Oviedo pierde 3.653 habitantes en diez años
La Corredoria, el barrio más populoso de Asturias, continúa creciendo con medio millar de vecinos más en los dos últimos años
En la última década, Oviedo restó 3.653 vecinos. Pasó de 224.005 residentes en 2009 a los 220.352 actuales. Con todo, la pérdida de población es constante en la capital ya desde 2003, aunque hay brotes verdes. Este año se rompió la tendencia y la ciudad ganó 332 vecinos, según los números del Instituto Nacional de Estadística y el padrón municipal. Una cifra que no compensa la sangría demográfica sufrida, que azota a El Cristo, Buenavista o La Argañosa, principalmente.
El barrio más populoso de Oviedo y de toda Asturias, La Corredoria, que pertenece al distrito electoral número 6, se comporta prácticamente como una urbe independiente: de nuevo ha ganado población. 511 vecinos más que en 2017. Esta dinámica alcista está detrás, por ejemplo, de una de las principales reivindicaciones de los residentes: la construcción de un segundo instituto en el barrio. El único existente no tiene suficiente oferta. El número alumnos supera con creces el aforo máximo desde hace años, aunque la Consejería de Educación no ha revelado de manera oficial cuántos estudiantes están matriculados este curso.
El gobierno liderado por Adrián Barbón continúa con las gestiones para la construcción de un centro de Secundaria en la parcela anexa al colegio Carmen Ruiz-Tilve. Fuentes regionales concretaron que el arquitecto Jovino Martínez tiene hasta «enero» para entregar el proyecto. A partir de entonces se solicitará «la licencia municipal y arrancará la tramitación para el inicio de obra». El miembro de la Plataforma de Afectados por el IES de la Corredoria (PAIES), Héctor Castrillo, calcula, por su parte, que las obras no estarán terminadas «hasta 2023».
En el polo opuesto se encuentra El Cristo, que perdió 148 vecinos en dos años; Buenavista, con 105 residentes menos; y La Argañosa, con 101. Detrás está el traslado del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) a La Cadellada en 2014. El presidente de la asociación vecinal de la zona, Ramón del Fresno, dice que desde hace un lustro «185 locales» han cerrado sus puertas en El Cristo-Buenavista, que pertenecen al distrito electoral número doce y que suma 19.272 habitantes.
Nacio González, de la plataforma SOS Viejo Hospital, urge por su parte el «derribo de los edificios que no tendrán una segunda vida» y la construcción de un centro social en el parque del Truébano.
Montecerrao, en alza
Veinte son las zonas que arrojaron un saldo positivo respecto a los datos del año pasado. Montecerrao (distrito electoral doce) es el segundo que más creció después de La Corredoria. Lo hizo en 186 personas si se compara con los datos obtenidos hace dos años. Prueba de ello es el número de viviendas, algunas unifamiliares, construidas en los últimos meses. El pasado febrero, además, empezaron las obras para la edificación de una residencia de estudiantes. La previsión es que esté lista en agosto del año que viene.
La parte oeste de la ciudad, distrito nueve, también ofrece datos positivos. La Florida ganó 114 vecinos, en Las Campas se sumaron 82 personas y La Ería, 18. Los vecinos tienen desde hace diez años una reivindicación: la construcción de una instituto. Las obras comenzaron a finales de septiembre y la Consejería de Educación calcula que las obras durarán en total dieciocho meses.
Por otro lado, el centro ha perdido población en sus cuatro áreas (norte, sur, este y oeste). Para solucionar esta situación los vecinos piden más comercios y menos locales hosteleros.
La zona rural resulta también perjudicada. Veintidós localidades pierden población. Notable es el descenso de Box (con un saldo negativo de 56), Olloniego (-55) y Trubia (-56). Por contra, la localidad de Villapérez solo disminuyó en un vecino.
La Manjoya, mientras, es la localidad que más población ha ganado: 146 personas. Y sus vecinos urgen la reforma del centro de salud. Había cortes de luz en medio de las consultas, malos olores y los responsables de la farmacia eran los encargados de encender la calefacción los días más duros del invierno. Ahora, el personal sanitario, hasta que se hagan las obras, atiende a los pacientes en un módulo prefabricado instalado en 2018.
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