Fue uno de los temas de conversación más recurrentes entre los conocidos y los íntimos que acudieron a despedir a Isidoro Álvarez, presidente de El Corte Inglés, a la Fundación Areces, donde se instaló este lunes la capilla ardiente. Unos y otros destacaban la discreción que siempre ha rodeado su vida familiar, la de sus hijas ­­–Marta y Cristina– y, por supuesto, la de María José Guil, su esposa, con la que contrajo matrimonio hace ya varias décadas.
Tanto es así que pocos sabían que ese mismo lunes María José tenía prevista una intervención quirúrgica. La semana anterior había pasado las pruebas previas a la operación de cadera que debía realizarse a primera hora de la mañana. El fallecimiento de su marido, evidentemente, trastocó los planes. Debía solucionar los temas relacionados con el funeral, aunque en este sentido contó con la ayuda de sus hijas y de Dimas Gimeno, el sobrino de Isidoro, hoy ya heredero empresarial y cabeza visible de El Corte Inglés por decisión directa del fallecido.
María José Guil, viuda de Isidoro Álvarez (E. Villarino)María José Guil, viuda de Isidoro Álvarez (E. Villarino)

Dimas controlará la marca, pero las verdaderas herederas del hasta hace unos días presidente de El Corte Inglés son las ya citadas Marta y Cristina, sus hijas de hecho, que no biológicas. Cuando Isidoro Álvarez conoció a la que a la postre sería su mujer, María José, ésta estaba casada con Alfonso Camorra. Ambos dirigían el restaurante El Riscal, situado en la calle Marqués de Riscal de Madrid, al que acudía regularmente la alta sociedad de los años cincuenta y sesenta. Desde Manuel Fraga, al resto de sus colegas del Consejo de Ministros, el marqués de Villaverde, Lola Flores, Ava Gardner, Luis Miguel Dominguín o el conde de Romanones. Un lugar de diversión imprescindible en las noches de aquel Madrid nocturno donde se mezclaba el mundo del poder económico, farandulero y social.
Una nueva familia
Al morir su marido, con el que había tenido dos hijas, Guil heredó una importante colección de arte. El tiempo, que coloca las cosas en su sitio, hizo que Isidoro y María José se encontraran y formaran una familia junto a las niñas, que en aquel momento tenían tres y cuatro años. El empresario las adoptó y, desde ese momento, se convirtieron en hijas de facto. 

Dimas Gimeno, sobrino del empresario, junto a su mujer. (E. Villarino)Dimas Gimeno, sobrino del empresario, junto a su mujer. (E. Villarino)

"Las niñas no tenían recuerdos de su padre biológico y para ellas Isidoro ha sido todo. Todo es todo. Se ocupó de su formación, de que supieran idiomas y las mandó a estudiar fuera. Mucho antes de que entraran en la plantilla de El Corte Inglés, las chicas ya habían desarrollado su carrera profesional en otras empresas. Ahora las dos trabajan en la casa y nadie imagina el mucho tiempo que dedican a su profesión", explican amistades de los Álvarez Guil en conversación con Vanitatis.
Marta y Cristina se incorporaron a El Corte Inglés hace unos diez años. Isidoro Álvarez prefería que se dedicaran a sus hijos hasta que estos fueran ya más mayorcitos y acudieran al colegio. Decía que ya tendrían tiempo de incorporarse al trabajo, como así fue. Marta se casó con Juan Claudio Abelló Gamazo. Una boda a la que acudieron el entonces Príncipe Felipe y los duques de Lugo y que se celebró en Madrid en el año 2000. 

Marta, hija de Isidoro Álvarez (E. Villarino)Marta, hija de Isidoro Álvarez (E. Villarino)

El matrimonio tiene dos hijos, Marta y Juan, de 14 y 12 años respectivamente, que estaban muy unidos al abuelo Isidoro, al que tenían que enseñar las notas, al igual que los primos Cristina y Pelayo, hijos de la otra hija del adalid de El Corte Inglés, Cristina, y su marido Iñaki Álvarez Valdés. Cuando esas notas no eran lo suficientemente buenas, el abuelo les echaba la charla y les explicaba la importancia del esfuerzo y la responsabilidad en su vida futura.
Herederas universales
A veces se llevaba a los niños en sus paseos por los distintos centros de la marca en Madrid e incluso al de Marbella, donde veraneaban tanto los Álvarez como los Abelló, dos de las familias más ricas e influyentes de España, unidas por la boda de dos de sus hijos.
Marta, licenciada en derecho, trabajó en la prestigiosa casa de subastas Sotheby's antes de entrar en El Corte Inglés. Después recorrió varios departamentos para acabar en el área de compras de la sede de la calle Hermosilla de Madrid. Cristina, por su parte, ha trabajado varios años en la empresa de su marido, Iñaki Álvarez Valdés, dedicada al intercambio de estudiantes en el extranjero. Después entró en El Corte Inglés, también creciendo desde la base.

Cristina Álvarez, durante el funeral del empresario (E. Villarino)Cristina Álvarez, durante el funeral del empresario (E. Villarino)

"No ejercen de ‘hijas de’ porque tampoco lo habría admitido su padre. Viven la empresa como lo hacía Isidoro. Para ellas no hay horarios e incluso resuelven temas que no les competen o hacen el trabajo de otros compañeros. Son dos personas muy queridas que mantienen un perfil absolutamente bajo", asegura gente que ha trabajado con ellas a este medio.
Las dos son muy familiares y no faltaban a los almuerzos dominicales en la casa de los padres. Comparten aficiones como el esquí en invierno y navegar en verano. Marta y Cristina son, junto con su madre María José, las herederas universales de la herencia de Isidoro Álvarez.