domingo, 7 de junio de 2020

Con Altavoces....son sordos!!!

Los arquitectos reclaman la protección de La Vega frente a la «ignorancia patrimonial»

La antigua fábrica de armas de La Vega, en el punto de mira del equipo de gobierno del Partido Popular y Ciudadanos para su nuevo proyecto del Bulevar de Santullano. / FOTOS: ALEX PIÑA
La antigua fábrica de armas de La Vega, en el punto de mira del equipo de gobierno del Partido Popular y Ciudadanos para su nuevo proyecto del Bulevar de Santullano. / FOTOS: ALEX PIÑA

Rechazan el nuevo dibujo del Bulevar a través del taller de Cañones de la fábrica, que «tiene tanto valor cultural como la iglesia de Santullano»

ALBERTO ARCEOVIEDO.
Una parte fundamental de la historia de Oviedo, y de cualquier lugar, se cuenta a través de su patrimonio, que permanece impasible con el paso de los siglos, mejor o peor conservado según el monumento al que se mire. Después de que el alcalde del municipio, Alfredo Canteli, saliese hace apenas unos días asegurando que la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) para el conjunto industrial de la fábrica de armas de La Vega supondría «torpedear» su futuro poniéndole una «limitación de uso», varios arquitectos han querido secundar la propuesta de la plataforma Salvemos la Fábrica de La Vega, pues la obtención de ese grado de protección aseguraría «la defensa del patrimonio industrial de Oviedo y de la arquitectura moderna en la ciudad» frente a posibles actuaciones de «dudosa lógica urbanística». Así lo manifestó a este diario el arquitecto Felipe Díaz de Miranda, en relación al renovado proyecto para la reordenación del tráfico por la antigua entrada a Oviedo.
«Es muy preocupante el menosprecio e ignorancia patrimonial que existe por la arquitectura y al que estamos asistiendo. Justificar ese desvío de la carretera en la separación con Santullano a través de la nave de Cañones es desconocer que igualmente tiene tanto valor La Vega como el propio monumento prerrománico», sentenció Díaz de Miranda. Eso sí, señaló, si bien «como arquitecto, la declaración de BIC redundaría en un beneficio absoluto; como ciudadano de a pie, también sería una desgracia porque eso mismo impondría la paralización de cualquier iniciativa privada a corto plazo» en las instalaciones.
También el arquitecto Fernando Secades, actualmente al mando de las obras de emergencia de la basílica de San Juan (que aspira del mismo modo a BIC), manifestó que el nuevo dibujo de Bulevar es «cosa de ciencia ficción». «La Vega, al menos en parte, sus edificios más singulares, necesitan ser catalogados como BIC, porque es la única forma de protegerlos en su conjunto histórico», aseveró, al tiempo que urge que «se busquen proyectos para abrirla a la ciudad».
Hace una semana, la plataforma Salvemos la Fábrica de La Vega propuso a la dirección general de Cultura y Patrimonio la necesidad de promover la protección del conjunto patrimonial industrial con medidas cautelares para evitar un desaguisado a través de su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) y realizar una memoria oral, para garantizar la preservación del recinto a la entrada de Oviedo, sin actividad fabril desde octubre del pasado año 2012.
En ese sentido, uno de los portavoces del colectivo y profesor titular del departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Oviedo, Rubén Vega, reiteró ayer a este diario que la antigua factoría de armamento militar debería recibir la máxima figura de protección, ya que, en sus palabras, «hay una amenaza patente y depredadora que exige blindar La Vega para proteger su valor patrimonial», manifestó. No obstante, también señaló que para ello «ese valor solo se puede proteger de forma integral», logrando una declaración de BIC para todo el complejo.
En ese sentido, a la plataforma le inquietan especialmente los planes municipales para las instalaciones de la antigua fábrica. A principios de febrero, el equipo de gobierno, capitaneado por el popular Alfredo Canteli, presentó una serie de infografías que proponían desviar el tráfico del bulevar de Santullano a través de la vieja nave de Cañones, diseñada por Ildefonso Sánchez del Río, una de las joyas de la corona de todo el recinto. El diseño valoraba los trabajos inicialmente en 18 millones de euros. El argumento tanto del Partido Popular como de Ciudadanos fue entonces que esa sería una fórmula eficaz para proteger el templo prerrománico de San Julián de los Prados, profundamente aquejado por la contaminación y las vibraciones que genera el tráfico constante por la antigua autopista 'Y'.

El BIC «no garantiza nada»

No obstante, para Vega, la protección en este grado del vetusto recinto armamentístico «no garantizaría nada» por sí misma, «solo es un paso hacia la protección». «Hay bienes que son declarados BIC y, como no se les encuentra un uso, se caen de viejos. Por eso no basta», sentenció el historiador. «Hay que encontrar una figura de protección que evite que esta Corporación u otra cometa veleidades allí, y pensar de qué manera se le puede dar utilidad en beneficio de la ciudad. Los edificios son potenciales contenedores de actividades de utilidad pública y atracción de visitantes. Solo hace falta un poco de voluntad, basta el ejemplo de la antigua fábrica de armas de Toledo (declarada BIC y reconvertida a campus tecnológico universitario)», concluyó.
De hecho, en la ciudad abundan los ejemplos de construcciones con el rango de Bien de Interés Cultural que, literalmente, «se caen a trozos». La lentitud de las distintas administraciones implicadas al cargo del monumento, en muchos casos; y la falta de fondos, en el resto, impiden agilizar sus reparaciones, mantenimiento o restauraciones de urgencia ante riesgos inminentes de colapso. Entre ellos, la plaza de toros de Buenavista, que se encuentra en estado de ruina, a la espera de un proyecto que la relance; la fuente de los Cuatro Caños (también BIC), destrozada; o la misma iglesia prerrománica de San Julián de Los Prados, que aguarda un desbloqueo que permita realizar actuaciones urgentes en las pinturas murales del interior.

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