Pedro Sánchez niega todo trato de favor con su tesis, asegura que Carmen Montón no le mintió, ordenó la entrega de las bombas de precisión láser a Arabia Saudí porque tenía que priorizar el mantenimiento de las relaciones comerciales y económicas con este país y la salvación de 6.000 empleos en la bahía de Cádiz, y no descarta que pueda haber urnas en este 2018 (aunque no las quiere) si prima "el conflicto" con sus socios, y no los acuerdos.
Son, a grandes rasgos, los titulares que dejan las primeras palabras del presidente tras sufrir la doble crisis política de esta semana. No había hablado de ella. Hasta esta noche. En 'El objetivo' (La Sexta), programa en el que la periodista Ana Pastor le esperaba desde su arranque, y que él siempre había rehuido. El jefe del Ejecutivo era entrevistado este domingo por la noche en La Moncloa —su primer encuentro con una cadena privada desde la moción de censura, sí tuvo uno ya en TVE— en un momento de máxima expectación, pasada la tempestad por la dimisión de Carmen Montón como ministra de Sanidad y la controversia sobre su tesis doctoral, y a las puertas de una semana en la que pretende tanto recuperar el impulso político y hacer tanto balance de sus poco más de 100 días en el poder como presentar sus planes de futuro a medio y largo plazo. Semana que arrancará este lunes con un gran acto en Madrid con empresarios, intelectuales, cineastas, periodistas...
La primera parte de la entrevista estuvo dominada por el caso tesis, como cabía esperar. Para empezar, el jefe del Ejecutivo volvió a negar tajantemente que hubiera plagiado su trabajo doctoral, y se reafirmó en su autoría. Por eso acusó a los medios que arrojaron sombras sobre él ('ABC', 'OK Diario' y 'El Mundo') de querer "difamarle". Les volvió a pedir que rectifiquen y, si no lo hacen, él, "como ciudadano", les interpondrá una demanda civil (no una querella criminal) para "reivindicar" su "honor mancillado". "Respeto profundamente la pluralidad informativa, asumo la crítica política", pero no se puede "difamar sin prueba", aclaró. "Estábamos pensando que las 'fake news' venían de otros países. Aquí se están produciendo 'fake news", mantuvo, insistiendo en que no podía "callarse" y aceptar la "manipulación".
Sánchez respondió a la pregunta de por qué no la colgó en la web, como ha hecho ahora, en cuanto empezaron a planear los primeros nubarrones, cuando asumió el poder del PSOE. Argumentó que su tesis es pública desde el mismo momento en que la leyó, en noviembre de 2012, y luego se difundió a través de distintos trabajos académicos "con contenidos específicos y aportaciones específicas" que están en internet, a disposición de todo el mundo, y que también editó un libro generalista. Ahora, como consecuencia de esa "difamación", ese "ataque personal", decidió colgarla en el repositorio Teseo.
Sostiene que en la polémica de su tesis se han producido 'fake news' y vuelve a pedir a los medios que se retracten. Si no, habrá demanda civil
El mandatario socialista reconoció que conocía a uno de los integrantes del tribunal que juzgó su tesis, y que de hecho participó en un 'paper' que ambos escribieron, pero eso no tiene "nada que ver con la capacitación" de los examinadores. Sánchez hizo hincapié en que todos los miembros del tribunal aseguraron que se cumplió con la ley, que no hubo plagio, que no escribió el trabajo un tercero. "No tuve trato de favor, en absoluto". Añadió que aunque ha hablado con "algunos miembros" de la Universidad Camilo José Cela, para trasladarles su "apoyo", su "solidaridad" y sus "disculpas", no pidió que salieran a defenderle.
Montón no le mintió
Ya la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, afirmó el viernes que todo obedecía a una operación de cacería contra el líder. Él lo suscribió este domingo ante las cámaras. "A falta de una oposición política, la oposición monta ruido". No tiene previsto ir al Parlamento a petición propia a dar explicaciones. Solo lo hará si los grupos se lo piden (y lo ganan en la Junta de Portavoces, cosa nada factible). "Nosotros no podemos convertir el Congreso en un lugar donde se planteen cuestiones que nada tienen que ver con la política. Eso no es dignificar la política ni la democracia, es enturbiarla".
No comparecerá en el Congreso porque cree que no tiene que bajar a las cuestiones personales. Presume de la "ejemplaridad" de su Gobierno
Sobre la dimisión de la ministra de Sanidad, Sánchez era tajante a la pregunta: "¿Le mintió a usted Montón?". "A mí no me mintió la ministra —señaló el presidente—, estoy agradecido de que haya dado un paso al lado para que no se vea enturbiada la acción en materia de sanidad pública". De hecho, elogió la "enorme dosis de ejemplaridad y de asunción de responsabilidades políticas", en alusión también a la salida de Màxim Huerta, que dimitió menos de una semana después de tomar posesión del cargo, después de que El Confidencial revelara que cometió fraude fiscal.
