Por su dominio de las redes, su naturaleza emprendedora y su carácter irreverente y creativo, la generación Z, aquellos nacidos entre 1994 y 2010, está llamada a reinventar el futuro de la sociedad española, según ha afirmado Núria Vilanova, coautora de un libro sobre esta generación.
Son dos los principales rasgos que marcan el carácter de la generación Z. Uno de ellos es el haber nacido en plena era digital, al contrario que sus predecesores, los millenials, quienes vivieron el paso del mundo analógico al digital; y el segundo está relacionado con haber crecido en medio de la crisis económica.
En una entrevista con motivo de la presentación del libro "Generación Z: todo lo que necesitas saber sobre los jóvenes que han dejado viejos a los millenials", escrito junto a Iñaki Ortega, la autora ha subrayado la necesidad de las empresas por integrar a estos jóvenes.
"Un joven de la generación Z no entendería que un jefe le dijera que no puede mirar un whatsapp o contestar al Instagram mientras está trabajando, porque la separación del tiempo ya no es rígida y estamos conectados todas las horas que estamos despiertos", ha constatado.
En este sentido, estos jóvenes han roto con algunas de las inquietudes de los millenials, en especial en todo lo referido al mundo laboral. Así, lejos de ansiar un puesto de trabajo estable en una compañía tradicional, la generación Z es emprendedora y más flexible a la hora de compaginar la vida laboral y personal.
Aun así, España hoy se sitúa como el segundo país de la Unión Europea con un mayor número de parados entre los 18 y los 25 años, solo por detrás de Grecia, según datos de Eurostat.
Esta precariedad laboral no ha afectado en exceso a los Z, según Núria Vilanova. "Estos jóvenes pueden convivir con la precariedad con más naturalidad, porque entienden que el mundo se ha hecho pequeño, que los cambios son cada vez más importantes y más rápidos", ha afirmado.
Asimismo, España todavía "está en la carrera" de la modernización digital. Las empresas aún no han asimilado del todo la digitalización y el porcentaje de jóvenes españoles que quieren emprender es menor al de otros países de su entorno o de Estados Unidos.
Esta diferencia, a juicio de Núria Vilanova, se debe a razones culturales. "Nuestra concepción de la privacidad hace que no interactuemos de una forma tan abierta con las redes sociales, por lo tanto nuestro sistema de aprendizaje va a ser más lento", ha asegurado.
Para canalizar mejor las oportunidades que ofrece esta generación, Vilanova ha considerado que la educación también debe adaptarse al nuevo mundo digital, dejando a un lado el modelo tradicional de enseñanza.
"El sistema educativo de hoy debe basarse en el diálogo y en saber preguntar, volviendo, de alguna manera, al sistema socrático, en el que el profesor enseñaba sabiendo hacer las preguntas adecuadas", ha señalado.
Respecto a cómo dar respuesta a las demandas de los Z, una generación muy movilizada políticamente, la escritora considera que la política tradicional, por sí sola, no basta, puesto que estos jóvenes ya han comenzado a orientar sus inquietudes a través del emprendimiento.
"Lo que hacen los Z es ser emprendedores y crear una empresa con impacto, que sirva para luchar a favor de la integración de personas con discapacidad, o aplicando un modelo que luche contra la discriminación de género o que sea capaz de integrar a personas que están en un nivel de pobreza", ha destacado la autora.
En cualquier caso, la integración de los jóvenes Z en el mundo laboral no es una opción.
"El modelo económico va a tener un cambio absolutamente brutal. En 20 años, un 50 % de los empleos actuales habrán desaparecido. Para avanzar en el cambio necesitamos esa nueva mentalidad diferente que tienen los Z", ha concluido Núria Vilanova.
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