SICAVs: ¿En peligro de extinción en España?
Esther García López
La amenaza de subir la tributación de las sicavs y
el acuerdo entre el PP y Ciudadanos para que solo computen como
accionistas los partícipes con más del 0,55 por ciento del capital de
estas sociedades ha hecho que cerca de 180 sicavs hayan desaparecido
este año. Los expertos advierten que aplicar estas medidas pone en
peligro su supervivencia en España.
Las desavenencias entre los principales partidos políticos en España son patentes y les incapacita para formar Gobierno, pero hay algo en lo que todos están de acuerdo: su 'aversión' a las sociedades de inversión de capital variable (sicavs).
Este encono contra las sicavs se reforzó a finales de agosto cuando el PP y Ciudadanos firmaron un acuerdo en el que se recogían '150 compromisos para mejorar España' y, entre ellos, dos que afectaban a las sicavs: devolver a la Agencia Tributaria el control fiscal de estas sociedades -ahora las supervisa la CNMV- «haciendo que las que no sean auténticas Instituciones de Inversión Colectiva (IIC) no tributen al tipo privilegiado del 1 por ciento sino al tipo general del Impuesto de Sociedades» y que solo se computen a efectos del número mínimo de 100 accionistas los partícipes que tengan un capital de más del 0,55 por ciento. Con ello se pretende, según el acuerdo, que las sicavs «sean verdaderas IIC y no vehículos de inversión privada de grandes fortunas con el objetivo de tributar menos». La aplicación de esta medida supondría que el máximo accionista de la sicav solo podría tener el 45,55 por ciento del capital, lo que reduciría su control.
Para Javier Muñoz, director general de Tressis Gestión, esta medida «limitará la entrada de inversores particulares en las sicavs, ya que se exigirá un capital mínimo de inversión que será más cuantioso según el patrimonio de la sicav, circunstancia que va en contra de disponer de vehículos mayores que sean más eficientes en la gestión y en los costes».
Ambas
propuestas, la primera recogida en el programa electoral de Ciudadanos y
la segunda en el del PP, y la más que probable subida de su tributación
han hecho que los inversores en sicavs se vean amenazados y en
los primeros siete meses del año el patrimonio de estas sociedades se ha
reducido en más de mil millones de euros, su número de partícipes ha
bajado en 2.431 y cerca de 180 sicavs han desaparecido. De
ellas, más de 50 se han liquidado y el resto se han fusionado con otras
sociedades o con fondos de inversión. Este es el caso de Bankinter que
ha fusionado 68 sicavs con fondos, con un patrimonio de 309 millones de
euros.
A julio de este año 484.318 inversores gestionaban su patrimonio a través de sicavs, en las que había invertidos 33.047 millones de euros, un 3 por ciento menos que en diciembre de 2015, informan desde Inverco.
Pero no solo ha disminuido el patrimonio de las sicavs, su número y el de sus partícipes. En lo que va de año las sicavs que se han abierto no llegan a veinte mientras que en 2015 se crearon en España 142. Según datos de Inverco, a 30 de junio de este año el número de sicavs en España era de 3.382.
SUPERVIVENCIA COMPROMETIDA
Los expertos advierten que implantar las medidas propuestas por los partidos políticos podría acabar en España con las sicavs. «Supondrá su práctica eliminación como vehículo inversor en España, fomentando el traslado del ahorro nacional hacia otras plazas como Luxemburgo. También tendrá consecuencias negativas para la representatividad del MAB y para toda la industria del sector financiero», señala Javier Muñoz. Según él, «el dinero es cobarde y a la menor posibilidad de cambio normativo, el capital huye y luego es muy complejo su retorno».
Miguel Ángel Bernal, profesor y coordinador del departamento de investigación del IEB, es de la misma opinión. «La inestabilidad política y los nuevos acuerdos que se están alcanzando sobre sicavs ponen en peligro su continuidad en España. Ya se percibe un movimiento preventivo y muchas se están fusionando con fondos de inversión y trasladándose al extranjero», afirma.
Pero fusionar sicavs con fondos de inversión conlleva consecuencias. «Los partícipes pierden el control de la gestión de su inversión y tiene unos costes mayores por comisiones, pero fiscalmente, las plusvalías se gravan igual en un fondo de inversión que en una sicav», sostiene Paula Mercado, directora de Análisis VDOS Stochastics.
Sobre la nueva exigencia de un capital mínimo del 0,55 por ciento propuesta por PP y C's, Bernal asegura que «imposibilita el funcionamiento de una sicav».
También Paula Mercado apunta que estos acuerdos que se están alcanzando abocan a la extinción de las sicavs. «Existe el peligro -que ya se está materializando- de que parte del patrimonio de las sicavs comience a migrarse a otros vehículos de inversión como fondos y a países con mayor estabilidad normativa».
¿CÓMO FRENAR LA CAÍDA?
Los expertos admiten que frenar el descenso de las sicavs es difícil. Bernal cree que la liquidación de sicavs «continuará». A su juicio, este descenso solo lo frenaría si se da «marcha atrás a un proyecto que nunca debería llevarse a cabo porque es fruto del populismo y la demagogia. Un sicav es una Institución de Inversión Colectiva siempre que cumpla la ley y su supervisión no puede tenerla Hacienda».
Javier Muñoz propone que para frenar esta tendencia «es necesario formar un Gobierno que termine con la incertidumbre y que confirme el régimen actual de las sicavs. Tema que no parece que se resuelva a corto plazo».
