Como alertaba Barclays la semana pasada, se ha acabado la era de las ganancias fáciles en los mercados. Ya no está garantizado que la bolsa y la deuda vayan a subir -en mayor o menor medida- como los últimos años, en un escenario de subida de tipos en EEUU, desaceleración en China y grandes incertidumbres en los países emergentes y las materias primas. Así que toca remangarse y buscar activos donde todavía haya perspectivas de ganar dinero. Teniendo en cuenta, eso sí, que la nueva regla es rentabilidades más bajas con volatilidades más altas en todos los activos. Estas son las propuestas de algunas de las principales firmas de inversión del mundo:
- El dólar
Esta es la apuesta más obvia: si la Reserva Federal va a iniciar una senda de subida de tipos el próximo mes (cuyo final nadie se atreve a vaticinar hoy por hoy) y el BCE va a hacer "lo que debamos" para elevar la inflación, como dijo el viernes Mario Draghi, la consecuencia según el anual es que el dólar debe subir frente al euro. Por eso, es la primera recomendación de inversión de Goldman Sachs para 2016. Ahora bien, las cosas no son tan fáciles: por un lado, esposible que el mercado ya haya descontado el movimiento (la divisa europea ha caído más del 12% este año, desde 1,21 hasta 1,06 dólares); por otro, el movimiento del dólar puede no ser tan fuerte si la Fed impone un ritmo de subidas de tipos lento y reactivo a la evolución de los datos, como piensaFidelity. Goldman discrepa: a su juicio, las alzas de tipos serán mayores de lo esperado por la recuperación del mercado laboral y la solidez del consumo interno en EEUU, mientras que la economía de la zona euro seguirá muy frágil. En ese caso, sin duda, el ganador será el dólar.
A juicio de Goldman, las alzas de tipos serán mayores de lo esperado por la recuperación del mercado laboral y la solidez del consumo interno en EEUU
- Deuda corporativa
Es la gran apuesta de Fidelity para 2016. Como se puede ver en el cuadro adjunto, en los anteriores ciclos alcistas de los tipos en EEUU, los diferenciales de los bonos de empresas con grado de inversión y los de alta rentabilidad ('high yield' o bono basura) frente a la deuda pública eran mucho más bajos que los actuales, tanto en Europa como en EEUU e incluso en los emergentes. Esto significa que los tipos de interés actuales todavía son elevados y tienen margen para caer, lo cual implica margen para subir de los precios (que se mueven al revés de la rentabilidad). Esto supone un importante colchón para los inversores en un entorno en que la deuda pública apenas ofrece rendimiento.
Además, espera un retorno del 'carry trade': los bancos toman prestado a tipo cero para invertir en estos activos. El riesgo, por supuesto, es un incremento de los impagos ('defaults') de las empresas que emiten estos bonos, algo que Fidelity no contempla en su escenario central. La deuda corporativa que más le gusta es la europea.
- Deuda pública española
Esto suena bastante extraño a primera vista dado que la rentabilidad de la deuda pública está en mínimos, pero tiene sentido. Inicialmente, Goldman Sachs aconseja esta estrategia con deuda italiana, para pasar a la española cuando se despeje la incertidumbre electoral actual. La idea es que la compra de activos del BCE (QE) ha hecho bajar todas las rentabilidades por igual peroapenas ha reducido los diferenciales entre la deuda periférica y la alemana. La extensión del QE, el diferencial de crecimiento de los países periféricos y unos tipos aún más negativos a los bancos por depositar su dinero en el BCE son los elementos que impulsarán esta estrategia, que ellos recomiendan aplicar en los bonos a 5 años. Eso sí, la prima está en 115 puntos básicos, no en los 600 de 2012, así que la ganancia potencial es limitada. Para amplificarla, hay que usar estrategias más profesionales: ponerse corto del Bund a la vez que largo del español, hacerlo mediante futuros donde la prima es más elevada...
Para Mirabaud, los bonos convertibles son la mejor opción porque obtienen una rentabilidad igual o superior a la bolsa con mucha menos volatilidad
- Bonos convertibles
Para Mirabaud, son la mejor opción porque obtienen una rentabilidad igual o incluso superior a la bolsa con mucha menos volatilidad. En su opinión, combina lo mejor de los dos mundos -la bolsa y los bonos-, ya que su potencial alcista es ilimitado (todo lo que suba la acción en que se convierte el bono) mientras que los intereses que paga hasta la conversión protegen de posibles pérdidas y, en caso de quiebra, cobran antes que las acciones. A su juicio, lo harán bien en 2016 por el mayor crecimiento económico en Europa -bajos tipos y precios de las materias primas, debilidad del euro- y el aumento de los beneficios empresariales. El problema en España son las malas experiencias de muchos inversores con estos productos, como los Valores Santander o, más recientemente, los convertibles del Popular, debido al mal comportamiento de la acción y a un precio de conversión irreal.
- Emergentes
La opción para los estómagos más resistentes después del desplome de 2015, pero ya se sabe que, cuanto más riesgo, más rentabilidad potencial. Y además, quizá el riesgo no es tan grande como parece, precisamente porque gran parte del ajuste ya ha tenido lugar. Es lo que cree Fidelity, aunque advierte de que el dolor no ha terminado y que todavía puede haber sustos.
Abante Asesores asegura que, en este momento, existe una divergencia de valoraciones extrema entre la bolsa norteamericana (que cotiza a 2,5 veces el valor en libros de las empresas) y los mercados asiáticos sin incluir Japón (1,3 veces dicho valor). "Esta disparidad no había sido tan alta en los últimos 20 años y la historia nos dice que, siempre que compras a 1,3 en el mercado asiático, estás comprando barato, que a esos precios es muy difícil perder dinero”, asegura, ya que cree que la brecha se cerrará con una subida de los asiáticos. Fidelity habla de "miniciclos" positivos en países que se benefician del bajo precio de las materias primas, como Turquía, Tailandia, India o la propia China.
- Y la bolsa, ¿qué?
Pues lo cierto es que aquí hay una contradicción general entre los expertos: por un lado, alertan de los riesgos (están seguros de que habrá más sustos), del impacto negativo de las subidas de tipos de la Fed, de las elevadas valoraciones y del pobre comportamiento de los beneficios empresariales, sobre todo en EEUU; pero por otro, consideran que, ante la baja rentabilidad de las alternativas, no habrá más remedio que asumir más riesgo si se quiere obtener una ganancia decente. Es decir, invertir en bolsa. Eso sí, siendo muy selectivo: casi todo el mundo prefiere Europa a EEUU (el mercado más afectado por todos los factores negativos), pero luego hay grandes discrepancias entre los mejores sectores. Hay quien prefiere los más cíclicos por la recuperación económica, otros apuestan por los más sensibles a los tipos ante la prolongación del QE del BCE, e incluso hay quien, como Gesconsult, aconseja valores que obtengantodo su beneficio en España para evitar más sustos emergentes y porque el mercado no reconoce la bondad de los fundamentales de nuestro país.
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