El Reino Unido se endeudará 122.000 millones de libras (143.000 millones de euros) más de lo previsto esta legislatura (2020-21) por el efecto del Brexit, en lugar de lograr un superávit presupuestario en 2019-20, según datos difundidos este miércoles por el ministro de Economía, Philip Hammond.
Hammond compareció en la Cámara de los Comunes para hacer la Declaración de Otoño, en la que presentó el presupuesto preliminar para el ejercicio 2017-18 y revisó las previsiones económicas tras el referéndum del 23 de junio, en el que los británicos votaron por salir de la Unión Europea (UE).
En base a los cálculos de la Oficina de responsabilidad presupuestaria (OBR, en inglés), el déficit presupuestario crecerá de aquí a 2020-21, hasta un total acumulado de esos 122.000 millones de libras, en lugar de alcanzarse un superávit de 10.000 millones de libras (11.700 millones de euros) en 2019-20, como había previsto el anterior Gobierno.
El Gobierno rebajó además al 1,4 % la previsión de crecimiento económico para 2017, frente al 2,2 % pronosticado en marzo, y para los ejercicios siguientes, con un 1,7 % en 2018, un 2,1 % en 2019 y en 2020 y un 2 % en 2021. En 2016, el crecimiento del producto interior bruto (PIB) se revisa al alza, del 2 al 2,1 %.
La deuda neta acumulada, que se sitúa actualmente en 1,64 billones de libras (1,92 billones de euros), también aumentará más de lo previsto, hasta un 87,3 % del PIB este año y un 90,2 % en 2017-18.
Revisión de la inflación al alza
El Gobierno de Reino Unido ha incrementado también las previsiones de inflación de la economía británica en los ejercicios 2017 y 2018 hasta el 2,3% y 2,5%, según se refleja en el primer informe presupuestario, que revisa al alza en siete y cinco décimas el incremento de los precios durante los dos próximos años como consecuencia del impacto ocasionado por la decisión de abandonar la Unión Europea (UE).
La oficina presupuestaria británica también mantiene el incremento de los precios correspondiente a los ejercicios 2019 y 2020, años para los que prevé una inflación interanual del 2,1% y 2%, respectivamente, mientras que para 2021 sitúa la evolución de los precios en el 2%.
El informe de otoño, presentado este miércoles en el Parlamento contempla, de este modo, la depreciación de la libra, que ha perdido un 16% de su valor frente al dólar desde el Brexit. La devaluación de la divisa británica ha provocado que empresas europeas como Unilever o estadounidenses como Microsoft o Mondelez International hayan decidido subir sus precios en Reino Unido para contrarrestar este impacto.
En este sentido, Toblerone, propiedad de la multinacional Mondelez International, respondió con una reducción del 10% en el peso de las chocolatinas que se venden en Reino Unido en respuesta al aumento de los costes de fabricación, manteniendo el mismo precio de venta en los supermercados británicos.
Por su parte, Unilever llegó a un acuerdo en octubre con Tesco para resolver la disputa de precios que mantenían y que provocó que los productos del fabricante anglo holandés no estuvieran disponibles de forma 'online' en la principal cadena de supermercados de Reino Unido, donde llegó a faltar la popular crema para untar 'Marmite', un producto 'endémico' de la cesta de la compra británica, mientras que a finales de octubre Microsoft anunciaba su intención de incrementar el precio en Reino Unido de su software para empresas y servicios en la nube entre un 13% y un 22% a partir del próximo 1 de enero.
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