viernes, 2 de noviembre de 2018

Irredentos y chulescos!

La banca española ha hecho progresos en su posición de solvencia, pero los supervisores quieren más. Y las entidades españolas no parecen haber interiorizado este mensaje, pese a que desde el Banco de España (BdE) recuerdan a sus ejecutivos que tienen la ratio de capital más baja de Europa, aunque esté holgadamente por encima de los requerimientos.
Entre los retos a los que se enfrenta el sector financiero, destaca “el asociado con el proceso de adaptación a un marco regulatorio más exigente”, señaló este miércoles Pablo Hernández de Cos, gobernador del BdE, en la presentación del informe anual en el Congreso. “Las entidades españolas ya se han adaptado en gran medida a las nuevas exigencias, situándose sus ratios de liquidez y de solvencia por encima de los requerimientos mínimos, aunque en el caso de la ratio de capital CET1, su nivel es comparativamente menor que el de los sistemas bancarios de la eurozona, lo que subraya la necesidad de que las entidades refuercen sus niveles de capital”, añadió el gobernador, que recordó que aún quedan reformas pendientes como la revisión de Basilea III y los requisitos MREL de emisión de instrumentos de recapitalización.


Los supervisores parecen decididos a poner el acento en que la banca española está a la cola en Europa en su posición de capital, y los ejecutivos dispuestos a obviar estas advertencias. En su primera comparecencia pública, la subgobernadora del BdE, Margarita Delgado, aseguró que “los bancos han de tener más capital y de mejor calidad que antes de la crisis financiera”. Todo un tirón de orejas ante los primeros espadas del sector, en el IX Encuentro Financiero Expansión-KPMG, en el que Ramón Quintana, director general del Mecanismo Único de Supervisión (MUS, órgano de supervisión del BCE), advirtió del riesgo de que los bancos realicen una “búsqueda desordenada de rentabilidad”.
Los datos de la Autoridad Europea de Banca (EBA, por sus siglas en inglés), que este viernes publicará los test de estrés al sector, sitúan a España con la menor ratio de capital CET1 ‘fully loaded’, que incluye el capital de mejor calidad según los requisitos que entrarán en vigor en 2019. La ratio española es del 13%, frente al 16% de media de la Unión Europea.
De hecho, un informe de la consultora Bain & Company del que se hizo eco este medio denuncia que la mitad de entidades españolas está por debajo del nivel aspiracional del 13%, y “los bancos españoles más grandes tienen una posición particularmente pobre”. Aunque no cita nombres concretos, los bancos más grandes son Banco Santander y BBVA, con ratios de capital CET 1 ‘fully loaded’ del 11,11% y del 11,34% respectivamente, según los informes del tercer trimestre.
La ratio del Santander mejoró desde el 10,8% de junio, cuando perdió 20 puntos básicos por ajustes en Estados Unidos, la cartera de renta fija y costes de reestructuración, deterioros compensados solo parcialmente por la generación orgánica. José Antonio Álvarez, aún consejero delegado, explica que la capacidad de generación es de 11 puntos básicos trimestralmente. En el tercer trimestre se generaron 31 puntos básicos por el beneficio obtenido y la reducción de activos en riesgo, explica el banco cántabro. Sigue muy por encima de los requerimientos, en el 8,749% la ratio CET1 'phased-in', en la que el Santander tiene un 11,29%.
BBVA, por su parte, señala que pese a haber perdido 6 puntos básicos de ratio de capital en el trimestre, sigue por encima del objetivo del 11%. La entidad asegura que tiene “una posición sólida”. “Hemos demostrado ser bastante resistentes incluso en un entorno de mercado adverso”, señaló Carlos Torres, consejero delegado y futuro presidente, ante los analistas. En este sentido, hubo un impacto positivo de 35 puntos básicos por resultados tras reservar 13 puntos por dividendos y 81 puntos para pagos de cupones. Asimismo, sufrió un impacto negativo de 11 puntos básicos por el aumento de los activos ponderados por riesgo en Estados Unidos y Latinoamérica, más otros impactos negativos por la evolución de los mercados, como la depreciación de la lira turca y el peso argentino.

Ajustes

Con el repunte de Banco Santander, Sabadell se queda con la ratio más baja, al deteriorarse drásticamente en un año desde el 12,7% hasta el 11%. En el tercer trimestre se mantuvo constante, después de caer en el segundo en 100 puntos básicos por extraordinarios como los ajustes en la cartera de renta fija (ALCO, en la jerga), ajustes por TSB, las ventas institucionales de carteras y el deterioro del capital de Sareb, el banco malo.
En el otro extremo está Unicaja, con un 13,5%, seguido de Bankia, con un 12,7%. El banco parcialmente nacionalizado ha apostado en los últimos años por estar a la cabeza en los indicadores de solvencia -aunque la ratio de capital no es la única forma de medirla- en contraste con su pasado. Eso sí, disminuye a lo largo del año desde el 12,66% de diciembre.


Por su parte, CaixaBank publicó esta semana una ratio del 11,4%, 30 puntos básicos menos que un año antes. La generación orgánica en 2018 de 54 puntos básicos no ha servido para compensar los 43 puntos básicos de deterioro por la volatilidad de los mercados y 38 puntos básicos por extraordinarios como la aplicación de la nueva norma contable IFRS9, la recompra del 51% de Servihabitat o la compra de la participación de minoritarios en BPI. Asimismo, Bankinter, que en 2017 estaba por detrás, tiene ahora una ratio levemente más alta, del 11,55%, 5 puntos básicos más que un año antes.
Las quejas de los supervisores, a veces veladas y otras veces directas, vienen de lejos. El Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés) cuestionó en 2016 el reparto de dividendos históricamente ‘generoso’ de la banca en vez de aprovechar los beneficios para recapitalizarse. En su visita a Madrid ese mismo año, el gobernador del Banco de Francia y uno de los nombres que ha sonado para sustituir a Mario Draghi, François Villeroy, aseguró que “en algunos casos, hay bancos que deben primar con sus beneficios el fortalecimiento del capital frente a pagar dividendos”. Dos años después, las pretensiones de los supervisores son las mismas.

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