El consejo de administración de Telefónica ha abierto el debate para analizar si es conveniente vender parte de la joya de la corona: su amplia red de fibra, en la que ha invertido 45.000 millones de euros.Fuentes próximas al órgano de gobierno de la operadora confirman que la operación se ha tratado en diversas ocasiones debido al interés de los fondos de infraestructuras por estos negocios dada su rentabilidad y, sobre todo, para conseguir convencer a la bolsa del valor real del grupo de telecomunicaciones.
Las mismas fuentes indican que en el consejo de administración hay mucha preocupación por la trayectoria de la cotización de Telefónica, que en lo que va de año ha perdido un 9%, y un 25,76% desde que César Alierta nombró a José María Álvarez-Pallete presidente de la compañía, el 29 de marzo de 2016. En estos dos años y tres meses, la capitalización bursátil de la operadora ha adelgazado en algo más de 13.000 millones de euros, pese a los esfuerzos del equipo gestor de reducir la deuda en casi 7.000 millones, y mientras el Ibex 35 se ha revalorizado un 10%. Una depreciación a la que se suma al recorte del dividendo a la mitad en los ejercicios 2016 y 2017.
Por ese motivo, algunos consejeros han propuesto que se estudie la opción de vender una parte de la red de infraestructuras del grupo, la mayor de Europa, una operación que tendría dos efectos positivos. El primero es que permitiría una entrada de dinero fresco en el balance, lo que reduciría de forma más agresiva el todavía “elevado” nivel de deuda, según el propio Álvarez-Pallete.
Un apalancamiento que “pesa todavía en la cotización” y que afecta el grado de solvencia de sus bonos. El presidente ha intentado rebajar esta deuda con la venta de la británica O2, la colocación en bolsa de Telefónica Argentina y la venta de la filial en México. Pero por diversas razones —caída de los mercados, Brexit y competencia local en México— no ha podido realizar ninguna de estas desinversiones.
Telefónica ha destinado algo más de 3.000 M de euros en los dos últimos años a desplegar la red de fibra en España, donde ya cubre 19 M de hogares
Fuentes oficiales de Telefónica han declinado hacer ningún comentario sobre esta información, pero otras fuentes de la empresa reconocen abiertamente que se está analizando qué hacer con un activo cuya construcción ha sido “costosa”, según dijo el presidente en su último discurso a los accionistas. “Desde 2012 hemos invertido 45.000 millones de euros en el desarrollo de nuestras redes fijas y móviles, destinando el esfuerzo inversor mayoritariamente a las redes ultrarrápidas y de nueva generación, tanto en Europa como en Latinoamérica”, defiende Álvarez-Pallete.
En España, Telefónica ha destinado algo más de 3.000 millones de euros en los dos últimos años a desplegar la red de fibra, y ya cubre 19 millones de hogares, una inversión que supera los 15.000 millones desde que César Alierta puso en marcha la transformación de la compañía para que los ingresos obtenidos por datos fueran mayores a los que factura por el negocio tradicional de voz (llamadas).
Fuentes próximas al consejo de administración explican que “dado que hay tanto dinero en el mercado dispuesto a invertir en infraestructuras, al estar los tipos de interés por debajo de cero, una buena operación sería vender parte de esta red y dar entrada a un socio que compartiese el esfuerzo inversor de los próximos años”. Telefónica ya vendió el 40% de Telxius, la filial de cable submarino y torres de telecomunicaciones, por 1.275 millones.
El éxito de Ufinet
Varios bancos de inversión se han acercado a Telefónica para proponerle también la posibilidad de vender parte de esta división, sobre todo tras el éxito de la desinversión de Cinven en Ufinet. El fondo de capital riesgo se ha desprendido de la que fuera la filial de telecomunicaciones de Gas Natural por 2.100 millones, multiplicando por cuatro los 500 millones que pagó en 2014. Fuentes financieras explican que la operadora participada por CaixaBank y BBVA debería incluso vender una mayoría para convertir su red en neutra, es decir, que pudiera dar servicio a todo tipo de clientes y no solo fuera usada por los de Movistar.
Varios bancos de inversión se han acercado a Telefónica para proponerle también la posibilidad de vender parte de esta división
Para convencer a los inversores de que Telefónica está infravalorada, el equipo directivo ha reiterado que la compañía, a diferencia de sus competidores europeos, ya ha hecho el gran esfuerzo en la construcción de su red de infraestructuras. Pero lo cierto es que aún debe acometer grandes cantidades de ‘capex’ para cambiar los clientes de ADSL por los de fibra, particularmente en Latinoamérica y, en especial, en Brasil, donde tiene previsto invertir 6.000 millones adicionales en los dos próximos años.
“Nuestras redes fijas ocupan un importante espacio en el marco total de nuestros activos físicos. Durante el último año, la cobertura de fibra (FTTx) se ha ampliado a 44 millones de unidades inmobiliarias pasadas, un 13% más que en 2016. Nuestra infraestructura de red cuenta con un total de 24 centros de datos, 17.000 estaciones satélite y ocho telepuertos”, explica Telefónica, que obtiene un retorno mayor de los clientes que usan la fibra que de los que aún dependen del cobre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario