Ha sido un tópico de las redes sociales que, mientras ha durado el confinamiento de los humanos por culpa de la epidemia, «la naturaleza recupera lo que es suyo». Quizá sólo sea una frase hecha, y en muchas ocasiones, puro postureo; pero lo cierto es que en las últimas semanas en Asturias se han logrado imágenes inéditas del animal totémico del Principado, el oso.
Gracias al fotógrafo @somiedoenfotos ha llegado al gran público uno de los encuentros más difíciles de presenciar, el apareamiento de dos osos, algo que se ve en muy pocas ocasiones porque además se trata de un animal protegido al que no se avista de cualquier manera.
Otro ejemplo de la paciencia del fotógrafo a la hora de captar este tipo de imágenes fueron las difundidas en los últimos días en los que llegó a encontar en una mismo lugar hasta ocho ejemplares distintos del plantígrado. Entre ellas, las más celebradas, la de una osa acompañada de sus dos esbardos, oseznos en castellano, saltando entre la hierba.
El infierno son los osos
Por otra parte, y como es lógico, no todo lo que se conoce de los osos son noticias bucólicas que parecieran sacadas de una película infantil. El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas) dio noticia el jueves de una brutal pelea entre un macho y una hembra, que terminó con la muerte de esta última, cuando trataba de defender a su esbardu. El macho trataba de eliminar a la cría para favorecer la entrada en celo de la osa y aparearse con ella. Sin embargo, la osa reaccionó «de forma violenta» y, tras una «gran pelea», el oso «sujetó a la hembra por el cuello con su boca hasta matarla»
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