Los cinco riesgos de la renta fija
José Jiménez
Muchos inversores creen que invertir en renta fija no conlleva ningún riesgo, pero nada hay más lejos de la realidad. Es cierto que los productos de renta fija (bonos, obligaciones, letras, pagarés) aseguran una rentabilidad pero solo en el caso de que el inversor mantenga la inversión hasta el final. Y aún así, quien compre estos productos tendrá que soportar al menos cinco tipos de riesgos, según los enumeran los profesores Francisco J.López Lubián y Pablo Estévez en la obra "Bolsa, Mercados y Técnicas de Inversión" (McGraw Hill).
1.- El riesgo de interés
El precio de los bonos es función inversa del tipo de interés, es decir, cuando éste sube el precio baja. Esto en sí es una fuente de riesgo para los propietarios de los bonos, que aumenta cuanto mayor es la vida del bono. Cuanto más dure el bono, mayor será la disminución de su valor cuando sube el tipo de interés.
Existen diferentes tipos de interés en función del tiempo; tipos a un año, a dos años, a cinco...formando lo que se denomina "curva de tipos". A un bono a dos años, le afectan los tipos a dos años, pero no los tipos a diez. Por eso, cuando alguien compra un bono debe analizar qué parte de la curva de tipos le afecta, pues puede darse el caso de que los tipos a corto bajen pero suban los tipos a largo, mejorando así las carteras de los bonos pero empeorando las que tengan obligaciones.
2.- Riesgo de inversión
Este riesgo afecta a los valores a corto plazo y consiste en lo siguiente. Cuando llega el final de la inversión, el inversor debe colocar otra vez el dinero y si los tipos han caído, los cupones y las rentabilidades de los nuevos productos que tenga a su alcance también lo habrán hecho. Este hecho también le puede ocurrir a los inversores a largo plazo, pues si durante la vida del bono bajan los tipos, subirá su precio y pueden estar tentados de venderlo. Y si lo hacen, deberán reinvertir en bonos que, debido a la caída de tipos, ofrecen rentabilidades inferiores.
3.- Riesgo de volatilidad de los tipos de interés
Hay ciertas emisiones (como los bonos de empresa) que pueden ser amortizadas por el emisor anticipadamente y a un precio determinado. Al emisor le interesará hacer esto cuando hayan caído los tipos y vea la posibilidad de refinanciar la deuda de manera más barata. En este caso, compra la deuda vieja y emite deuda nueva a tipos inferiores. Esto lo puede hacer el emisor a su entera discreción, y de hecho, es un supuesto muy frecuente.
Lógicamente, esta circunstancia perjudica al inversor; por eso, a los bonos que ofrecen la posibilidad de amortización anticipada hay que exigirles mayor rentabilidad. En caso contrario ¿quién querría un bono que cuando cae el tipo de interés es amortizado a un precio inferior al que podría obtenerse en el mercado?
Existe un riesgo adicional que hay que tener muy en cuenta con los bonos de amortización anticipada; y es que su potencial de apreciación se reduce significativamente. Así, cuando bajan los tipos de interés sube el precio de los bonos, excepto de los que tienen amortización anticipada. Nadie querrá comprarlos, y es lógico, pues el máximo valor que tendrán es el tipo de amortización que ofrece el emisor. Ese es su techo.
4.- Riesgo de tipos de cambio
Este riesgo solo lo corren quienes compran títulos de renta fija nominados en una moneda diferente al euro. Este riesgo se traduce en que las variaciones del tipo de cambio pueden reducir la rentabilidad final bono. Para cubrir este riesgo, se puede contratar un seguro de cambio, lo que permitirá repatriar la inversión a cambio de un precio determinado. Este supuesto lo deben estudiar quienes tengan previsto comprar, por ejemplo, deuda en dólares, yenes, francos o cualquier otra divisa.
5.- El riesgo de inflación
El riesgo de inflación se refiere a que la capacidad de compra de los cupones futuros es inferior en los cupones más próximos al momento actual. Este riesgo afectará más a las emisiones largas que a las cortas.
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