CREE QUE EL CIRCUITO LES DA DE COMER Y LA DAVIS, NO
Carlos Moyá: "La Copa Davis ilusiona más a la afición que a los jugadores"
Carlos Moyá ha decidido aparcar la opción de seguir al frente de la Copa Davis. La federación todavía no se ha pronunciado tras la debacle de Sao Paulo, pero el capitán ha dejado claros que en su pensamiento no está el de renovar contrato. "La decisión no llega por la derrota ante Brasil. Es anterior. En el US Open ya tenía claro que no iba a seguir. Los viajes, el estar fuera de casa es algo que ahora mismo no puedo compaginar. Volví lo hablé con mi familia y lo decidí", sentencia Moyá a El Confidencial.
Pregunta: ¿Cómo se siente después de todo lo sucedido con la derrota y su decisión de no seguir?
Respuesta: No es fácil tomar una decisión así. Ha sido meditada, pero creo que era lo mejor. Se me hacía muy duro viajar, estar lejos de casa. Creo que era lo mejor para todos. Está claro que no se cumplió el objetivo, pero no ha sido el factor decisivo. Firmé por un año y ahora llega el momento de decidir, y creo que lo mejor es no seguir.
P: ¿Se marcha decepcionado con los jugadores?
R: Me iría decepcionado si hubieran sido uno o dos los jugadores que hubieran dicho que no. Cuando son ocho o nueve los jugadores que dicen que no es que falla algo. Para los jugadores la prioridad ya no es la Davis. Esa es la realidad. El circuito es muy exigente, muchos viajes, jugar muchos torneos... Al fin y al cabo el circuito es lo que les da de comer, lo que les da un nombre y la Davis es algo emocional, que ha perdido importancia dentro de este mundo.
P: ¿No cree que los jugadores podrían haber hecho más? Y no hablo de los que fueron.
R: Estaba convencido de poder ganar la eliminatoria, pero el deporte es así. El segundo punto podía haber cambiado todo, pero llegar a la jornada final con todo en contra y con Bellucci crecido... Nada que reprochar a nadie. Los que fueron pelearon hasta el final. ¿Los que no fueron? Les entiendo. Cuando hay tantas negativas es que algo falla. Eso sí, no esperaba que tantos jugadores españoles entre los cien mejores del mundo dijeran que no.
P: ¿Cree que la Davis ha dejado de tener alicientes?
R: Puede ser. Se han ganado varias y ya no tiene los mismos alicientes. Antes era algo imposible, ahora ya no se ve igual.
P: ¿Qué le ha faltado para ser el capitán que le hubiera gustado ser?
R: Creo que apreciar antes el valor que la Davis tiene realmente para los jugadores. El perfil cambia. La exigencia de la ATP, los años, la ambición... todo influye. Es un problema que se debería solucionar.
P: Usted en su día también renunció a alguna eliminatoria.
R: Sé lo que es el circuito y sé de la exigencia de la Davis. Entiendo perfectamente que los jugadores llevaban un mes en Norteamérica y que ahora se van otras cuatro semanas a Asia y que la Davis aparece en medio de todo, en tierra, con un largo viaje...
P: ¿No cree que podría haber convencido a algún jugador? La Federación dijo en su día que se le fichaba por su cercanía con algunos de los jugadores más importantes.
R: Soy una persona de diálogo. Me llevo bien con la mayoría de los jugadores y sabía que existía la opción de que no acudieran. Cuando en Nueva Yorkme entero de la disponibilidad de ellos, lo entendí, pero estaba convencido de poder eliminar a Brasil. No es cuestión de convencer ni de obligar y sí de trabajar para lograr que den el sí. Montar una estructura de equipo para la Davis es muy complicado, por eso valoro la respuesta de los que han estado o de Andújar, que pensó que era una gran oportunidad para él. No se les puede criticar en nada.
P: ¿Le duele ver a España en segunda división?
R: Muchísimo. No lo esperaba. Lo peor de todo ha sido perder. El objetivo no era el mismo. El de los jugadores era uno y el mío otro. Lo entiendo. He sido jugador. Ver a España fuera del Grupo Mundial es duro y más viendo los jugadores que tenemos. Tuvimos la eliminatoria ahí, esa bola de partido, pero el tenis y el deporte es así.
P: ¿Y a partir de ahora?
R: Pues a seguir jugando torneos de exhibición, cerca del tenis y, sobre todo, con mi familia. Me ofrecieron dos años, pero solo firmé uno. Sabía que iba a ser muy duro estar alejado de las niñas y mi mujer, pero no tanto.
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