Las Bolsas dependen de los bancos centrales para tener un buen final de año
El BCE, el día 3 de diciembre, y la Fed, el día 16 de ese mes, pueden marcar el destino de la renta variable
Apenas dos meses quedan para cerrar el año bursátil. Nos
adentramos en un periodo que suele ser positivo para las Bolsas (al
menos, eso dice la teoría, la práctica la tienen sobre estas líneas y
cada ejercicio ha sido distinto). Pero sí es cierto que normalmente es a
final del ejercicio cuando se maquillan carteras, se realizan
aportaciones a los planes de pensiones y se comienzan a construir las
inversiones con vistas al año siguiente, lo que puede contribuir a
hinchar un poco las cotizaciones.
Quizás este final de año se aborda con un poco más de margen de subida. Como señala Daniel Pingarrón, de IG, el escenario central, la opción más probable, es que los dos últimos meses del año sean alcistas en las Bolsas. «Tras el peor trimestre bursátil desde el 2011, con una sobrerreacción de los mercados a los problemas de China y sus derivadas, las Bolsas cuentan con un potencial importante, que ya habrían empezado a recorrer. Lo anunciado por el BCE la semana pasada no hace sino reforzar ese potencial», comenta Pingarrón. Se refiere este experto a la casi promesa que realizó el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, de que en la reunión de diciembre, que se celebrará el día 3 de ese mes, se pondrán en marcha más medidas de estímulo, que pueden pasar por una ampliación del programa de compra de bonos o por una nueva reducción del tipo de depósito. En opinión de Pingarrón, «estamos en tendencia de corto plazo alcista». Aunque condiciona las subidas bursátiles a que no haya nuevos problemas. «Por defecto, la inercia de fondo podría propulsar las cotizaciones. Pero los bancos centrales van a volver a ser la clave. Lo que dictaminen el BCE y la Fed va a moldear mucho las cotizaciones. En cualquier caso, si no es en diciembre, será a comienzos del próximo año cuando ambos bancos centrales muevan ficha en sentido opuesto», continúa Pingarrón.
En principio, lo que se espera es que el BCE amplíe su programa de compra de bonos el 3 de diciembre y que la Fed pueda subir tipos el día 16 de ese mes. La probabilidad de este último fenómeno ha aumentado de forma importante desde la última reunión de la Fed, el pasado jueves, y las Bolsas no se lo han tomado demasiado mal. Según Natalia Aguirre, de Renta 4, en el caso de que la Fed suba los tipos de interés, puede haber volatilidad, pero insiste en la idea de que sería una buena noticia. Y dice que el mercado acogería mejor ese movimiento si la Fed aclare que el punto de llegada, que el nivel al que llegará el precio del dinero será más bajo que en anteriores ciclos de subidas de tipos. En ello también insiste Tomás García-Purriños, de Morabanc: «Vemos muy relevantes las decisiones de los bancos centrales, pero no tanto la decisión que tomen como la visión que transmitan al mercado respecto a la evolución de la curva de tipos de interés».
También se puede pensar que si el día 3 el BCE incrementa los estímulos, las Bolsas podrían estar vacunadas contra la subida de tipos en EE.UU. del 16.
Mirando más allá de estos dos últimos meses del año, García-Purriños dice que ahí estará la clave de la evolución de los mercados financieros durante los primeros meses de 2016. De hecho, en su opinión, la Fed, salvo un cambio notable en la evolución de los datos macro, o tomaría su primera medida o prepararía al mercado para tomarla a principios de 2016. Retrasar la subida de tipos al año que viene no tiene que ser necesariamente bueno: como recuerda Aguirre, el mercado no se tomó bien que en septiembre la Fed no moviera ficha. Ni tampoco, según Aguirre, debería ser mal acogido que el BCE no tome más medidas en diciembre porque el crecimiento y la inflación mejoren. En todo caso, en su opinión, el último tramo de año debería ser bueno porque los datos macro europeos están aguantando bien, las materias primas y los emergentes se han tranquilizado y los resultados empresariales, aunque dispares, sobre todo en EE.UU., no están siendo malos. Eso sí, como la campaña de rendición de cuentas de las compañías acaba en dos semanas, a partir de ahí los inversores estarán muy pendientes de la macro.
