viernes, 15 de diciembre de 2017

Puede mejorar la movilidad en el Área Central....

De la Serna promete 580 millones hasta 2025 para «la mayor modernización» de Cercanías

El ministro Íñigo de la Serna, acompañado de Fernando Lastra y Wenceslao López. Detrás Mariví Monteserín, Isabel Pardo de Vera, Juan Alfaro y Ángel Fernández. /P. LORENZANA
El ministro Íñigo de la Serna, acompañado de Fernando Lastra y Wenceslao López. Detrás Mariví Monteserín, Isabel Pardo de Vera, Juan Alfaro y Ángel Fernández. / P. LORENZANA

El plan incluye renovar Lena-Gijón y superar los cuellos de botella de Villabona y Soto del Rey Feve tiene 20 terraplenes «críticos», catorce túneles que «urge» reparar, siete trincheras «de alto riesgo», y puentes con daños estructurales

RAMÓN MUÑIZ / MARCO MENÉNDEZ OVIEDO.

En la última década las Cercanías de Renfe perdieron un 40% de su pasaje y las de Feve un 52%. El dinero que pagan hoy los usuarios de ésta última solo cubre el 14% de los costes de los trenes, y en el primero la recaudación apenas da para el 28,5% de la factura. El resto lo pone el Gobierno central. Para cubrir el déficit de este servicio público, el Consejo de Ministros aprobará este viernes un suministro de 850 millones que palia las pérdidas de todos los trenes de proximidad del país durante el próximo año. «Esto afecta a varios ministerios, llevamos meses discutiéndolo pero ha sido una decisión del presidente del Gobierno», reveló ayer Iñigo de la Serna, responsable de Fomento. La medida asegura la supervivencia, al menos en 2018, de todas las frecuencias de Cercanías, pese a lo vacíos que van. «En muy pocos casos» incluso se ampliarán los servicios, matizó. La conexión Oviedo-Avilés es uno de ellos. Ahora hay momentos en los que hay que esperar una hora para coger el siguiente tren. A partir de marzo el tiempo máximo se reducirá a 30 minutos y el último tren de la noche permitirá enlazar con el Alvia que llega a Madrid. La mejora agranda el déficit anual en 1,74 millones.
Las explicaciones del Ministro de Fomento revelan que hubo otras opciones sobre la mesa. Mover las Cercanías provoca un agujero en las arcas y los movimientos del PP en las Cortes habían despertado el fantasma de una poda masiva del servicio. Lejos de ello, De la Serna acudió ayer a Oviedo con un plan para abordar «el mayor proceso de modernización del sistema de Cercanías» de la región. Tras meses de evaluación y análisis, sus técnicos han encontrado un rosario de trenes envejecidos, vías colapsadas, taludes con alto riesgo de desmoronarse, túneles y puentes que no ofrecen las garantías necesarias. Poner al día todo el sistema exige una inversión de 580 millones, suma que solo computa los arreglos pero deja al margen las inversiones en los planes de vía de Gijón y Avilés. «El proceso de renovación es hasta el año 2025, pero el grueso se acometería antes de 2022, con un calendario muy establecido y exhaustivo», dijo. Tanto que aseguró que acudiría a la región cada seis meses «para hacer evaluación del grado de cumplimiento», explicar lo hecho y justificar lo que se haya demorado.

«Una cierta degradación»

Durante una hora, en la Delegación del Gobierno, y ante una nutrida representación de alcaldes, diputados, senadores y sindicatos, De la Serna hizo un diagnóstico crudo de los males acumulados. En la red de ancho ibérico, la que utilizan los trenes rojiblancos y frecuentan 18.740 usuarios al día, hay túneles del siglo XIX «que han experimentado una cierta degradación», otros con «juntas abiertas, alteración de bóvedas, filtraciones de agua». Se han identificado trincheras «en mala situación», vías que acumulan 30 años de servicio «con un desgaste importante» lo que obliga a limitar el avance del ferrocarril a entre 30 y 60 kilómetros por hora. En total son diez los puntos cuyo deterioro obliga a los maquinistas a decelerar. «Villabona y Mieres son los entornos más afectados», reconoció.


Existen problemas con el suministro eléctrico, con «pérdidas de tensiones de entre el 10 y el 30%». En Villabona, San Juan de Nieva y Soto del Rey las instalaciones de seguridad utilizan una tecnología «invariable desde 1955 y esto provoca situaciones de riesgo». Hay enclavamientos de los años 70 y además, tramos de la red saturados.
«Estoy siendo absolutamente transparente sobre la situación», expresó De la Serna, ante la envergadura de los males descritos. El coste necesario para poner al día la red de ancho ibérico lo cifro en 338,85 millones, el 87,5% de los cuales se irían en superar tres de sus principales insuficiencias: la renovación integral de Lena-Gijón, la mejora del nudo de Villabona y la permeabilidad entre las vías del tramo Soto del Rey-Pola de Lena. La primera mejora exige 88,05 millones, mientras la ampliación de capacidad de los otros dos cuellos de botella consumiría 208,6 millones.
La actuación en Villabona «es una aportación del Principado; nos trasladaron la importancia de esta actuación sobre la que existían estudios previos», deslizó, aludiendo a los trabajos que sus antecesores maduraron para llevar el AVE hasta Gijón mediante costosas variantes. El corazón de la red soporta ahora 180 circulaciones al día, en un tramo de dos vías. «Pasaríamos a cuatro, con un trazado más corto y favorable que podría reducir el tiempo de viaje en un par de minutos», estimó el ministro. La inversión, además, posibilita ejecutar un by-pass para que los trenes de Renfe puedan circular entre Gijón y Avilés, sin tener que ir hasta Oviedo para ello.
El paquete para modernizar el ancho ibérico contempla reformar el suministro eléctrico, sustituir enclavamientos eléctricos, asentar las trincheras de mayor riesgo, y actuar en el entorno de Mieres para eliminar un desajuste de la vía que obliga a circular a 50 kilómetros por hora.

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