sábado, 6 de septiembre de 2014

Cosas de la Capi....

Madrid S.A.


Esperanza Aguirre citó a principios de año a Alberto Ruiz-Gallardón y Joaquín Leguina para una cena en su vivienda particular. La reunión rezumaba nostalgia, como esos encuentros de antiguos alumnos en los que se queda para evocar el pasado y comprobar maliciosos cómo les ralea el pelo a quienes fueran compañeros de pupitre, en este caso, expresidentes de la Comunidad de Madrid. En un momento de la velada, en una de sus habituales cabriolas, Gallardón se lanzó en elogios contra Aguirre: “Con lo que te gusta a ti la política, deberías presentarte. Serías una magnífica alcaldesa”.
La lideresa no daba crédito a las palabras del ministro. Ojiplática ella, apenas pasaron unos días hasta darse cuenta de que, efectivamente, había escuchado mal, que aquellas loas no eran sino producto de una deficiente agudeza auditiva o de algún alucinógeno que le habían echado en la bebida. El 6 de marzo de 2014, Gallardón señalaba en público que Ana Botella era “la mejor alcaldesa” que Madrid podía tener, añadiendo que sería “inexplicable” pensar en otra persona. Con el micrófono abierto, se pudo escuchar a continuación: “Ana, ¿tú crees que he sido lo suficientemente contundente y claro? Vamos, es que yo no voy a dejar que me utilicen”.
Un presunto sondeo elaborado por un lobby del PP señala a Aguirre como la candidata con más posibilidades, seguida de Carmona, Cifuentes, Botella y, en último lugar, el socialista Jaime LissavetzkyAl ministro le sucede con los pronósticos lo mismo que con sus leyes: que no da pie con bola. Ha fallado con sus juegos malabares con Botella y Aguirre igual que con las tasas judiciales, la Ley del Aborto y la reforma del Código Penal. Se erige en el inmarcesible verso suelto del PP, un 'verso' tan incomprendido que, cuando hay que atarle en corto, el presidente acude a Soraya Sáenz de Santamaría para que le tire de las orejas y le ponga cara a la pared.
Delitos y faltas, la ‘road-movie’ de Botella y Aguirre
Ana Botella no quiere repetir como alcaldesa. Aunque en público no termina de despejar su futuro político, en privado, en cambio, su discurso suena a epílogo, a que ha llegado el momento de cerrar una etapa y volcarse en la familia. Los culpables de esta decisión hay que buscarlos en sus hijos, sus nietos, una legislatura muy compleja que la ha desgastado física y psíquicamente… y en el Madrid Arena. Lo comenta el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, a su círculo de allegados: “Ya sabéis lo que yo quiero al matrimonio Aznar. Ellos y sus hijos han estado muchas veces en mi casa, pero Ana no puede ser de nuevo candidata a alcaldesa. Lo que no puede ser, no puede ser”.
Esperanza Aguirre también ha visto truncado su irrefrenable deseo de conquistar el Ayuntamiento de la capital. En este caso, dejó tiradas sus posibilidades en el carril bus de la madrileña Gran Vía, primero, y en la calle de su residencia, después, tras ser tomada por la Policía en una escena sacada de Distrito Apache. Si ya eran pocas sus opciones, todavía lo son menos desde ayer, cuando se supo que la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Madrid había decidido que el incidente de tráfico protagonizado el pasado 3 de abril por Aguirre era más que una simple falta y que tenía que ser instruido como delito, de forma que, previsiblemente, tendrá que pasearse por los tribunales para declarar ante el juez.
“Cuesta creer que Rajoy vaya a llamar a Esperanza Aguirre para el Ayuntamiento de Madrid y más tras lo de hoy”, comentaban ayer en el entorno de la lideresa. “Rajoy no se fía de ella y no la quiere dar carrete. El problema del PP es que tampoco tiene mucho más para tratar de conservar la alcaldía. Realmente, quítale el “mucho” a esta última frase. No tiene a nadie”.
