domingo, 4 de noviembre de 2018

La Banca no encuentra el camino....

Los bancos continúan con el ajuste de plantillas y sucursales. Pero ya no es suficiente para mejorar su eficiencia, ante las dificultades para mejorar sus márgenes con los tipos de interés al 0%. Durante la última década, la tijera ha sido clave para trasladar las sinergias de la reestructuración a la cuenta de resultados, pero esta dinámica se ha frenado.
Los supervisores y las autoridades del sector financiero han puesto el acento en la necesidad de mejorar la eficiencia durante los últimos años, como Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), en su visita a Madrid en 2017. Durante varios años, la banca española mejoró en eficiencia (se mide como la ratio de costes sobre ingresos, con lo que cuanto más baja mejor), hasta llevar las ratios al entorno del 50%. "Están entre las mejores de Europa gracias a los esfuerzos que ha hecho el sector", asegura un ejecutivo.

Sin embargo, los resultados del tercer trimestre consolidan la ruptura en 2018 de la tendencia de los años anteriores. La eficiencia ya no mejora, sino que se estanca o incluso empeora en varios bancos. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, aseguró este miércoles en la presentación del informe anual en el Congreso que hay margen de mejora con la digitalización.
"El hecho de que el actual grado de penetración de las nuevas tecnologías en España sea comparativamente reducido, junto con la existencia de una extensa red de oficinas bancarias en nuestro país, hace pensar que existe un amplio margen para el crecimiento de la banca digital y la obtención de ganancias de eficiencia, lo que supondría una oportunidad para la expansión del negocio de las instituciones bancarias españolas", aseguró el gobernador. España estuvo al nivel de Francia e Italia con un porcentaje inferior al 10% en población que usó Internet para realizar al menos una actividad financiera en 2017, lejos del 15% que promedia la Unión Europea.

Mejora de Santander y Liberbank

La excepción es Banco Santander, que presentó una ratio de eficiencia en el tercer trimestre del 45,7%, por debajo del 47,6% del segundo trimestre, gracias a la contención de costes. No obstante, en los nueve primeros meses del año acumula una ratio del 46,9%, que empeora dos décimas respecto al mismo periodo del año anterior, tras la integración del Popular. En el negocio español la ratio de eficiencia fue del 52,1% en el tercer trimestre, que cae con fuerza respecto al 56,8% en el año anterior (excluyendo en las cifras al Popular).
Banco Santander ha mantenido constante su plantilla en 201.000 personas, con una disminución de su red global de oficinas del 2,1% hasta las 13.414 sucursales, pese a haber incorporado al Popular a su perímetro, con 15.000 trabajadores y 2.100 oficinas (datos de los resultados del primer trimestre de 2017). No en vano, en 2018 han salido 1.000 personas de servicios centrales de Grupo Santander tras el ERE acordado con los sindicatos en diciembre, y fuentes del mercado apuntan a otro recorte a lo largo del año que viene.
El otro gran banco español, BBVA, empeoran las ratios de eficiencia. Tanto en la actividad bancaria española, con un aumento desde el 53,8% del tercer trimestre de 2017, hasta el 54,4% en el mismo periodo de 2018. A escala global, el banco presidido aún por Francisco González, al que relevará Carlos Torres en enero, registra un estancamiento en este indicador en el 49,6%, ya que caen tanto los márgenes como los gastos.

El estancamiento de la eficiencia de BBVA se produce pese a que, apalancándose en la digitalización de la que siempre presume su cúpula, ha reducido un 4,5% su red mundial de oficinas, hasta la cifra de 7.999, y un 4,3% la plantilla, hasta los 126.357 trabajadores. En España, el banco ha recortado un 0,8% el número de trabajadores hasta los 30.337, y un 7% la cifra de sucursales hasta las 2.870.
Banco Santander y BBVA son los dos únicos bancos españoles cotizados con ratios de eficiencia inferiores al 50%. En este grupo también estaba el año pasado Bankia, con un 48%, pero con la suma de Banco Mare Nostrum (BMN) y las dificultades para aumentar ingresos, ha empeorado hasta el 51,8%. No obstante, la entidad parcialmente nacionalizada confía en acelerar las sinergias derivadas del ajuste laboral que ha llevado a cabo en el grupo tras la fusión, de 2.000 trabajadores, que se ha materializado ya en un 87%.
Banco Sabadell, por su parte, es la entidad que más ha empeorado en este concepto por los costes extra asumidos con la integración informática de TSB, que asciende a 320,9 millones en total a lo largo del año. Esta factura no prevista se contabiliza principalmente a nivel de grupo, pero algunos costes se imputan en el centro operativo, por lo que la ratio de eficiencia global empeora en un año desde el 51,04% hasta el 57,91% del tercer trimestre, mientras que en España sube del 45,43% hasta el 42,41%.
Otra entidad en la que hay un claro empeoramiento es Unicaja, que presentó una ratio del 54,6% en sus primeros resultados como banco cotizado el año pasado y en 2018 se ha disparado hasta el 59,6%, la más alta —y por lo tanto, la peor— de entre las entidades españolas cotizadas. La entidad andaluza está en plenas negociaciones con los sindicatos para un ERE de hasta 1.028 empleados (15% de la plantilla), aunque después de tres reuniones no hay avances. Durante el último año hasta septiembre, la cifra de oficinas disminuyó un 5% hasta las 1.182, y la plantilla en un 4,6% hasta los 6.916 trabajadores.

Por el contrario, la mejora más importante se produce en Liberbank, que no publica su ratio de eficiencia, pero según cálculos de este medio a partir de los datos de gastos de explotación y margen bruto, en doce meses cae desde el 58,4% hasta el 51,4%. Para ello, el banco que surgió de las cajas de Asturias, Cantabria, Extremadura y Castilla-La Mancha ha cerrado el 12% de sus sucursales (hasta las 684) y ha recortado su plantilla en un 9%, hasta los 3.933 empleados.
Entre medias, la ratio de eficiencia mejoró levemente en Bankinter, desde el 51,37% hasta el 51,05%, manteniendo constante sus números en plantilla y oficinas, con 5.619 trabajadores y 445 sucursales respectivamente. Por su parte, la ratio de eficiencia de CaixaBank empeoró levemente, dos décimas, hasta el 53,3%. En este caso, el banco puso fin a una década de recortes de plantilla al crear empleo y aumentar su plantilla en un 3,6% hasta los 1.202 trabajadores, aunque los gastos de personal aumentan en menor medida, un 1,8%. Por su parte, la red de oficinas disminuye un 2% hasta las 2.470 sucursales.

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