La inteligencia artificial impulsa la cuarta revolución industrial
Las tecnologías emergentes promueven una nueva revolución industrial en todo el mundo, y la inteligencia artificial (AI) se ha convertido, indudablemente, en uno de los motores que desatarán todo su potencial.
El centro de la AI se está desplazando desde las aplicaciones de consumo a las aplicaciones industriales. La AI industrial sentará las bases de la transformación digital y la innovación empresarial para abrir el camino a una nueva fase de crecimiento y avance tanto de teorías como de tecnologías.
La inteligencia artificial ha despertado un gran interés desde 2006 y juega ya un papel significativo en nuestra vida diaria. El aprendizaje profundo ha traído consigo avances revolucionarios en la tecnología, como el reconocimiento de voz o imagen y el procesamiento de lenguajes naturales. Actualmente, son muchos los sectores muy interesados en la AI y que buscan acelerar la nueva revolución industrial.
La inteligencia artificial industrial sentará las bases de una transformación digital y una innovación empresarial nunca antes vistas. Al cambiar la manera de trabajar, la AI permite a las empresas aprovechar de la mejor manera posible su experiencia práctica, incluso hasta el punto de desplazar el trabajo tradicional y convertirse en el factor productivo mismo. Esta transformación facilitará la productividad tecnológica masiva y el crecimiento económico. Ofrecerá vías completamente nuevas de crecimiento para la fabricación, los servicios y otros sectores; cambiará la estructura de la economía mundial, y brindará nuevas oportunidades para el desarrollo de nuestra sociedad.
En tiempos recientes, la AI se ha convertido por derecho propio en un componente de la estrategia de automatización de cualquier organización y en un motor fundamental para la siguiente revolución industrial. No obstante, el desarrollo de la inteligencia artificial se ve amenazado por el nacionalismo tecnológico y la desglobalización, dado que la mayoría de empresas no será capaz de alcanzar sus objetivos de AI trabajando de forma aislada. Las estrategias políticas defensivas no solo dañarán la expansión de la AI, sino que tendrán también otros impactos negativos sobre numerosas economías mundiales y sobre el progreso de muchos sectores. La Unión Europea ofrece ahora mismo el mejor ejemplo de hasta qué punto es vulnerable la cooperación internacional: Durante décadas, los miembros de la UE han formado un mercado interno sin parangón, beneficiándose de las alianzas transfronterizas y las innovaciones compartidas. Si prevalecen las tendencias que priorizan los esfuerzos nacionales independientes, el resultado será un paso atrás para todos.
Track AI: un extraordinario esfuerzo internacional
Ya estamos trabajando para lograr conocimientos transfronterizos compartidos, impulsando proyectos basados en AI que ayudarán a afrontar los muchos desafíos a los que se enfrenta el mundo en la actualidad, por ejemplo, en el sector sanitario.
El proyecto Track AI es un esfuerzo internacional que busca tener un impacto real: Hay alrededor de 19 millones de niños con discapacidad visual en el mundo. El 70 % de esos niños podría tener una vista normal, si su problema se hubiese detectado a tiempo. Los programas de revisión de la vista son la mejor herramienta para disminuir la tasa de trastornos de la vista sin diagnosticar. En cada comunidad, las personas sin formación deben poder identificar a los niños que pueden estar en riesgo de desarrollar problemas de vista y derivarlos a un especialista que pueda diagnosticarlos y tratarlos.
Es necesario disponer lo antes posible de un dispositivo fácil de usar, portátil y asequible que permita detectar trastornos de la vista en estos niños. Ese es el principal objetivo del proyecto Track AI.
El desarrollo de un sistema basado en la AI requiere recopilar datos de miles de niños. Durante esta colaboración exclusiva entre Huawei y la start-up DIVE con sede en España, 18 oftalmólogos de cinco países diferentes repartidos por tres continentes recopilarán datos de niños con desarrollo visual normal o con una amplia gama de trastornos visuales. Huawei colabora con centros de investigación internacionales en España, México, Rusia, Vietnam y China para demostrar una vez más que el conocimiento transfronterizo y compartido en relación con la tecnología de AI puede tener un enorme impacto.
Derribar las fronteras
Los desafíos a los que aún se enfrenta la AI tienen muchas caras: Para implantarse completamente en la industria y maximizar su rendimiento, la AI tendrá que combinar conocimientos y prácticas industriales, con el fin de afrontar mejor los desafíos en cuanto a la recuperación de datos, el aprendizaje de modelos y la gestión de modelos. Los desafíos más importantes a la hora de implementar la AI industrial son el conocimiento insuficiente de los indicadores industriales y la experiencia insuficiente en la ingeniería de características para guiar la optimización de modelos.
Al mismo tiempo, estos sectores se enfrentan también a riesgos políticos, como el nacionalismo tecnológico. Este término describe aquellas políticas o acciones gubernamentales que favorecen directa o indirectamente los productos y servicios tecnológicos de información y comunicación vendidos por empresas con sede en el país. Afín a tendencias nacionalistas y aislacionistas que minan la confianza en el sistema multilateral, el nacionalismo tecnológico no solo amenaza el desarrollo de la inteligencia artificial, sino que puede tener efectos en cascada sobre la cadena de suministro y las industrias adyacentes, con consecuencias negativas para la seguridad nacional, la ciberseguridad, el comercio y la competitividad industrial, al tiempo que debilita los procesos globales, como el establecimiento de estándares internacionales.
Conectar para aprovechar todo el potencial
El nacionalismo tecnológico fuerza a las empresas a trabajar de forma aislada. Sin embargo, el progreso solo puede lograrse mediante la colaboración en un mundo totalmente conectado. Para habilitar sinergias que creen innovaciones de valor, las empresas deben ser capaces de crear conexiones entre socios y clientes globales de distintos sectores. Una red global de socios ofrece oportunidades prometedoras de colaboración e interacción, además de innovación de valor en distintos sectores. Para materializar todo el potencial de la transformación digital en todo el mundo, que podría impulsar el crecimiento económico y la riqueza, el ecosistema digital tiene que ser totalmente funcional. Eso no será posible si la desconexión y el aislamiento se convierten en la nueva normalidad. Solo un mundo totalmente conectado será capaz de emprender la cuarta revolución industrial.
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