El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Y más si es banquero. Las principales entidades españolas se han lanzado de nuevo de cabeza a la concesión de crédito promotorcomo vía de crecimiento, a pesar de la dolorosa experiencia del estallido de la burbuja. Y lo hacen, curiosamente, justo después de que los dos grandes hayan vendido grandes carteras de inmuebles adjudicados en la crisis. Pero es la única manera de volver al crecimiento en un entorno de tipos cero, y aseguran que ahora las condiciones son mucho más exigentes que entonces.
El más explícito al respecto ha sido el que no puede entrar en esa actividad hasta enero: José Ignacio Goirigolzarri, quien ha reconocido en varias ocasiones la intención de Bankia de entrar en el crédito promotor -junto a la financiación de grandes empresas y la operativa en mercado de capitales- cuando se encuentre en igualdad de condiciones con sus rivales. En su caso, parte con la ventaja de haber traspasado la mayor parte de su ladrillo a Sareb, con lo que su balance está limpio de inmuebles.
Precisamente, la limpieza de los balances de los dos grandes con las importantes ventas de inmuebles realizadas en los últimos meses ha dado el pistoletazo de salida para volver a entrar alegremente en la promoción. Santander ha vendido el 51% de 30.000 millones de activos del Popular y BBVA ha colocado a Cerberus el 80% de una cartera de 13.000 millones. CaixaBank también ha destacado en varias ocasiones el buen momento del sector y su voluntad de participar en él.
Como asegura una fuente del sector, "parece que los bancos han vaciado su balance de ladrillos y están deseando volver a llenarlo". Es decir, parecen dispuestos a cometer los mismos errores de hace 10 años y que tan caros les han salido en términos de provisiones (más de 100.000 millones). Tan claro es el movimiento, que hasta el Banco de España ha lanzado las primeras advertencias al sector y ha introducido salvaguardas en la nueva circular contable para impedir que se repita el desastre.
"Esta vez es diferente"
Desde el sector, algunas fuentes replican que, en el entorno actual de tipos oficiales negativos y de desapalancamiento de la economía -el propio Banco de España reconoce que no es previsible que el crédito vuelva a crecer rápidamente-, prácticamente el único sector que puede aportar crecimiento es el inmobiliario. Y es bien conocido el círculo 'virtuoso' que se deriva de esta actividad para los bancos: subrogación de los compradores de los pisos a hipotecas minoristas a largo plazo, con lo que captan nuevos clientes a los que les pueden vender más productos, etc.
Y el gran argumento con el que se justifican las entidades es uno que siempre se oye antes de cualquier crisis: "Esta vez es diferente". "A pesar del mejor momento, la banca ahora es mucho más prudente en la concesión de créditos. En el negocio promotor, por ejemplo, analizamos a fondo la viabilidad del proyecto a financiar, así como la solvencia y profesionalidad del demandante, al que se exige que asuma también parte del riesgo de la operación", según uno de los cuatro grandes.
Metrovacesa, ejemplo del crédito promotor
Otra de estas entidades especifica que "ahora se conceden porcentajes mucho menores del valor de las viviendas y se exige un nivel de preventas mucho más alto que en la burbuja". Y añade que, de momento, solo están concediendo financiación a los proyectos más sólidos, no al típico promotor local que quebró masivamente. El ejemplo más destacado es Metrovacesa, donde "ha habido tortas para participar en la financiación". Pero es que esta compañía es propiedad de los propios Santander y BBVA.
Con estas salvaguardas, pero también con la presión del BCE por mejorar su deprimida rentabilidad, los bancos españoles han vuelto con alegría a financiar la promoción inmobiliaria. Y aunque niegan que estemos en el inicio de otra burbuja, el Banco de España quiere curarse en salud. Por si acaso.
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