Niveles de Ibex-35
Aguirre dice que el Ibex-35 puede valer entre 11.200 y 11.400 puntos, pero no está segura de que el selectivo llegue a ese nivel a final de año. Y es que de por medio nos toparemos con las elecciones generales españolas. En este sentido, Victoria Torre, de Self Bank, comenta que si bien espera volatilidad por las incertidumbres alrededor de los bancos centrales, es posible que hasta que se vaya acercando la fecha de los comicios veamos mejorías en el selectivo (cuyo precio objetivo sitúa en los 11.190 puntos), pero una vez que comiencen a publicarse sondeos, cree que la volatilidad se incrementaría.
En la volatilidad insiste Estefanía Ponte, de BNP Paribas Personal Investors: «No debe extrañarnos asistir a episodios de corrección, no brusca, pero que pueden hacer dudar de un final de año positivo. Entre los elementos que pueden imprimir esta volatilidad estarán datos, especialmente en EE.UU., mejor de lo esperado. Según se acerque diciembre, volveremos a presenciar un escenario como el próximo a la reunión de septiembre: división dentro de los analistas, datos mixtos...».
Respecto a la volatilidad y a las posibles caídas, Luis Lorenzo, de Dif Broker, apunta que como los niveles de los principales índices están muy cerca de sus precios objetivos (10.500-11.000 para el Ibex; 2.100 para el S&P 500; y 3.500 para el Eurostoxx 50), ahora deberían registrar una corrección para en el último tramo de año registrar un «rally» que les devuelva a los niveles actuales. No le preocupan las elecciones generales del día 20 de diciembre. Argumenta que el mercado está mucho menos nervioso que antes de las catalanas. Lo mide observando el diferencial entre la deuda española y la italiana, que se ha vuelto a estrechar. Pero tampoco ve al selectivo muy por encima de estos niveles a final de año:_la banca, dice, está poniéndole un techo al indicador. Y también el frenazo de Brasil.
Hablando de emergentes, dado que fue China quien provocó el potente recorte del verano, Aguirre dice que le gustaría ver buenas noticias en el país. Y Estefanía Ponte añade: «Datos buenos desde China animarían, pero de forma limitada. La razón es que, si bien permitirían ser más optimistas de cara al crecimiento global (o menos negativos), avivarían la expectativa de una Fed elevando su tipo de referencia en diciembre». Lo mismo puede suceder si, como apunta Tomás García-Purriños, tanto el Gobierno chino como su autoridad monetaria toman nuevas medidas. Y, en este sentido, Victoria Torre recuerda que la última bajada de los tipos de interés en el gigante asiático, hace una semana, contribuyó a dar un empujón a las Bolsas y el anuncio de nuevos estímulos podría ser de nuevo bien recibido por los inversores.
Preferencia por Europa
En este entorno que acabamos de describir para los dos próximos meses, ¿qué mercado se puede comportar mejor, el estadounidense o el europeo? «Nuestra opinión es más positiva en Europa que en Estados Unidos y ello se justifica por criterios macro (la debilidad del euro respecto al dólar, por ejemplo), micro (valoraciones más atractivas en la eurozona) y divergencia de políticas monetarias entre la Fed y el BCE», explica García-Purriños. Victoria Torre añade que, además de que las compañías europeas están más baratas, sus resultados podrían crecer más que los de las americanas. Pingarrón coincide en su preferencia por los mercados europeos: «Corrigieron más en el tercer trimestre y ahora se ven especialmente beneficiados por una más que posible ampliación del QE», argumenta. Y, dentro de Europa, se queda con Alemania, mientras que Aguirre considera que España podría quedarse algo atrás por las elecciones generales. Aunque hay que tener en cuenta que ya a día de hoy el selectivo español acumula un comportamiento diferencial negativo respecto a otros indicadores, como el italiano.
¿En qué valores invertir?
Tomás García-Purriños comenta que, desde un punto de vista técnico, parece que vuelve a haber más apetito por los valores cíclicos frente a los defensivos. Cree que sigue siendo interesante buscar valores que se beneficien de un euro débil y también señala que puede ser el momento de ir tomando posiciones en valores relacionados con materias primas. Luis Lorenzo se fijaría en las compañías que más fortaleza están mostrando, como Iberdrola e Inditex. Y, a pesar de la debilidad que está mostrando la banca, aprovecharía para entrar en Santander o en BBVA. Completaría la cartera con Indra y Repsol. Victoria Torre, de Self Bank, opta por sobreponderar valores defensivos o con menor correlación con la desaceleración económica externa, así como al clima de fragmentación política en España, como Ferrovial, Dia, Mapfre o Gas Natural. Pingarrón se queda con por las empresas que mejor lo hicieron en el primer trimestre, «pues podríamos tener un escenario relativamente parecido»: IAG, Gamesa, Amadeus, Ebro, Cie, NH, Meliá, Acciona o Ferrovial.
