Copa Libertadores, River Plate-Boca Juniors: El triunfo de sus vidas (3-1, global 5-3)
River Plate se proclamó campeón de la Copa Libertadores ante su eterno rival, Boca Juniors, en una final histórica celebrada en el Santiago Bernabéu cuatro semanas después de la ida, con una remontada espectacular culminada en la prórroga con un golazo de Juan Quintero (3-1). Es el cuarto título de River, que podria enfrentarse al Real Madrid en el próximo Mundial
FICHA DE PARTIDO
3. River Plate: Franco Armani; Gonzalo Montiel (Camilo Mayada, m.74), Jonatan Maidana, Javier Pinola, Milton Casco; Exequiel Palacios (Julián Álvarez, m.98), Leonardo Ponzio (Juan Fernando Quintero, m.58), Ignacio Fernández (Bruno Zuculini, m.111), Enzo Pérez, Gonzalo Martínez; Lucas Pratto.
Entrenador: Marcelo Gallardo
1. Boca Juniors: Esteban Andrada; Julio Alberto Buffarini (Carlos Tevez, m.111), Carlos Izquierdoz, Lisandro Magallán, Lucas Olaza; Nahitan Nandez, Wilmar Barrios, Pablo Pérez (Fernando Gago, m.90); Cristian Pavón, Darío Benedetto (Wanchope Ábila, m.61), Sebastián Villa (Leonardo Jara, m.96).
Goles: 0-1: m.44: Benedetto. 1-1: m.68; Pratto. 2-1: m.110: Quintero. 3-1: m.122: Pity González a puerta vacía.
Árbitro: Nestor Cunha (URU). Asistido por Nicolás Tarán y Mauricio Espinosa (URU). Expulsó al xeneize Barrios por doble amarilla (m.86 y 92). Amonestó a Leo Ponzio (m.27), Nacho Fernández (m.81)m, Maidana (m.83) por River y a Pablo Pérez (m.43), de Boca.
Incidencias: Partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores disputado en el Estadio Santiago Bernabéu ante 62.282 espectadores
PERSONAJES
Juan Quintero. Su golazo le hará eterno para la hinchada de River Plate. Fue el único que intentó algo distinto en un ataque errático y sin fluidez. La magia tuvo recompensa.
Juan Quintero lors de River Plate-Boca Juniors / Copa LibertadoresGetty Images
Pratto. Marcó en la ida y en la vuelta, culminando una jugada colectiva maravillosa de su equipo. Antes casi provoca un penalti cometido por Andrada.
Benedetto. Abrió el marcador con un golazo a la contra, y se burló del defensa al regateó. Salió del campo con una hora de juego por delante y sin poder hacer nada más.
NUDO
La final más larga, histórica y frenética de la historia de la Copa Libertadores (y probablemente de cualquier torneo internacional) se decidió en cuatro semanas, más de 200 minutos (prórroga mediante) y un final de infarto donde River Plate aprovechó la expulsión de Barrios y el estado de forma de Juan Quintero para remontar a su eterno rival y dar la cuarta Copa Libertadores a su hinchada.
El Santiago Bernabéu acogió uno de sus partidos especiales, por una causa más que triste, pero no exenta de pasión y fiesta. Los argentinos, sin su final en el Monumental, tuvieron que atravesar el Atlántico para vivir una noche inolvidable en un estadio que hicieron suyo. No estuvieron los dos equipos en la misma sintonía, al menos en la primera parte. Hubo tensión, miedo, intensidad… Pero ni fútbol ni ocasiones.
-EFE
Al filo del descanso, Benedetto rompió el marcador y con ello el partido. De una cantada de Andrada, a una contra de vértigo que finalizó Benedetto con un golazo sensacional. Pudo ser un golpe psicológico para River, pero cambió la cara tras salir de vestuarios y buscó la remontada ante un Boca agazapado. Los de Gallardo forzaron la prórroga con una jugada más propia del Dream Team y alargó la final interminable. Entonces empezaron todos los problemas de los xeneizes, que sufrieron la expulsión de Barrios y el golazo de Juan Quintero, que solo Dios sabe por qué fue suplente.
Los últimos minutos fueron de locura, con Boca jugando con nueve por lesión de Gago y Andrada saliendo de su portería como si de fútbol sala se tratara. En un contragolpe, Pity se recorrió el campo de cabo a rabo y marcó a puerta vacía un gol que significa más que un título. Es celebrar, ante el vecino, la mayor victoria que se puede conseguir en Sudámerica. Y lo hicieron en Europa, ante el mundo y ante una afición que esta vez sí fue ejemplar. Gloria a River, drama a Boca.
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