Los arquitectos diseñan una revisión del Plan General que elimina la Ronda Norte
El alcalde afirma que la discusión acerca de la carretera está «agotada» y acusa a Rubén Rosón de «hablar por hablar»
La asistencia técnica contratada por el Ayuntamiento para la revisión del Plan General de Ordenación a los arquitectos Víctor García Oviedo y Ramón Fernández-Rañada contempla la eliminación de la Ronda Norte del documento rector. Así lo confirmaron ambos ayer a este periódico como un «elemento contractual de pleno derecho de quien tiene las competencias en Urbanismo, que es el Ayuntamiento».
Los urbanistas trabajan en estudiar y limitar las consecuencias de los desarrollos futuros y la calificación del suelo que tenga el borrado de una raya que apareció en el PGOU de 1999 y se mantuvo en el de 2006. Están obligados a ello. El pliego de prescripciones técnicas lo deja claro tras el acuerdo que alcanzaron los tres partidos del equipo de gobierno junto con Ciudadanos para descartar la ejecución de la Ronda Norte por su «elevado coste económico y ambiental y su escasa rentabilidad social».
En el mismo epígrafe, la directriz -que se duplica coma a coma en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible- considera que «las mejoras en los accesos actuales» y «una posible nueva salida hacia la zona Oeste serían suficientes para dar conexión a los barrios de esta zona con el resto de la ciudad y el Área Metropolitana sin discurrir por el centro urbano».
Es más, el propio pliego del contrato afirma que la Ronda Norte ha sido una aspiración de las corporaciones anteriores y que «su trazado a modo de arco enlaza en sentido noreste-suroeste la autovía AS-II con la autopista A-63, atravesando la falda del Naranco mediante un túnel». Un túnel. Esa palabra cogió con el pie cambiado a Somos e Izquierda Unida la semana pasada. Los socios de gobierno de Wenceslao López todavía están digiriendo la petición del alcalde a Fomento de que una de las opciones que presente el ministerio en el estudio informativo sea una vía soterrada.
Máxime cuando López, allá en 2016, para llegar al acuerdo de revisión del Plan General, alegó que «la Ronda Norte sería una barbaridad» y afirmó, al mismo tiempo, que «una medida urgente» debería ser un enlace desde Las Campas con la AS-63. Muy similar a lo que más tarde Somos bautizó como vía rápida de La Pixarra y que defiende también Izquierda Unida.
El día que Foro pactó con Mariano Rajoy un nuevo estudio informativo, en marzo de 2017, por medio millón de euros y el voto afirmativo para aprobar los presupuestos generales de aquel año, este diario recogió, también, palabras de todos los grupos municipales -salvo el PP, que apostaba por su 'ronda verde- calificando la Ronda Norte como «obsoleta».
La puerta ya estaba abierta y, a renglón seguido, se comenzó a valorar la posibilidad de solicitar a Fomento «alternativas». La semana pasada, López recuperó el adjetivo «caducado» para solicitar la «alternativa soterrada» o 'tunelón' para Somos, que no encuentra diferencias entre lo acordado para revisar el PGO, la propuesta de Álvarez-Cascos informada por el gobierno de Zapatero y la novedosa petición del alcalde. A Izquierda Unida, por su parte, le molestó sobremanera que no se hubieran pactado unas líneas rojas antes de la reunión con el ministro Ábalos.
Tirón de orejas
Ayer, López contestó a Rubén Rosón que un día antes había tachado de «irresponsabilidad» la petición al ministerio. Lejos de achicar la grieta que divide al tripartito, como mínimo, el alcalde la mantuvo. «Hay temas de los que se habla en exceso», afirmó. «Surgen ruido y descalificaciones que no vienen a cuento», añadió para afirmar que en cuanto a la Ronda Norte, el nivel de comentarios está «agotado» y que «las salidas de tono no proceden».
También cargó contra la vía rápida de La Pixarra. «Si quiero ir de La Florida a La Monxina tengo dos opciones. Cojo Google y mido. Son cinco kilómetros máximo. Si y voy por La Pixarra son 15 kilómetros; es el triple de largo, que cada uno saque sus conclusiones».
Reiteró que las alternativas a informar por Fomento tienen que ser «sostenibles» para solucionar el problema de movilidad de una ciudad que se ha expandido hacia el norte con más de cien mil vecinos entre Las Campas, Vallobín, la Florida, Ciudad Naranco y La Corredoria. «No voy a tratar de imponer nunca una solución porque a mí me guste más o menos. Quiero que los ovetenses tengan opciones para elegir y que elijan la mejor», concluyó antes de afirmar que «los tiempos en los que Oviedo era el salón de casa del alcalde se han acabado».
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