Quizás este final de año se aborda con un poco más de margen de subida. Como señala Daniel Pingarrón, de IG, el escenario central, la opción más probable, es que los dos últimos meses del año sean alcistas en las Bolsas. «Tras el peor trimestre bursátil desde el 2011, con una sobrerreacción de los mercados a los problemas de China y sus derivadas, las Bolsas cuentan con un potencial importante, que ya habrían empezado a recorrer. Lo anunciado por el BCE la semana pasada no hace sino reforzar ese potencial», comenta Pingarrón. Se refiere este experto a la casi promesa que realizó el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, de que en la reunión de diciembre, que se celebrará el día 3 de ese mes, se pondrán en marcha más medidas de estímulo, que pueden pasar por una ampliación del programa de compra de bonos o por una nueva reducción del tipo de depósito. En opinión de Pingarrón, «estamos en tendencia de corto plazo alcista». Aunque condiciona las subidas bursátiles a que no haya nuevos problemas. «Por defecto, la inercia de fondo podría propulsar las cotizaciones. Pero los bancos centrales van a volver a ser la clave. Lo que dictaminen el BCE y la Fed va a moldear mucho las cotizaciones. En cualquier caso, si no es en diciembre, será a comienzos del próximo año cuando ambos bancos centrales muevan ficha en sentido opuesto», continúa Pingarrón.
En principio, lo que se espera es que el BCE amplíe su programa de compra de bonos el 3 de diciembre y que la Fed pueda subir tipos el día 16 de ese mes. La probabilidad de este último fenómeno ha aumentado de forma importante desde la última reunión de la Fed, el pasado jueves, y las Bolsas no se lo han tomado demasiado mal. Según Natalia Aguirre, de Renta 4, en el caso de que la Fed suba los tipos de interés, puede haber volatilidad, pero insiste en la idea de que sería una buena noticia. Y dice que el mercado acogería mejor ese movimiento si la Fed aclare que el punto de llegada, que el nivel al que llegará el precio del dinero será más bajo que en anteriores ciclos de subidas de tipos. En ello también insiste Tomás García-Purriños, de Morabanc: «Vemos muy relevantes las decisiones de los bancos centrales, pero no tanto la decisión que tomen como la visión que transmitan al mercado respecto a la evolución de la curva de tipos de interés».
También se puede pensar que si el día 3 el BCE incrementa los estímulos, las Bolsas podrían estar vacunadas contra la subida de tipos en EE.UU. del 16.
Mirando más allá de estos dos últimos meses del año, García-Purriños dice que ahí estará la clave de la evolución de los mercados financieros durante los primeros meses de 2016. De hecho, en su opinión, la Fed, salvo un cambio notable en la evolución de los datos macro, o tomaría su primera medida o prepararía al mercado para tomarla a principios de 2016. Retrasar la subida de tipos al año que viene no tiene que ser necesariamente bueno: como recuerda Aguirre, el mercado no se tomó bien que en septiembre la Fed no moviera ficha. Ni tampoco, según Aguirre, debería ser mal acogido que el BCE no tome más medidas en diciembre porque el crecimiento y la inflación mejoren. En todo caso, en su opinión, el último tramo de año debería ser bueno porque los datos macro europeos están aguantando bien, las materias primas y los emergentes se han tranquilizado y los resultados empresariales, aunque dispares, sobre todo en EE.UU., no están siendo malos. Eso sí, como la campaña de rendición de cuentas de las compañías acaba en dos semanas, a partir de ahí los inversores estarán muy pendientes de la macro.
Niveles de Ibex-35
Aguirre dice que el Ibex-35 puede valer entre 11.200 y 11.400 puntos, pero no está segura de que el selectivo llegue a ese nivel a final de año. Y es que de por medio nos toparemos con las elecciones generales españolas. En este sentido, Victoria Torre, de Self Bank, comenta que si bien espera volatilidad por las incertidumbres alrededor de los bancos centrales, es posible que hasta que se vaya acercando la fecha de los comicios veamos mejorías en el selectivo (cuyo precio objetivo sitúa en los 11.190 puntos), pero una vez que comiencen a publicarse sondeos, cree que la volatilidad se incrementaría.