Por su parte, Mercado explica que solo hay dos opciones para detener este descenso: «Dar marcha atrás en las propuestas actuales, que parece un poco tarde para que esto suceda», o crear un vehículo alternativo que mantenga las principales características de la sicav, como control de gestión por los socios y participación de los mismos en la gestión, con una fiscalidad ventajosa y la promesa de mantenerla durante un periodo razonable, porque, según ella, «la permanencia de capital inversor dentro del país es ventajosa para su economía y debe premiarse de alguna forma».
Las desavenencias entre los principales partidos políticos en España son patentes y les incapacita para formar Gobierno, pero hay algo en lo que todos están de acuerdo: su 'aversión' a las sociedades de inversión de capital variable (sicavs).
Este encono contra las sicavs se reforzó a finales de agosto cuando el PP y Ciudadanos firmaron un acuerdo en el que se recogían '150 compromisos para mejorar España' y, entre ellos, dos que afectaban a las sicavs: devolver a la Agencia Tributaria el control fiscal de estas sociedades -ahora las supervisa la CNMV- «haciendo que las que no sean auténticas Instituciones de Inversión Colectiva (IIC) no tributen al tipo privilegiado del 1 por ciento sino al tipo general del Impuesto de Sociedades» y que solo se computen a efectos del número mínimo de 100 accionistas los partícipes que tengan un capital de más del 0,55 por ciento. Con ello se pretende, según el acuerdo, que las sicavs «sean verdaderas IIC y no vehículos de inversión privada de grandes fortunas con el objetivo de tributar menos». La aplicación de esta medida supondría que el máximo accionista de la sicav solo podría tener el 45,55 por ciento del capital, lo que reduciría su control.
Para Javier Muñoz, director general de Tressis Gestión, esta medida «limitará la entrada de inversores particulares en las sicavs, ya que se exigirá un capital mínimo de inversión que será más cuantioso según el patrimonio de la sicav, circunstancia que va en contra de disponer de vehículos mayores que sean más eficientes en la gestión y en los costes».
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A julio de este año 484.318 inversores gestionaban su patrimonio a través de sicavs, en las que había invertidos 33.047 millones de euros, un 3 por ciento menos que en diciembre de 2015, informan desde Inverco.
Pero no solo ha disminuido el patrimonio de las sicavs, su número y el de sus partícipes. En lo que va de año las sicavs que se han abierto no llegan a veinte mientras que en 2015 se crearon en España 142. Según datos de Inverco, a 30 de junio de este año el número de sicavs en España era de 3.382.
SUPERVIVENCIA COMPROMETIDA
Los expertos advierten que implantar las medidas propuestas por los partidos políticos podría acabar en España con las sicavs. «Supondrá su práctica eliminación como vehículo inversor en España, fomentando el traslado del ahorro nacional hacia otras plazas como Luxemburgo. También tendrá consecuencias negativas para la representatividad del MAB y para toda la industria del sector financiero», señala Javier Muñoz. Según él, «el dinero es cobarde y a la menor posibilidad de cambio normativo, el capital huye y luego es muy complejo su retorno».
Miguel Ángel Bernal, profesor y coordinador del departamento de investigación del IEB, es de la misma opinión. «La inestabilidad política y los nuevos acuerdos que se están alcanzando sobre sicavs ponen en peligro su continuidad en España. Ya se percibe un movimiento preventivo y muchas se están fusionando con fondos de inversión y trasladándose al extranjero», afirma.
Pero fusionar sicavs con fondos de inversión conlleva consecuencias. «Los partícipes pierden el control de la gestión de su inversión y tiene unos costes mayores por comisiones, pero fiscalmente, las plusvalías se gravan igual en un fondo de inversión que en una sicav», sostiene Paula Mercado, directora de Análisis VDOS Stochastics.
Sobre la nueva exigencia de un capital mínimo del 0,55 por ciento propuesta por PP y C's, Bernal asegura que «imposibilita el funcionamiento de una sicav».
También Paula Mercado apunta que estos acuerdos que se están alcanzando abocan a la extinción de las sicavs. «Existe el peligro -que ya se está materializando- de que parte del patrimonio de las sicavs comience a migrarse a otros vehículos de inversión como fondos y a países con mayor estabilidad normativa».
¿CÓMO FRENAR LA CAÍDA?
Los expertos admiten que frenar el descenso de las sicavs es difícil. Bernal cree que la liquidación de sicavs «continuará». A su juicio, este descenso solo lo frenaría si se da «marcha atrás a un proyecto que nunca debería llevarse a cabo porque es fruto del populismo y la demagogia. Un sicav es una Institución de Inversión Colectiva siempre que cumpla la ley y su supervisión no puede tenerla Hacienda».
Javier Muñoz propone que para frenar esta tendencia «es necesario formar un Gobierno que termine con la incertidumbre y que confirme el régimen actual de las sicavs. Tema que no parece que se resuelva a corto plazo».
Por su parte, Mercado explica que solo hay dos opciones para detener este descenso: «Dar marcha atrás en las propuestas actuales, que parece un poco tarde para que esto suceda», o crear un vehículo alternativo que mantenga las principales características de la sicav, como control de gestión por los socios y participación de los mismos en la gestión, con una fiscalidad ventajosa y la promesa de mantenerla durante un periodo razonable, porque, según ella, «la permanencia de capital inversor dentro del país es ventajosa para su economía y debe premiarse de alguna forma».
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