martes, 3 de noviembre de 2015

La Caixa sufre....

El incremento diario de la tensión política entre Barcelona y Madrid preocupa, y mucho, a Isidre Fainé, presidente de Caixabank, que hasta el pasado 18 de septiembre, nueve días antes de las elecciones autonómicas a la Generalitat, se había mostrado neutro ante las declaraciones a favor de la independencia de Artur Mas y el mensaje de unidad de España de Mariano Rajoy. Desde ese día, al encabezar un comunicado de toda la banca contra la espiral soberanista deJunts Pel Sí, el primer ejecutivo del primer banco minorista de España tomó posiciones ante el “grave riesgo” que supondría la deriva independentista y con el fin de “proteger a sus depositantes” y evitar una fuga de clientes.
Según indican fuentes próximas a Caixabank, la entidad sufrió una salida“puntual” de fondos en los días previos y posteriores a la celebración de los comicios del 27 de septiembre por la reacción adversa de numerosos ahorradores particulares a las manifestaciones favorables a la separación de Cataluña de España. Desde la entidad financiera admiten esa pérdida provisional de depósitos, especialmente en el área territorial de Madrid, y en particular de la red de oficinas de Barclays, comprado en 2014. Una coyuntura que también sufrió Banco Sabadell, lo que le llevó a enviar al día siguiente de las elecciones un comunicado interno a sus clientes que rompía la posición común de la banca.
Ninguna de las fuentes próximas a la entidad cuantifica cuál ha sido el coste hasta la fecha del pulso independentista para Caixabank, que tiene la mitad de su clientela -casi 14 millones- en Cataluña y la otra mitad en el resto de España. Aseveran que se tratan de datos confidenciales y muy delicados por la sensibilidad económica y política ante el aumento del tono desafiante de los partidos catalanistas. Otras fuentes indican que la cifra ha rondado los 100 millones de euros, una cantidad pequeña si se tiene en cuenta que el banco cuenta con más de 176.000 millones entre ahorro a la vista y a plazos.
Artur Mas (i) se abraza a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. (EFE)
Artur Mas (i) se abraza a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. (EFE)
No obstante, y según las mismas fuentes, el movimiento de retirada de fondos no ha tenido continuidad en las semanas posteriores a las elecciones, pese a que la deriva soberanista se ha agudizado tras la proclamación de larepública catalana por la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. En cualquier caso, ante el riesgo de que la comunión entre Junts Pel Sí y la CUP genere un movimiento de boicot contra los productos catalanes, incluidos los financieros, Caixabank ha decidido monitorizar día a día el flujo de entrada y salida de depósitos. “Se analiza a diario”, aseguran fuentes oficiales. Otras añaden que cada jornada se envía un informe con los datos de evolución a Fainé y a Gonzalo Cortázar, consejero delegado, para hacer un seguimiento exhaustivo.

Los clientes 'premium'

La reacción que más preocupa a Fainé es la de los clientes de banca privada y banca personal, es decir, el dinero de los usuarios de mayor poder económico y mayor capacidad de ahorro. Para evitar la posible animadversión, Caixabank ha reforzado el equipo de gestores que atienden a estos depositantes 'premium', al tiempo que ha anunciado la suspensión de las cláusulas suelo a las hipotecas que heredó cuando adquirió Caja Navarra y Cajasol (Grupo Banca Cívica) para hacer un guiño a sus clientes particulares más 'corrientes'.
Entre septiembre de 2014, fecha en la que Caixabank anunció la compra de Barclays, y el cierre de la operación, el pasado 2 de enero, el volumen de recursos de clientes procedentes del banco inglés pasó de 14.800 (9.900 millones en depósitos y 4.900 de gestión de patrimonios) a 15.609 millones,por lo que en ese periodo, lejos de haber fuga de pasivo, se registró un aumento de fondos. Por el contrario, el saldo crediticio sí se redujo desde los 18.400hasta los 17.782 millones de euros. Estos datos hay que relativizarlos, porque en esos momentos el desafío independentista no había alcanzado los niveles actuales.
Banderas independentistas en la Meridiana de Barcelona. (EFE)
Banderas independentistas en la Meridiana de Barcelona. (EFE)
Fainé confía en que, tras el comunicado contra el movimiento soberanista lanzado el pasado 18 de septiembre, quede claro que Caixabank es un banco de todos los clientes, sin segregación alguna por origen. No obstante, el hecho de romper una lanza contra “la ruptura unilateral del marco constitucional vigente” le ha granjeado la enemistad de Artur Mas, quien salió al paso de este envite al calificarlo como una “amenaza".
Por si la coyuntura política sigue la vorágine secesionista, Caixabank ya modificó en 2014 sus estatutos para poder llevarse su sede operativa y fiscal a Madrid. Una forma de blindarse ante el riesgo de que una declaración oficial de independencia pudiera exponerla a una inseguridad jurídica que dañaría su capacidad para financiarse y para proteger los intereses de sus clientes y accionistas.  

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