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Jeremy Grantham.
“Es bastante obvio que estas subidas van a acabar muy mal”. Lo dice Jeremy Grantham, el último gran inversor de Wall Street que se pone corto en bolsa ante este “falso rally” que viven los parqués últimamente.
Warren Buffett, Stanley Druckenmiller, David Tepper… son los otros legendarios gurús e inversores de EEUU que han saltado del barco recientemente. Y lo hacen o bien poniéndose cortos o bien liquidando sus posiciones en renta variable.
No están solos. El término de “falso rally” lo han acuñado los analistas de Bank of America, otros de los grandes escépticos de estas subidas en bolsa que muestran “una histórica desconexión” con los débiles fundamentales macro, según algunos analistas.
“Nunca hemos vivido un periodo de tiempo con un futuro tan incierto”, reconoce Grantham en su última misiva dirigida a los inversores de GMO. “Y aun así, el mercado está a solo un 10% de sus máximos registrados en enero, cuando todo parecía marchar bien en la economía”, recuerda.

"UNA DE LAS MAYORES DESCONEXIONES QUE HEMOS VISTO"

Grantham, conocido por su filosofía ‘value’ y haber anticipado algunos de los grandes crash bursátiles de los últimos tiempos, reconoce haber perdido la fe en la bolsa. “El mercado actual solo descuenta el optimismo de que todo salga, sí o sí, bien, por lo que la paciencia y prudencia suenan mucho más apropiadas”, sopesa.
“El PER actual de las bolsas estadounidenses está en uno de sus niveles más altos de la historia y, en contraste, la economía del país está en uno de sus peores momentos… es una de las mayores desconexiones que hemos presenciado nunca”, reconoce.
Como resultado, GMO, la gestora basada en Boston que Grantham cofundó en 1977, ha recortado su exposición neta a la renta variable desde el 55% al 25% en el mayor de sus fondos. Un nuevo y previsor posicionamiento que solo tiene antecedentes equiparables en la crisis financiera mundial del 2008.
“La pandemia debería haber generado respeto al riesgo y no lo ha hecho”, lamenta Grantham en su carta. “Ha provocado lo contrario”, añade. “Mi temor de que esto va a acabar muy mal sigue aumentando”, concluye.