 2016 lo aclara. En los comicios del 2019, el destino principal de los escaños que el PP había obtenido tres años atrás fue su principal competidor en el centro derecha, Ciudadanos, que se hizo con casi todos los diputados que cedieron los populares.
El 28-A la división de la derecha perjudicó al PP, que perdió en esas provincias más de una decena de escaños
Así ocurrió en seis de las ocho provincias que adjudican tres escaños. Solo en Cuenca el beneficiario fue el PSOE, mientras que en Huesca el PP no amplió su cosecha. Y en el caso de las provincias que reparten cuatro diputados, lo ocurrido fue similar. En seis de ellas, Cs fue el beneficiario directo de las pérdidas de los populares y sólo en Ourense el PP transfirió un escaño al PSOE.
La ampliación del cómputo socialista por esas provincias en el 2019 procedió, sobre todo, de Podemos. Fue el caso de Albacete, Burgos, León, La Rioja y Lugo. A partir de ahí, la tendencia que dibujan las encuestas ante la cita electoral del 10-N lleva a pensar que el PP recuperará casi todos los escaños que perdió en beneficio de Cs.
Es lo previsible en nueve de las 12 provincias de tres o cuatro diputados donde los populares cedieron diputados al partido de Rivera. Sin embargo, parece más difícil que el PP recupere los escaños que perdió en beneficio del PSOE en Cuenca y Ourense. Y los que cedió por Salamanca y Teruel en favor de Cs podrían fácilmente recalar ahora en el partido de Sánchez. El PSOE podría hacerse, además, con el diputado que Ciudadanos arrebató a Podemos por Huesca, el 28-A.
El balance más verosímil de este conjunto de readjudicaciones llevaría al PSOE desde los 123 diputados actuales a un máximo de 127, sin contar las pérdidas o ganancias en el resto de distritos. Y en el peor pero menos probable de los casos, los socialistas podrían perder hasta tres escaños en estas 16 provincias, lo que rebajaría su cómputo total a 120 (aunque también podrían ganar siete más y encaramarse a los 130).
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El PP, en cambio, sólo registrará ganancias en estas circunscripciones. Los populares parecen tener segura la adjudicación de nueve escaños más, lo que llevaría su actual cosecha de 66 a 75 gracias a los cambios en esas 16 provincias. Sólo una caída del PSOE superior a la que auguran los sondeos (o un avance mayor de los populares) permitiría al PP ampliar más sus ganancias.
En esa hipótesis, los populares se harían con un total de 35 de los 56 escaños que adjudican estas circunscripciones, frente a los 19 que cosecharon el 28-A. Y ese incremento los llevaría hasta los 82 diputados. El principal pagano del alza del PP sería Cs, que perdería todos los escaños (13) que obtuvo en estas 16 circunscripciones.
Esa merma dejaría al partido de Rivera con 44 diputados de los 57 que logró el 28-A. Por contra, ni Podemos ni Vox sufrirían ninguna afectación negativa en estas provincias por la sencilla razón de que no obtuvieron ningún diputado en ellas (aunque Vox podría arañar algún escaño de los que pierde Cs en Ávila o Albacete).
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