Ha pasado ciertamente desapercibido, pero los principales índices rusos acumulan rentabilidades superiores al 30 por ciento. Bien es verdad que el indicador en dólares, el RTS, gana menos, un 10 por ciento, pero es un rendimiento similar, por ejemplo, al registrado por el Eurostoxx 50 y muy superior al de los índices americanos.
Ello ocurre después de que el índice ruso en rublos cayera más de un 7 por ciento en 2014 y el indicador en dólares se hundiera más de un 45 el año pasado.
Si nos fijamos en la industria de los fondos de inversión, Rusia aún sale mejor en la fotografía: los fondos que invierten en la renta variable del país son los más rentables del año, con ganancias de más de un 30 por ciento. Se trata, de hecho, de la categoría de fondos más rentable del año.
En 2015, los activos rusos han remontado pese a que los precios de las materias primas siguen deprimidos y pese a que las sanciones siguen pesando sobre el país por su actuación en Ucrania: primero, por la anexión de Crimea y, después, por el apoyo a los prorrusos del este de Ucrania.
Subidas... ¿por qué?
¿A qué se debe este repunte de los activos rusos? De acuerdo con los expertos de Lombard Odier, por la política del Banco Central de Rusia, que ha logrado iniciar una política monetaria expansiva en 2015, gracias a un cierto repunte de los precios del crudo durante el primer semestre del año. Precisamente, por esta razón, los expertos de Lombard esperan que el rublo haya tocado fondo, lo que debería ayudar a que la inflación disminuya, haciendo posible que el banco central continúe con su política expansiva que ya ha llevado los tipos de interés desde niveles del 17 por ciento en diciembre de 2014 hasta el entorno del 11 por ciento actual. Se trata de un coste de financiación más favorable al tiempo que lo suficientemente elevado como para atraer capital foráneo y no tener que hacer uso de herramientas para defender la moneda como es la venta de sus aún multimillonarias reservas.
Precisamente, los expertos de Lombard Odier señalan como aspectos positivos de Rusia, además de las reservas, unos niveles de deuda pública muy bajos y un saldo por cuenta corriente positivo. Pero como aspectos en contra se encuentran una creciente deuda externa en monedas extranjeras, un déficit presupuestario que empeora y unos niveles de crecimiento muy deprimidos.
Según Patrick Zweifel, economista jefe de Pictet AM, «aunque los factores estructurales no han cambiado, la dinámica es claramente mejor. Su actividad comienza a mejorar y puede empezar a recortar tipos de interés, muy elevados, en una dinámica que típicamente favorece los activos de riesgo».
En todo caso, de acuerdo con Lombard, es bastante probable que el peor momento para la economía rusa haya quedado atrás, «siempre que no se produzcan recaídas en los precios del petróleo». Como señal positiva, Zweifel señala el hecho de que, por primera vez en nueve meses, una compañía rusa, Norilsk Nickel, ha sido capaz de emitir deuda en una moneda fuerte, muy buena señal de que las compañías rusas pueden acceder al mercado internacional de deuda para financiarse.
En conjunto, los expertos de Lombard resumen: «Nuestro escenario para Rusia en 2016 es de un moderado repunte de un rublo volátil desde la situación de debilidad en que se halla, una relajación de la inflación desde niveles elevados y el retorno (muy justo) del crecimiento a terreno positivo desde un estadio de recesión profunda, teniendo presente que la política y la geopolítica siguen siendo el mayor riesgo exógeno bajista». Según los analistas de JP Morgan, la recesión rusa no ha sido una clásica crisis emergente, aunque las sanciones provocó que lo pareciera.
El proceso que puede truncar Turquía
Hablando de geopolítica, el Kremlin, tras los atentados de París, ha estado muy cerca de rehabilitarse en el escenario internacional tras verse defenestrado a cuenta de la crisis ucraniana. Porque Vladimir Putin, al menos desde el año 2013, año en que se fecha un artículo publicado en 'The New York Times', ha advertido del peligro que supone el Daesh. Ha alertado del riesgo y lo ha combatido. Ello es lo que ha hecho que Occidente, y muy en particular Francia, haya vuelto a ver al gigante ruso como aliado contra el Isis. Se ha llegado a especular con un canje: suspensión de las sanciones por Ucrania a cambio de su apoyo en Oriente Medio.
Ese escenario se ha visto momentáneamente truncado por el ataque de Turquía a un avión ruso, lo que ha comprometido a todos los socios de la OTAN contra Rusia hasta tal punto que el presidente estadounidense Barack Obama ha llegado a decir que si Turquía ha atacado a Rusia por algo habrá sido, porque sus bombardeos en Oriente Medio no sólo van dirigidos contra el ISIS sino contra cualquier otro opositor al presidente sirio Bachar Al Assad. Y es que la alianza Putin-Al Assad aún se ve con cierta desconfianza.
Quizás el resultado de la reunión que mantendrían Putin y Hollande el jueves, tras el cierre de estas páginas, ayude a definir el nuevo estatus internacional de Rusia. Si se termina rehabilitando y si ello contribuye a mejorar la situación económica del país, o no. En este sentido, desde Pictet, comentan: «Rusia está actuando en defensa del régimen de Assad en Siria y, aunque con críticas de Estados Unidos, creemos que sus relaciones con las potencias occidentales van a mejorar en 2016, en particular en asuntos relacionados con Medio Oriente. Pero esperamos que las sanciones permanezcan los próximos 12 o 24 meses». De acuerdo con Marco Mencini, de Pioneer, a la vista de los últimos acontecimientos en Turquía, es prematuro descontar la retirada de las sanciones.