En la volatilidad insiste Estefanía Ponte, de BNP Paribas Personal Investors: «No debe extrañarnos asistir a episodios de corrección, no brusca, pero que pueden hacer dudar de un final de año positivo. Entre los elementos que pueden imprimir esta volatilidad estarán datos, especialmente en EE.UU., mejor de lo esperado. Según se acerque diciembre, volveremos a presenciar un escenario como el próximo a la reunión de septiembre: división dentro de los analistas, datos mixtos...».
Respecto a la volatilidad y a las posibles caídas, Luis Lorenzo, de Dif Broker, apunta que como los niveles de los principales índices están muy cerca de sus precios objetivos (10.500-11.000 para el Ibex; 2.100 para el S&P 500; y 3.500 para el Eurostoxx 50), ahora deberían registrar una corrección para en el último tramo de año registrar un «rally» que les devuelva a los niveles actuales. No le preocupan las elecciones generales del día 20 de diciembre. Argumenta que el mercado está mucho menos nervioso que antes de las catalanas. Lo mide observando el diferencial entre la deuda española y la italiana, que se ha vuelto a estrechar. Pero tampoco ve al selectivo muy por encima de estos niveles a final de año:_la banca, dice, está poniéndole un techo al indicador. Y también el frenazo de Brasil.
Hablando de emergentes, dado que fue China quien provocó el potente recorte del verano, Aguirre dice que le gustaría ver buenas noticias en el país. Y Estefanía Ponte añade: «Datos buenos desde China animarían, pero de forma limitada. La razón es que, si bien permitirían ser más optimistas de cara al crecimiento global (o menos negativos), avivarían la expectativa de una Fed elevando su tipo de referencia en diciembre». Lo mismo puede suceder si, como apunta Tomás García-Purriños, tanto el Gobierno chino como su autoridad monetaria toman nuevas medidas. Y, en este sentido, Victoria Torre recuerda que la última bajada de los tipos de interés en el gigante asiático, hace una semana, contribuyó a dar un empujón a las Bolsas y el anuncio de nuevos estímulos podría ser de nuevo bien recibido por los inversores.
Preferencia por Europa
En este entorno que acabamos de describir para los dos próximos meses, ¿qué mercado se puede comportar mejor, el estadounidense o el europeo? «Nuestra opinión es más positiva en Europa que en Estados Unidos y ello se justifica por criterios macro (la debilidad del euro respecto al dólar, por ejemplo), micro (valoraciones más atractivas en la eurozona) y divergencia de políticas monetarias entre la Fed y el BCE», explica García-Purriños. Victoria Torre añade que, además de que las compañías europeas están más baratas, sus resultados podrían crecer más que los de las americanas. Pingarrón coincide en su preferencia por los mercados europeos: «Corrigieron más en el tercer trimestre y ahora se ven especialmente beneficiados por una más que posible ampliación del QE», argumenta. Y, dentro de Europa, se queda con Alemania, mientras que Aguirre considera que España podría quedarse algo atrás por las elecciones generales. Aunque hay que tener en cuenta que ya a día de hoy el selectivo español acumula un comportamiento diferencial negativo respecto a otros indicadores, como el italiano.
¿En qué valores invertir?
Tomás García-Purriños comenta que, desde un punto de vista técnico, parece que vuelve a haber más apetito por los valores cíclicos frente a los defensivos. Cree que sigue siendo interesante buscar valores que se beneficien de un euro débil y también señala que puede ser el momento de ir tomando posiciones en valores relacionados con materias primas. Luis Lorenzo se fijaría en las compañías que más fortaleza están mostrando, como Iberdrola e Inditex. Y, a pesar de la debilidad que está mostrando la banca, aprovecharía para entrar en Santander o en BBVA. Completaría la cartera con Indra y Repsol. Victoria Torre, de Self Bank, opta por sobreponderar valores defensivos o con menor correlación con la desaceleración económica externa, así como al clima de fragmentación política en España, como Ferrovial, Dia, Mapfre o Gas Natural. Pingarrón se queda con por las empresas que mejor lo hicieron en el primer trimestre, «pues podríamos tener un escenario relativamente parecido»: IAG, Gamesa, Amadeus, Ebro, Cie, NH, Meliá, Acciona o Ferrovial.
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