El equipo de gobierno aprueba el protocolo de La Vega con la abstención de Somos
IU y PSOE hacen un llamamiento a sus socios de gobierno para que «repiensen su estrategia» y «apuesten por un proyecto importante»
Fuera del orden del día y tras un agrio debate, la junta de gobierno local aprobó ayer el protocolo para la reversión de los terrenos de la fábrica de armas de la Vega. El documento que contiene las intenciones del Ministerio de Defensa y el Ayuntamiento y establece los pasos a seguir para realizar el cambio de titularidad de la antigua factoría. La aprobación se logró con los votos afirmativos del PSOE e Izquierda Unida y la abstención de Somos. La fuerza de unidad popular quiso dejar el documento sobre la mesa o, en último término, incorporar el informe de la Secretaría General que «puntualiza» varios aspectos del citado protocolo bajo la sospecha de que, sin aclarar, contiene cláusulas perjudiciales para los intereses de la ciudad en la negociación. O peor. Que como incluye el secretario en su escrito, el abono de plusvalías a Madrid si se diera una recalificación de los terrenos entregados como compensación significaría un «doble pago» por La Vega.
Ni PSOE ni IU lo entienden así, bien al contrario, y, hechas esas puntualizaciones, siguieron adelante con los plazos marcados. En el devenir de los acontecimientos recientes, con el voto también negativo de Somos para frenar la adhesión de Oviedo al área metropolitana y con las cartas de las elecciones sobre la mesa, lograr reabrir La Vega antes de mayo sería la última fotografía del tripartito. El alcalde, Wencesalo López, fue explícito en este sentido: «El objetivo es llegar antes de mayo. A Oviedo le urge llegar a un acuerdo y el proyecto está lo suficientemente maduro como para cerrarlo en este mandato y no dejarlo al albur del siguiente».
López lamentó, por un lado, que «ante un nuevo proyecto importante para Oviedo, no haya habido ese acuerdo unánime» y, por otro, cargó contra «ese alineamiento» de Somos «con la derecha más extrema; la que se opone a todo. Deberían repensarse la estrategia porque son proyectos importantes de futuro».
Por parte de Izquierda Unida dos de sus concejales también mostraron su descontento ante la abstención de Somos. «Hacemos un llamamiento para que apuesten por algo que está en el programa de las tres fuerzas de gobierno», reclamó Iván Álvarez, molesto, también, con unas pasadas declaraciones de Rubén Rosón en las que el concejal de Economía acusaba a PSOE e IU de haber abandonado la defensa de La Vega al descartar estas fuerzas el plan de la Cámara de Comercio para instalar allí incubadoras de empresas tecnológicas.
Porque entre aquellas declaraciones de Rosón y ayer medió la reunión con la delegación del Ministerio en la que se fijó el protocolo y a la que también acudió Somos. Pese que ayer declinó hacer declaraciones a este medio ya a la salida de aquel encuentro la vicealcaldesa Ana Taboada fue la menos entusiasta con lo acontecido puertas adentro. Se apresuró entonces a expresar sus reservas para que se actuara con «las garantías necesarias para evitar cualquier tipo de especulación». De esas palabras, a los reparos del secretario en cuanto a que Defensa participe en el 50% de las plusvalías en el caso de una recalificación urbanística, se entiende la abstención.
Sin embargo, Álvarez aclaró que el informe jurídico no invalida el protocolo sino que «hace aclaraciones a futuro en cuanto a la tasación y en la fase de encomienda». «El protocolo jurídicamente está perfecto», añadió.
Lo que no está perfecto es el equipo de gobierno. Al revés. Esa foto abriendo La Vega es la bala de plata para conjurar los sudores fríos que provoca que sea otro alcalde u otra relación de fuerzas la que acabe con las llaves en la mano con todo el trabajo avanzado por el tripartito. Si López afirmó que con estos desencuentros hacen «el ridículo», Álvarez abundó que «necesitamos una IU fuerte, un PSOE fuerte y un Somos fuerte. Con actuaciones como las de las últimas semanas no se va a reeditar el tripartito», aventuró para hacer un llamamiento a Somos defendiendo que hay «partido y tiempo» para repetir éxito electoral.
Para Cristina Pontón, portavoz de IU, «la recuperación del espacio que ocupaba la fábrica de armas es uno de los grandes retos que se han afrontado en este mandato». La abstención de Somos, tras haber apoyado y estado en las negociaciones, solo contribuye a trasladar «una sensación de bloqueo en uno de los proyectos que siempre hemos defendido como gobierno».
Pasos a seguir
Tras el trámite administrativo superado, lo que queda por delante para el Ayuntamiento será tasar los terrenos, confrontar con el ministerio esa tasación para encontrar el precio final y hacer frente al pago. Defensa estima que los 120.000 metros cuadrados rondan los 32 millones de euros basándose en el precio del suelo industrial del polígono de Olloniego, pero la valoración municipal bajará esas pretensiones. López confía en que los criterios «urbanísticos, técnicos, económicos y jurídicos» para valorar cuánto vale La Vega estén listos la semana que viene. Con ellos trabajarán los técnicos de Urbanismo.
Si hay acuerdo en cuanto al precio, el Consistorio pretende incluir como parte del pago la recalificación para usos residenciales de parte de los suelos de La Vega. El protocolo recoge como una obligación municipal la de «desarrollar» las modificaciones urbanísticas necesarias «en relación con las parcelas y terrenos que vayan a quedar en propiedad del ministerio» pero también la posibilidad de entregar otras parcelas en otros predios de la ciudad. «Tenemos tres posibilidades», recordó el alcalde: «Pagar en efectivo o en suelo y, dentro del suelo, entregar alguno de fuera de La Vega. Si me preguntan qué opción es la más apropiada es la de suelo fuera, pero no descarto la otras dos que también son validas», concluyó.
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