El diputado socialista, economista, tertuliano, aprendiz de tenor y pretendiente a candidato por el PSM a la alcaldía, Antonio Miguel Carmona, tachó con un aspa el rostro de Aguirre nada más conocer la resolución de la Audiencia. Carmona se ha encaramado a las almenas de la Casa de Correos con armas y bagajes, incluida una hipotética alianza con Podemos e Izquierda Unida, con vistas a la ocupación municipal. Para reivindicarse, esgrime un presunto sondeo elaborado por un conocido lobby del PP que señala a Aguirre como la candidata con más posibilidades de ganar las elecciones, seguida del mencionado tertuliano, luego Cifuentes, Botella y, en último lugar, el socialista y eterno aspirante Jaime Lissavetzky.
De ser cierta la citada encuesta, una vez descartada la expresidenta, el turno en el PP correría en favor de la delegada del gobierno, Cristina Cifuentes, una jabata de la política, trabajadora, con muy buena imagen, que exhibe como bandera la regeneración democrática, pero con en el nada desdeñable hándicap de no caer bien dentro de su propio partido. El manido dicho de "cuerpo a tierra que vienen los nuestros".
También se habla de Soraya Sáenz de Santamaría como el bálsamo de fierabrás para un PP que ve amenazado el poder municipal. "Soraya e incluso algunos de los ministros actuales podrían ser candidatos en Madrid porque tienen caché y son conocidos, pero no es suficiente", remarcan en el PP madrileño. "Hay que ser algo más que un burócrata. También hay que hacer marketing, besar niños, dar cariño al partido...". 
Casting de LaSexta Noche para la alcaldía de Madrid
La alcaldía de Madrid es lo más. Es ese oscuro objeto del deseo que ronda a todo político con ambiciones. Lo fue de Gallardón y lo es ahora de Juan Carlos Monedero, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense e ideólogo de Podemos, también conocido por acusar a la Policía de distribuir droga en el País Vasco. El Ayuntamiento de Madrid es su mayor obsesión desde que arrancó la formación liderada por Pablo Iglesias. Tal vez por ese motivo comparta cierto parecido físico con Alberto Ruiz-Gallardón e incluso ese mismo aire intelectual y academicista que exuda el ministro. El problema para Monedero viene de sus propias filas, de Ganemos Madrid, el holding en el que se enmarca Podemos. Allí prefieren a otro candidato. Ni siquiera este nuevo partido escapa a las habituales guerras de poder. Casta hay en todos los lados. Hasta entre los neocomunistas.
Juan Carlos Monedero, en la presentación de su formación en enero. Juan Carlos Monedero, en la presentación de su formación en enero.
En lo que respecta al resto de formaciones, UPyD seguramente repetirá con David Ortega para la alcaldía, mientras que Ciudadanos busca un rostro conocido entre sus simpatizantes, incluso se atreven a sondear a la popular Cayetana Álvarez de Toledo, que según ronronean algunos, se está dejando cortejar por Albert Rivera. Otro nombre que suena para Ganemos Madrid es el de Tania Sánchez (IU), novia de Pablo Iglesias. De confirmarse todos estos extremos, las elecciones al Ayuntamiento de Madrid se parecerán a un casting de LaSexta Noche.
Madrid es la ciudad donde se cruzan los caminos, que diría Sabina, y la ciudad de Max Estrella y los espejos deformantes del Callejón del Gato. Quien controla la capital del Reino, tiene el poder. Es Madrid Sociedad Anónima, la compañía más notable del país, donde hacen negocio los florentinos, los albertos y ese chamarilero llamado Arturo Fernández.
El presidente de los empresarios madrileños y vicepresidente de la CEOE tuvo el detalle de no dejarse ver por la Asamblea de Madrid durante el debate de la región, especialmente después de cerrar por sorpresa la cafetería del Parlamento y poner pies en polvorosa. El presidente autonómico, Ignacio González, agradeció el gesto, ya que su intervención, un discurso de Estado en el que pedía a todas las formaciones que hicieran causa común contra el separatismo catalán, habría quedado eclipsada por la presencia del díscolo y mediático Arturo Fernández. "El mayor pecado de Arturo fue confundir política con negocios", comentan sus próximos. Pero ese pecado ni es el único ni es exclusivo del de CEIM. La casta la hay en todas partes. 

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