AUMENTA SU ATRACTIVO PERO SE QUEDA CORTA
Tres argumentos a favor y uno en contra para hacerse ahora un plan de pensiones
Los planes de pensiones llevaban años languideciendo en España con una pérdida constante de partícipes, debido a varios factores. El mayor atractivo de los planes de pensiones era la desgravación fiscal, es decir, la reducción de la base imponible (los ingresos totales) del contribuyente en la cantidad que se aporte cada año a estos productos. A cambio, se trataba de un producto ilíquido, ya que sólo se podía rescatar el dinero al llegar la jubilación o en caso de enfermedad grave o desempleo de larga duración. Es decir, que la gestora -habitualmente el banco, aunque hay muchas independientes- tenía ese dinero cautivo durante un montón de tiempo, lo que le quitaba toda la presión sobre los resultados de la gestión. Y no sólo eso, sino que solía cobrar unas comisiones muy superiores al coste de dicha gestión y que, en muchos casos, se comían toda la rentabilidad.
Por esi esto fuera poco, a partir de 2007 había empeorado notablemente el tratamiento fiscal del rescate. El hecho de poder desgravar las aportaciones hace que, cuando se recupera el dinero, haya que tributar por todo el importe acumulado en el plan, no sólo por la rentabilidad obtenida; es decir, hay que pagar también por lo aportado. Y se considera rendimiento del trabajo, con lo que va al tipo de cada contribuyente, no al del ahorro (que va a reducirse con la reforma fiscal). Hasta ese año, se podía cobrar de golpe -en forma de capital- y había una reducción del 40%, lo que significa que sólo se pagaba por el 60% restante. El Gobierno del PSOE eliminó esa ventaja, lo que hace que la única opción interesante sea cobrar el dinero en forma de renta periódica.
Luis de Guindos y Mariano Rajoy (Efe)Por todo ello, este producto está muy poco desarrollado en nuestro país (su patrimonio medio es de 7.300 euros), ya que los españoles prefieran ahorrar para la jubilación con otros más líquidos, mejor gestionados y mejor tratados fiscalmente, como los fondos de inversión o el ladrillo. Pero el Gobierno ha decidido darles un nuevo impulso con una serie de medidas que incrementan notablemente su atractivo, ya que pretenden corregir casi todos estos males. Aunque no resuelven todos, ya que la gran laguna seguirá siendo la fiscalidad del rescate.
Si se rescata el dinero en 10 años, habrá que tributar por todo el patrimonio cuando se produzca como rendimiento del trabajo, es decir, exactamente igual que cuando se cobra tras la jubilación. Si 10 años también le parecen mucho tiempo sin poder tocar sus ahorros en caso de necesidad, el Ejecutivo incentiva también otros productos a cinco años: los nuevos Planes 'Ahorro 5', cuyo rendimiento está exento pero que tienen que tener el 85% del capital garantizado por un banco o aseguradora, y los ya existentes PIAS (Planes Individuales de Ahorro Sistemático), también exentos de tributar por las ganancias y cuya antigüedad obligatoria baja de 10 a cinco años.
A partir de ahora, se reducirá la comisión máxima en un 30% (del 2,5% al 1,75%), con lo que la de gestión baja del 2% al 1,5% sobre el patrimonio del plan, y la de depósito pasa del 0,5% al 0,25%. Según el Gobierno, esto va a beneficiar a 4,5 millones de participes con un ahorro de 121 millones de euros anuales. Aunque siguen siendo elevadas, se acercan más al coste que supone la gestión de estos productos e, indudablemente, incrementan su atractivo.
Ahora bien, si el objetivo principal es rebajar la factura fiscal ahora con la desgravación que permiten los planes, sin duda se han reducido los inconvenientes que hay que sufrir a cambio de esta ventaja. Por tanto, ahora resulta mucho más interesante que antes utilizarlos como vehículo para mejorar nuestra situación fiscal. Eso sí, tenga en cuenta que la reforma también reduce el máximo de aportación anual hasta 8.000 euros.
Por esi esto fuera poco, a partir de 2007 había empeorado notablemente el tratamiento fiscal del rescate. El hecho de poder desgravar las aportaciones hace que, cuando se recupera el dinero, haya que tributar por todo el importe acumulado en el plan, no sólo por la rentabilidad obtenida; es decir, hay que pagar también por lo aportado. Y se considera rendimiento del trabajo, con lo que va al tipo de cada contribuyente, no al del ahorro (que va a reducirse con la reforma fiscal). Hasta ese año, se podía cobrar de golpe -en forma de capital- y había una reducción del 40%, lo que significa que sólo se pagaba por el 60% restante. El Gobierno del PSOE eliminó esa ventaja, lo que hace que la única opción interesante sea cobrar el dinero en forma de renta periódica.
Luis de Guindos y Mariano Rajoy (Efe)Por todo ello, este producto está muy poco desarrollado en nuestro país (su patrimonio medio es de 7.300 euros), ya que los españoles prefieran ahorrar para la jubilación con otros más líquidos, mejor gestionados y mejor tratados fiscalmente, como los fondos de inversión o el ladrillo. Pero el Gobierno ha decidido darles un nuevo impulso con una serie de medidas que incrementan notablemente su atractivo, ya que pretenden corregir casi todos estos males. Aunque no resuelven todos, ya que la gran laguna seguirá siendo la fiscalidad del rescate.
- Podrán rescatarse a los 10 años
Si se rescata el dinero en 10 años, habrá que tributar por todo el patrimonio cuando se produzca como rendimiento del trabajo, es decir, exactamente igual que cuando se cobra tras la jubilación. Si 10 años también le parecen mucho tiempo sin poder tocar sus ahorros en caso de necesidad, el Ejecutivo incentiva también otros productos a cinco años: los nuevos Planes 'Ahorro 5', cuyo rendimiento está exento pero que tienen que tener el 85% del capital garantizado por un banco o aseguradora, y los ya existentes PIAS (Planes Individuales de Ahorro Sistemático), también exentos de tributar por las ganancias y cuya antigüedad obligatoria baja de 10 a cinco años.
- Se limitan las comisiones
A partir de ahora, se reducirá la comisión máxima en un 30% (del 2,5% al 1,75%), con lo que la de gestión baja del 2% al 1,5% sobre el patrimonio del plan, y la de depósito pasa del 0,5% al 0,25%. Según el Gobierno, esto va a beneficiar a 4,5 millones de participes con un ahorro de 121 millones de euros anuales. Aunque siguen siendo elevadas, se acercan más al coste que supone la gestión de estos productos e, indudablemente, incrementan su atractivo.
- Podrá haber comisiones de éxito
- Pero no cambia la fiscalidad del rescate
- Entonces, ¿me interesa hacerme un plan de pensiones o no?
Ahora bien, si el objetivo principal es rebajar la factura fiscal ahora con la desgravación que permiten los planes, sin duda se han reducido los inconvenientes que hay que sufrir a cambio de esta ventaja. Por tanto, ahora resulta mucho más interesante que antes utilizarlos como vehículo para mejorar nuestra situación fiscal. Eso sí, tenga en cuenta que la reforma también reduce el máximo de aportación anual hasta 8.000 euros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario