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Lo que los mercados dicen sobre la deflación
El fantasma de la deflación reaparece, mes a mes, a golpe de estadística. No solo en España, cuya tasa de IPC en marzo se ha situado en el -0,1%, también en la zona euro, con los precios en el 0,5% en ese mismo periodo.
Organismos internacionales y economistas no se ponen de acuerdo sobre si el riesgo de deflación es realmente inminente o no. Eso sí, la mayoría coinciden en pedir al BCE unas medidas más contundentes para evitar acercarse a esa espiral. El FMI ha sido una de las instituciones más recientes en instar a Mario Draghi a actuar.
En concreto, para la zona euro espera un nivel de precios del 0,9% en 2014 y del 1,2% en 2015, por debajo del 2% que busca el Banco Central Europeo. Por su parte, para España augura una tasa de IPC del 0,3% este año y del 0,8% el próximo. «La inflación próxima a cero aumenta la carga de la deuda y los tipos de interés reales, reduce el ajuste relativo de precios y hace más difícil reducir el desempleo", asegurado el fondo.
En un momento así, resulta clave ver cómo evolucionan las expectativas de los precios. En su último informe mensual, laCaixa Research analiza esta variable en los mercados. Y asegura que «existen aproximaciones razonables contenidas en diversos instrumentos financieros, ya sea de forma explícita o implícita».
Los instrumentos para medirlo
Hay varios instrumentos vinculados al coste de la vida. Por ejemplo, «al mercado de bonos soberanos proporciona información de gran utilidad cuando además de los bonos nominales ordinarios existen bonos indexados a la inflación», añade.
¿En qué consiste una espiral deflacionista?
La secuencia de la deflación tiene unos efectos devastadores sobre la economía. Suele ser así: al caer los precios, se reducen los ingresos de las empresas. Como los costes de producción no disminuyen, las compañías recortan la inversión y el empleo. Así que cada vez es más pequeña la masa salarial y también la demanda, lo que implica menos ventas. A la vez, los consumidores retrasan sus compras y las empresas sus gastos, al creer que más tarde todo será más barato. Por si fuera poco, la situación se ve agravada porque el peso de las deudas en relación con los salarios aumenta y, con él, el riesgo para el sistema financiero. Ante esta coyuntura, aumenta la prima de riesgo de los bancos, que reducen la oferta de crédito
Así, por un lado, está el diferencial de rentabilidad entre un bono nominal y un bono indexado con el mismo plazo y del mismo emisor. Se denomina 'breakeven inflation rate' (BEIR) y se refiere a «la tasa de inflación promedio que los tenedores de bonos esperan a ese plazo».
En concreto, es un bono que devenga un cupón fijo pero que a lo largo de la vida del producto incrementa el principal de la inversión según la evolución de un índice de precios. Este principal suele tener un suelo que impide que al vencimiento se sitúe por debajo de la inversión original. Dada una senda de inflación positiva, el principal crece a lo largo del tiempo y por tanto el importe del pago del cupón será también mayor.
Por otro lado, están los 'swaps' y las opciones, que operan directamente sobre esa variable. En concreto, los 'swaps' sobre inflación son los contratos mediante el que dos partes se intercambian unos flujos variables (inflación) por otros fijos. «La particularidad de los 'swaps' de inflación consiste en que una de las partes se compromete a pagar un tipo de interés fijo ('swap rate') sobre el nocional del contrato a cambio de recibir la tasa de inflación observada durante el plazo de vida del instrumento ('floating swap rate')», indica laCaixa.
Hay pros y contras para los 'swaps': mientras tienen un universo más amplio de vencimientos y países (incluyendo España) que los bonos, también disponen de un mercado de menor tamaño y liquidez.
En cuanto a las opciones de inflación, están los caps. Con ellas, «el comprador recibirá, en cada una de las fechas de liquidación y previo pago de una prima sobre el nocional, la diferencia entre la inflación observada y el techo ('cap') establecido en el contrato, en caso de que esta se sitúe por encima del mismo». En cambio, las opciones 'floor' cubren a su comprador ante un eventual escenario de deflación, abonándole el diferencial entre el suelo ('floor') acordado y la tasa de inflación observada, en caso de que sea inferior al mismo. «El precio o prima de estas opciones tenderá a ser más elevado cuanto mayor sea el nivel de protección que ofrecen», indican en laCaixa.
¿Y qué datos anticipan estos indicadores?
Pues en los últimos meses el precio del suelo a cinco años (protege en caso de que la inflación caiga por debajo del 0%) se ha situado por encima del techo del 4%. «En términos del objetivo de inflación del 2% del BCE, esto indica que los inversores están más preocupados por una desviación a la baja que al alza, nada sorprendente en el contexto actual», asegura el informe.
Sin embargo, la cuantía de la prima ‘floor’ no se ha disparado como ocurrió en tres últimos tres años, cuando también se produjeron episodios cercanos a la deflación.
«Este indicador, por lo tanto, parece apoyar la interpretación de que los agentes esperan para la eurozona un largo periodo de inflación muy baja (claramente por debajo del 2%), pero un riesgo bajo de deflación sostenida», concluye.
Manuel Illueca, investigador del Ivie y profesor de la Universidad Jaume I de Castellón, asegura que los swaps cupón cero de inflación anticipan una inflación del 1% a medio plazo (2-5 años) y una inflación a largo plazo coherente con el objetivo de inflación del BCE, en torno al (pero preferiblemente debajo del) 2%. «Por tanto, no podemos hablar strictu senso de deflación en la zona euro: ni la caída de precios se extiende a todos los países, ni afecta a una parte mayoritaria de los productos incluidos en la cesta del IPC armonizado, ni los mercados anticipan una caída generalizada de los precios a medio y largo plazo».
En todo caso, indica que los mercados tampoco anticiparon los reiterados episodios de inflación de la economía japonesa. «Las disminuciones observadas en los precios se produjeron simultáneamente con expectativas de inflación a largo plazo del orden del 2% en los swaps cupón cero de inflación. En definitiva, se espera del BCE una acción preventiva, que restaure los objetivos de inflación a corto plazo».
Pese a todo, José Luis Martínez, estratega de Citi, advierte de que estos instrumentos son «relativamente ilíquidos para alcanzar grandes conclusiones». De hecho, en España no existen bonos ligados a los precios (como sí hay en otros países como Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Francia e Italia), aunque el Tesoro Público valora emitirlos más adelante.<br/><br/><a href='http://www.expansion.com/2014/04/16/economia/1397633927.html?cid=FCOPY33701'>Lo que los mercados vaticinan sobre la deflación,Datos macroeconómicos, economía y política - Expansión.com</a>
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