De todas formas, aunque no tenga repercusiones más allá con el resto de la comunidad internacional, el mero ataque de Turquía al avión ruso, el deterioro de las relaciones bilaterales son malas para Rusia: un 17 por ciento de las exportaciones que Gazprom realiza a los países de fuera de la CEI (organización que agrupa a los antiguos países de la URSS) se dirigen a Turquía. Dada esa interdependencia, los analistas que han manifestado su opinión sobre el nuevo conflicto ruso-turco consideran que la confrontación no irá a más, porque a ninguno de los dos países les beneficia. El síntoma ha estado en la fuerte caída de las bolsas turca y rusa, pero también en un conato de desconfianza sufrido por Rusia, que no ha sido capaz de cumplir sus objetivos de captación de dinero en una emisión de deuda.
Pero en caso de que el deterioro de relaciones se consolide, se han detectado varias acciones rusas que pueden mostrar una mayor vulnerabilidad. Por ejemplo, de acuerdo con Vadim Bit-Avragim, de Kapital AM, citado por Bloomberg, Gazprom. Según Ehsan Ul-Haq, de KBC Energy Economics, en declaraciones a la agencia de noticias estadounidense, las petroleras Rosneft y Lukoil, dado que el conflicto ruso-turco puede provocar que se interrumpa la circulación a través de los estrechos Bósforo y Dardanelos, que unen el Mar Negro con el Mediterráneo a la altura de Estambul. Además, la acerera Magnitogorsk, que desde el año 2007 ha invertido más de 2.000 millones de dólares en una planta turca que produce hasta 2,3 millones de toneladas al año y que la central rusa quiere poner a la venta. Además hay que vigilar a Sberbank, por su participación en el turco Denizbank, además de Yandex, el motor de búsqueda que tiene una cuota del 5 por ciento en Turquía.
Los valores mencionados cotizan en el selectivo Micex 10. Entre ellos, el más rentable es Magnitogorsk, con una revalorización del 98 por ciento este año, seguido de Sberbank, con una ganancia del 96 por ciento. Algo peor lo hace Rosneft, que se anota un 40 por ciento, mientras que Lukoil avanza un 17 por ciento. Peor todavía, Gazprom, que se anota un 11 por ciento en el año.
Según Klaus Bockstaller, gestor de Pictet Russian Equities, «el sentimiento de los inversores hacia activos rusos parece estar mejorando». En parte, por la estabilización de la situación en Ucrania, que es un catalizador, según este experto, para que vuelva la atención a la pura y dura economía. «De momento, ya ha habido entradas netas de flujos de inversión en octubre. A ello se añade la percepción de que los precios del petróleo pueden haber tocado suelo y probablemente mejoren en 2016», asegura este experto. Además, a ello, Patrick Zweifel añade que las acciones de Rusia son extremadamente atractivas por valor, con un gran descuento respecto a mercados desarrollados.
Pero hay que saber discriminar. Según comenta Bockstaller, ahora infraponderan energía, mientras que sobreponderan consumo y finanzas, así como industriales. Mantienen también una posición en el banco Sberbank, que es uno de sus nombres preferidos. En consumo, se quedan con la cadena de supermercados Magnit, que gana un 25 por ciento en el año. A favor de este último nombre, Bockstaller explica: «El consumo en Rusia debe mejorar a medio plazo con el aumento de las redes de distribución. Su mercado de alimentación está aún en su infancia, con muy baja penetración y rápido crecimiento. Además, Rusia es el mayor mercado en Europa para la mayoría de bienes de consumo». Y recuerda que la riqueza se ha extendido a la clase media y ello ha de beneficiar al sector de las telecomunicaciones y banda ancha, comercio minorista, alimentos procesados, vivienda, automóviles y salud.
El fondo ruso más rentable es de Pioneer, con un retorno del 44 por ciento en lo que llevamos de año. Ahora mismo, su posición más importante es Gazprom, con un peso del 9,27 por ciento, seguida de Magnit, con un 9,07 por ciento y de Lukoil, con un 8,33 por ciento. Ha reducido el peso de Sberbank y de Norilsk Nickel, aunque aún suponen un 6,5 y un 4,9 por ciento. Marco Mancini, experto de Pioneer, explica: «Seguimos positivos con las previsiones para la bolsa rusa, dado que la situación económica se estabiliza y las valoraciones siguen siendo atractivas, pese a la subida que llevan en el año». Le gustan sobre todo las empresas ligadas al consumo doméstico y también las vinculadas al crudo.
Los expertos de Citi creen que es un verdadero reto encontrar buenos títulos en el país. Sus consejos de compra se centrarían en Moscow Exchange, Rostelecom, Sistema JSFC GDR y Norilsk.
¿Y la divisa?
Goldman Sachs propone como una de las principales estrategias para el año que viene ponerse largo de rublos y pesos mexicanos contra las divisas de Sudáfrica y Chile. Lo justifican de la siguiente manera: hay que apostar por las divisas de países que han ajustado su balanza externa, así como las de aquéllos dependientes del precio del crudo, puesto que éste tiene poco margen a la baja, al contrario que, en su opinión, los metales, que pesan más en la economía de Chile, por ejemplo.
Para los expertos de Pictet, el rublo ruso es, con mucho, de las divisas más baratas entre los países emergentes. De hecho, sobre este factor se apoya la buena marcha de muchas empresas del país. «El rublo es rehén del precio del petróleo, que puede haber tocado suelo y probablemente mejore en 2016, lo que debe estimular el crecimiento», concluye Blockstaller.