viernes, 25 de noviembre de 2016

Manualillos de Inversión ( 2 ) los P.P.


Planes de pensiones: qué son en realidad



Carlos Leal, socio de Conecta Capital


Mucho se esta hablando estos días de los planes de pensiones, y todos los días nos encontramos cartelería en los diferentes escaparates de las entidades bancarias y aseguradoras sobre las ofertas que tienen. También se nos esta informando constantemente sobre los problemas de las pensiones en el medio y el largo plazo, y sobre la necesidad de crear un ahorro a largo plazo que cubra el largo plazo. 
Pero antes de eso tenemos que saber exactamente que es un plan de pensiones, algo que en la entidad bancaria seguro que no nos explican con tanta profundidad. Un plan de pensiones es un producto financiero-fiscal, uno de los pocos que quedan tras sucesivas reformas fiscales. 
Primero me centrare en el tema financiero, el que considero mucho más importante. Un plan de pensiones es básicamente un fondo de inversión, pero debido a su carácter fiscal es ilíquido salvo que se den unas circunstancias especiales (a las que luego me referiré). El que sea ilíquido no significa que sea perpetuo, es totalmente traspasable a cualquier producto de la misma naturaleza. Como fondo de inversión el plan de pensiones tiene una política inversora, una gestora, una entidad depositaria, y lleva una comisión aparejada al mismo. Ningún plan de pensiones es igual a otro. Existen planes de pensiones monetarios que invierten en repos y deuda estatal de la mas alta calidad crediticia a muy corto plazo (que salvo que la comisión del plan sea 0 dan rentabilidades negativas actualmente), planes de pensiones mixtos, que combinan activos de renta fija y renta variable con sesgo a determinados países o zonas económicas, y planes de pensiones muy volátiles, que se centran en valores sectoriales de determinadas zonas geográficas. El abanico es innumerable y su conocimiento y análisis requiere de muchas horas de estudio y comprensión. 
En lo que se refiere al tema fiscal, un plan de pensiones minora la parte de los rendimientos del trabajo del IRPF, la vena de toda declaración de la renta. Por ello es el mejor producto fiscal a corto plazo. Si por ejemplo percibimos unas rentas del trabajo anuales de 45.000€ y hacemos una aportación de 7.000€ a nuestro plan de pensiones, minoramos la base imponible, por lo que bajamos dicha base y minoramos el tipo de gravamen aplicable (pudiendo incluso llegar a bajar de tipo de gravamen). Por ello es conveniente a final de año sentarnos con nuestro asesor financiero-fiscal y calcular el importe conveniente para aportar ese año, dependiendo de nuestra necesidades financieras y de nuestros ingresos percibidos. Fiscalmente se convierte en el mayor producto de ahorro fiscal (más ahora que ha desaparecido la deducción por amortización de hipoteca de vivienda habitual, aunque muchos la mantengan). En cuanto a la liquidez, un plan de pensiones esta concebido para rescatarse en el momento de la jubilación, pero no es el único momento en el que se puede rescatar. 
Un rescate de un plan de pensiones se puede realizar en los siguientes momentos:
- Jubilación. En el momento de la jubilación se puede rescatar totalmente o por aportaciones. Si las aportaciones se hicieron antes del 2003 tengo derecho a una reducción de la parte a declarar. Si se hace por partes solo declarare lo que rescate
- Fallecimiento. Mis herederos percibirán el importe y lo declararan en el irpf, no en sucesiones y donaciones.
- Invalidez permanente que impida realización de actividad laboral habitual. Se puede percibir igualmente totalmente o por via de rentas
- Situación de desempleo estructural (más de dos años de desempleo y/o agotamiento de ayudas de prestación por desempleo, excluida la renta mínima de 420€.
- A partir de los 10 años de la primera aportación. Esta última es una novedad legislativa que esta pendiente de desarrollo por el actual parlamento.
Volviendo al tema financiero, que es el fundamental, cuando decidimos contratar un plan de pensiones tenemos que valorar el horizonte temporal para nuestra jubilación y nuestro perfil y tolerancia al riesgo. Si tengo 35 años me interesara un plan de pensiones con un perfil de renta variable que me aporte rendimientos en el largo plazo a cambio de una mayor volatilidad, pero si mi perfil es más conservador (a pesar de mi edad) debería combinarlo con un plan de pensiones mixto y con otro de renta fija que me cubra de caídas en momentos de fuertes incertidumbres de mercado. Conforme va avanzando mi edad deberé cambiarlo consolidando plusvalía a planes de pensiones más conservadores con algún monetario, sin dejar de aprovechar las oportunidades de mercado que me de la renta variable. Todo ello debería hacerlo de la mano de un asesor, que vigile la cartera y haga los movimientos correspondientes según mi perfil, edad y situación personal en cada momento. 
El coste de un plan de pensiones es algo fundamental. Si el tipo de interés libre de riesgo es cero o 0,5 (por ejemplo) y la comisión del plan de pensiones ultraconservador es superior al 1,5 mi rentabilidad será negativa, por lo que es un plan de pensiones que no se debe contratar. Las comisiones de un plan de pensiones suelen depender de su política inversora y de los costes de la entidad gestora. Por ejemplo, un plan de pensiones ultraconservador debería tener una comisión siempre inferior a uno, por la tipología de su inversión. Si el banco nos cobra 1,5 es porque esta repercutiendo el coste de sus oficinas y redes al cliente final, sin mejorar el servicio. Con esto me referiré también a los bonus. Si un banco me ofrece un 2% de bonificación en un plan de pensiones con una permanencia de cuatro años en un plan de pensiones ultraconservador con una comisión del 1,5% y a cambio existe otro plan de pensiones de otra entidad (ya sea un gestor independiente o aseguradora que me cobra una comisión del 0,5%), debería coger la segunda opción. Si mantenemos el supuesto de que no lo vamos a mover y que el rendimiento va a ser el mismo (cosa que no es lo habitual) en un caso recibiremos un 2% (que habrá que tributar, con perdida fiscal) y nos cobraran un 6% (no deducible). A cambio la otra opción nos cobrara un 2%. En este caso habremos perdido un 2% (sin contar efecto fiscal) por dejarnos deslumbrar por un bonus. Además el bonus nos obliga a permanecer en la misma entidad, por lo que si tenemos una cantidad importante de dinero no podemos diversificar correctamente con diferentes estilos de gestión y visiones de mercado. La diversificación es un mantra que tenemos grabado a fuego los que nos dedicamos a esto, y en los planes de pensiones es tan importante como en los fondos de inversión y en la renta variable pura. 
Por ello lo que recomendamos los asesores financieros de Conecta Capital es que nos informemos del producto, y no de la promoción. Se que es muy complejo acercarnos a todas las entidades y además carecen de total neutralidad (y desgraciadamente conocimientos) de su producto. Por ello lo mejor es acudir a un asesor financiero que controle el producto y pueda elegir a través de sus plataformas de arquitectura abierta el producto más conveniente para su cliente, haciendo un seguimiento del mismo. Este experto analizara la política inversora, las alfas y betas del producto, sus ratios de sharpe y comisiones, elementos muy importantes pero que quedan lejos de los ojos del cliente minorista, para adecuar el producto a sus necesidades (y no al revés, como suele hacer la banca comercial minorista).

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