Inditex ha confirmado los malos augurios, que pronosticaban una caída de márgenes y un menor ritmo de crecimiento, y ha anunciado unos resultados correspondientes al ejercicio 2017 que cualquier grupo podría considerar envidiables, pero que para el gigante de la moda suponen reconocer que también es humano.
Y el mercado no se lo ha tomado especialmente bien. Las acciones han llegado a caer hasta casi un 5% en los primeros compases, aunque el valor luego se ha dado la vuelta con alzas superiores al 4,5% a falta de una hora para el cierre, liderando al Ibex 35, después de la intervención de Pablo Isla, el presidente de Inditex. Al cierre se anota un 3,83% hasta los 25,19 euros. El valor sufre aun así un retroceso del 15% en el acumulado del año, especialmente tras el desplome del 7% el viernes 23 de febrero, tras un recorte masivo de las estimaciones por parte de los analistas.
Las ventas de la compañía cosecharon un crecimiento del 9%, hasta 25.336 millones de euros, cifra que a tipo de cambio constante habría ascendido al 10%, con mejoras en todas las áreas geográficas donde tiene actividad.
Sin embargo, las ventas en tiendas comparables apenas lograron un crecimiento del 5%. En el arranque de su ejercicio 2018, el grupo ha repetido el ritmo de crecimiento de ventas de 2017, al haberse notado un 9% entre el 1 de febrero y el 11 de marzo de 2018.
Por su parte, las ventas online crecieron un 41% y supone el 10% del total de los ingresos del grupo, unos 2.500 millones, y el 12% de los mercados en los que existe tienda online.
El resultado bruto operativo (ebitda), impactado por el efecto divisa, limitó su crecimiento al 4%, hasta 5.277 millones; mientras que el resultado de explotación (ebit) se situó en 4.314 millones, lo que representa un incremento del 7% (12% a tipo de cambio constante); y el beneficio neto se situó en 3.368 millones de euros, un 7% superior al de 2016.
El margen sobre ventas, uno de los puntos que con mayor interés sigue el mercado, se ha visto mermado al caer del 57% al 56,3%, recorte que ha venido a confirmar los temores que empezaron a circular por el mercado el pasado 23 de febrero, cuando el grupo se desplomó en bolsa un 7% tras anticipar a algunos analistas estos menores márgenes.
A pesar de este frenazo, la consejo de administración de la compañía ha decidido elevar el dividendo otro 10,3%, hasta 0,75 euros por acción, propuesta que llevará a la Junta General el próximo julio, y que supondrá para su fundador y primer accionista, Amancio Ortega, recibir 1.386 millones.
Por tercer año consecutivo, Inditex ha decidido mantener el plan de participación directa en los beneficios de la plantilla, lo que supondrá el reparto de 42 millones de euros entre 88.000 empleados el próximo mes de abril; mientras que la remuneración total de Pablo Isla se elevó un 3%, hasta 10,69 millones, después de que el consejo de administración considerara que su grado de cumplimiento de objetivosen 2017 ascendió al 99,1%.
Cambios directivos
Inditex ha nombrado a Carlos Crespo nuevo director general de Operaciones, con el mandato de coordinar las áreas de Sistemas, Logística,, Obras, Compras y Sostenibilidad; un auténtico mano derecha de Pablo Isla, al que reportará directamente, sobre cuyas espaldas recaerá la responsabilidad de la transformación digital del grupo.
El Talón de Aquiles que ha demostrado tener el grupo con estos resultados está directamente relacionado con internet y la forma en que el comercio online está impactando en el tradicional, un reto que el hólding de moda gallego intenta combatir con un modelo de omnicanalidad e integración que también capitaneará ahora Crespo.
El nuevo director de Operaciones era hasta la fecha director de Auditoría Interna del grupo, cargo en el que será relevado por Paula Mouzo, hasta ahora directora adjunta del departamento.
La transformación del modelo hacia el online está detrás también de la política de Inditex de ir cerrando pequeñas tiendas y abriendo grandes 'flagships', lo que se ha traducido en el último ejercicio en la apertura de 526 establecimientos en 58 mercado, y el cierre de 341 unidades más pequeñas, lo que reduce a 183 el número de aperturas netas.
En los últimos seis años, el grupo ha transformado el 80% de su superficie comercial con 2.994 nuevas aperturas, 2.148 reformas y ampliaciones y 1.046 cierres. Dentro de esta política se enmarca, precisamente, la decisión de Inditex de vender a Deka un lote de pequeños y antiguos establecimientos que tiene repartidos por toda España.
Al cierre de 2017, la compañía gallega suma 7.475 tiendas repartidas por todo el mundo, tras la incorporación Bielorrusia.
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