miércoles, 14 de septiembre de 2016

Sanchez , No pero ....Sí.

Durante la dramática campaña del referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN (1986), Alfonso Guerra describió agudamente el estado de ánimo de gran parte de la población. Dijo: “Muchos desean que España siga en la OTAN, pero con su voto en contra”. La dificultad de aquella campaña consistió precisamente en persuadir a toda aquella gente de que, una vez convocado el referéndum, se necesitaba su voto a favor.
En el bloqueo actual, me pregunto cuántos miembros y dirigentes del Partido Socialista desearían algo parecido: que gobierne el PP, pero con nuestro voto en contra.
De hecho, quizás ese secreto afán sea lo único que probablemente comparten Pedro Sánchez y los barones de su partido (lo que pasa es que, como llevan meses sin hablarse, no se lo pueden contar).
Descartada cualquier posibilidad razonable de llevar a un socialista a La Moncloa con este Parlamento (subrayo lo de 'razonable'), los mandos del PSOE serían felices si apareciera la fórmula mágica que diera el Gobierno al PP sin que ellos pasen por el trágala de la abstención. Por eso sueñan con un intercambio de apoyos entre el PP y el PNV tras el 25 de septiembre. ¡Albricias, asunto resuelto! Para su desgracia, tal cosa no va a ocurrir.
Tengo para mí que el secretario general, conocedor del estado de ánimo y de los deseos de sus correligionarios, lleva meses trabajando para complacerlos y alcanzar por fin el desenlace que apacigüe sus torturadas conciencias.
El problema es que los votantes se empeñan obstinadamente en ponérselo difícil. Él hace todo lo que puede, pero por dos veces consecutivas las urnas le han enrevesado el jeroglífico. Tanto en la legislatura anterior como en esta, los electores se han negado tercamente a permitir que gobierne el PP con el voto contrario del PSOE, lo que traería la paz a las almas de los unos y los otros.
Tengo para mí que el secretario general, conocedor de los deseos de sus correligionarios, lleva meses trabajando para complacerlos
No, señores, repiten estos obcecados ciudadanos. Si ustedes, los del PP, quieren gobernar, tendrán que bajarse del machito y ganarse el apoyo o al menos la abstención de sus rivales de toda la vida. Y si ustedes, los socialistas, no quieren cargar con la culpa de mantener a España bloqueada hasta el fin de los días, tendrán que bajarse de la burra y negociar un acuerdo digno con los archivillanos de la derecha.
Así que la solución que se les ha ocurrido no es hacer caso a los que votan, sino obligarlos a repetir tantas veces como sea necesario hasta que se rindan y entreguen un resultado que permita al PP formar Gobierno —que es lo que le importa— y a los socialistas no ensuciarse las manos con una decisión comprometida (que a estas alturas, parece que ya es lo único que les importa).
La buena noticia es que, según parece, Pedro Sánchez está ya muy cerca de lograrlo. Para ello, será inevitable hacernos votar por tercera vez, pero nosotros nos lo hemos ganado por cabezotas. Eso sí, los primeros síntomas son prometedores.
Como las terceras elecciones se ven venir, empiezan a aparecer (con mucho cuidado, que la castaña de la última vez fue sonada) las primeras encuestas que indican lo que sucedería si se votara hoy mismo. Esta semana se han publicado dos: una de GAD-3 para 'ABC' y otra de Metroscopia para 'El País'.
Ambas muestran la misma tendencia: nueva subida del PP, mantenimiento de Unidos Podemos y descenso del PSOE y de Ciudadanos. Nada sorpresivo. Pero lo importante está en el cálculo de los escaños. Respetamos el que ofrece 'ABC' y, en el caso de 'El País', hacemos nosotros el cálculo según una técnica convencional. He aquí el resultado para los cuatro partidos de ámbito nacional:  
El resto de los escaños se repartirían de forma casi idéntica a la actual (quizá con una nueva ganancia de ERC a costa de la ex-Convergència).
Observen que en la encuesta de 'ABC', la suma de los escaños del PP y de Ciudadanos (más uno de Coalición Canaria) da 173. Y en la de 'El País', 174. Es decir: los partidos que votaron la investidura de Rajoy estarían actualmente rozando con la punta de los dedos la mayoría absoluta.
Pedro puede hacerlo realidad. Si en ocho meses de esfuerzo ha logrado hacer pasar al PP de 123 escaños a una estimación que lo aproxima a 150, y la alianza pro-Rajoy ya está a dos o tres escaños del objetivo, ¿cómo no va a conseguirlo de aquí a diciembre? Solo tiene que seguir firmemente amarrado al no-es-no pase lo que pase en el País Vasco y en Galicia, mantener callados a los barones por las buenas o por las menos buenas y hacer una campaña como la del 26-J. Tras haber llegado hasta aquí, lo que queda es pan comido.
Solo tiene que seguir firmemente amarrado al no pase lo que pase, mantener callados a los barones y hacer una campaña como la del 26-J
Con ello, el líder socialista habrá mantenido alto el pabellón sin rendiciones humillantes y traído la paz espiritual a sus filas, ofreciendo a los suyos lo que él sabe que desean pero no se atreven a pedir: que gobierne el PP con su voto en contra.
Sí, es cierto que le entregaron un grupo parlamentario de 110 diputados y las circunstancias —completamente ajenas a su actuación— lo llevaron a 90, luego a 85 y a la próxima… aterriza como puedas. Pero ya se sabe que no se hacen tortillas sin romper huevos: si lo que queremos es no tener nada que decidir, compañeros, no hay más remedio que hacernos pequeños.
Así que, miren por dónde, pese a todos los injustos ataques que recibe,Pedro Sánchez está a punto de dar un Gobierno a España. Solo hay que dejarle hacer. 

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