El alcalde defiende que pese a la herencia del PP y las divisiones en el tripartito han logrado sacar adelante planes importantes
Se ha superado el ecuador del mandato y el gobierno local, compuesto por PSOE, Somos e IU, se ha encontrado con problemas importantes: las sentencias de Villa Magdalena y del Palacio de Exposiciones y Congresos, la falta de seguridad contra incendios del Auditorio Príncipe Felipe, la incertidumbre del futuro de los festejos, el cierre de El Asturcón... Situaciones que el alcalde, Wenceslao López, atribuyó en exclusiva a la herencia recibida del PP: «Lo que hace veinte años eran grandes proyectos para Oviedo se han convertido en chapuzas», valoró.
Una mochila que, reconoció, complica la labor diaria y a lo que han de dar una solución como actuales gestores: «Antes no se miraba por los intereses del municipio y hoy en día nos encontramos con una sobrecarga de trabajo por culpa de los proyectos fallidos», lamentó el primer edil durante la tradicional comida navideña que el Grupo Municipal Socialista ofrece cada año a los periodistas que cubren la actualidad municipal en la Casa del Pueblo.
Habló de herencia y aludió también a falta de plantilla y a las divisiones entre los tres socios de gobierno. Pero «a pesar de los conflictos, este equipo de gobierno va aprobando los proyectos importantes sin discusiones». Una negociación que, indicó, sirve para «resolver los problemas con otras administraciones como son el Gobierno del Principado o el estatal» y que consideró que está dando frutos, mencionando los antiguos terrenos del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), que tienen un futuro gracias al proyecto 'Hucamp!, la campa de todos', y las conversaciones con el Ministerio de Defensa sobre el futuro de la fábrica de armas de La Vega. Porque «para mí la política es el arte de hacer posible lo imposible aunque el contexto sea complicado».
A pesar de que el equipo de gobierno va capeando los temporales, López presagió que el año y medio que queda para las elecciones municipales de mayo de 2019 va a ser igual de intenso. Dice que los problemas seguirán existiendo y deben de ser ellos quienes aporten una solución: «Sería una gran irresponsabilidad decir que estas cuestiones las deberán arreglar ellos mientras el mando del gobierno lo tenemos nosotros».
En estos dos años y medio de mandato, valoró, no todo han sido noticias malas. Mencionó 'victorias' como la ayuda europea para la remodelación de la entrada a Oviedo por la 'Y' o el funcionamiento del área de Recaudación. Una área que la oposición hace un año predecía que sería un «fracaso», pero doce meses después considera «un éxito». «A día de hoy este área está funcionando sin problemas y hemos ahorrado los 4 millones de euros que costaba tener este servicio en manos de una empresa», destacó.
Del mismo modo, afirmó que el número de demandantes de empleo no ha parado de decrecer desde hace dos años y medio, ya a mediados de 2015 esta tasa se situaba en el 20% y hoy en día ha bajado hasta el 16%. «Todavía hay muchas personas sin un empleo, pero la tendencia es a la baja», comentó. A renglón seguido, sacó pecho de los niveles de deuda que hay en la actualidad. «Cuando llegamos al gobierno local había 100 millones de euros de deuda viva y ahora esta cifra se sitúan en los 60 a pesar de que este año hemos tenido que pagar 34 millones por Villa Magdalena».
Sin cuentas regionales
El primer edil aprovechó ayer la ocasión para criticar que los presupuestos regionales no hayan salido adelante porque los partidos de la oposición -salvo Izquierda Unida- rechazasen el proyecto que Javier Fernández presentó a finales de noviembre. «No es una casualidad que para 2018 no haya presupuesto a nivel regional», lamentó, destacando los inconvenientes que suponen para Oviedo.
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