El problema es que Sánchez respaldó a su ministra apenas tres horas antes de que se conociera su renuncia. El presidente, para salvar su relato, precisó que lo que hizo en sus declaraciones públicas en el Senado fue defender su "gestión pública". No su máster en la Universidad Rey Juan Carlos, por tanto. No aclaró si le preguntó si había plagiado su TFM ("no soy un fiscal", se disculpó), y sí enfatizó la exigencia de su Ejecutivo. "Yo asumiré la responsabilidad política en el momento en que haya un ministro que haga algo que tenga que ver con la gestión política", dijo, tras subrayar que tras siete años con el PP en La Moncloa "nadie dimitía". Su Ejecutivo, en cambio, ha asumido una "ejemplaridad inédita que dignifica el sistema democrático".
Otro de los temas de las últimas dos semanas sin duda ha sido el freno y posterior rectificación de la entrega de armas a Arabia Saudí. Sánchez explicó que en el momento en que la ministra de Defensa, Margarita Robles, decide paralizar el contrato de entrega de los proyectiles, "no ve el impacto que puede tener en una serie de contratos con un tercer país que afecta a las competencias de la presidencia del Gobierno". Ante el riesgo de que Arabia Saudí pudiera entender que el Gobierno de España "está en la actitud de revisar todos los contratos —dice— entonces entro". Pero no solo quiso proteger la relación comercial con el país árabe, sino también "anteponer los intereses de los trabajadores de Navantia" y garantizar los 6.000 empleos en la bahía de Cádiz.
El presidente explica que cuando Robles decide paralizar la venta de armas "no ve el impacto" que puede tener en otros contratos con Riad
En el fondo, lo que hacía el presidente era desautorizar a Robles, aunque sin asumir ese término. Precisó que ese contrato venía del anterior Ejecutivo, y solo quedaba pendiente la entrega de los proyectiles. Defensa habla pero no calibra las consecuencias, la amenaza de Riad ("la situación era muy complicada" y el "dilema" era o "romper" las relaciones comerciales o "cumplir" con el contrato), y a partir de ahí entra La Moncloa, cuando "prioriza" salvar sus relaciones con Riad y el mantenimiento de los puestos de trabajo en Cádiz. ¿Ha exigido el Ejecutivo garantías al país saudí de que no se utilizarán las bombas para atacar a la población civil? "Soy presidente del Gobierno y no puedo trasladarle eso". Eso sí: "Lo que hagan terceros países no es responsabilidad de este Gobierno". Las bombas son de alta precisión y, para que no haya "ninguna equivocación", lo mejor sería que no se utilizaran, añadió, intentando mejorar la sorprendente frase de su portavoz, Isabel Celaá, el pasado viernes.
"No hay una mayoría que quiera elecciones"
Otro tema lleva planeando sobre Sánchez desde la moción de censura. La fecha de las elecciones. Ahora ya no es tan tajante. El presidente no descartó que pueda haber generales este mismo año. "Si he aprendido algo es a atarnos los dedos lo justo, sobre todo si hablamos de una convocatoria electoral". "Si antepones el diálogo al conflicto, leyes buenas para la mayoría social de este país y hay una mayoría parlamentaria que la respalde, ¿por qué vamos a convocar elecciones?", dijo, como punto de partida, sorteando la acusación de que rectificó respecto a cuando planteó su moción de censura a Mariano Rajoy. Si entonces habló de comicios inmediatos, alegó, fue para atraerse a Ciudadanos, pero finalmente este rechazó apoyarle y entonces tuvo que buscar el respaldo en otras fuerzas que no querían elecciones inminentes.
¿Elecciones en 2018? "Si he aprendido algo es a atarnos los dedos lo justo, máxime si hablamos de una convocatoria electoral
Por tanto, convocará nuevas generales cuando "prime el conflicto sobre el acuerdo" con los grupos que le avalaron en la moción de censura. "En el momento en que prime el conflicto, la discrepancia y no el acuerdo con Unidos Podemos, los independentistas y el PNV, tendremos que convocar elecciones", subrayó, recordando que el PSOE solo tiene 84 diputados en el Congreso. "Apelo a la corresponsabilidad". Es decir, que si hay urnas pronto o no depende no solo de él mismo, sino de los demás grupos. De nuevo, más presión hacia ellos.
No obstante, ahora mismo observa que "no hay una mayoría parlamentaria que quiera elecciones". Y esos mismos grupos que le respaldaron en la moción de censura son aquellos con los que le "gustaría" sacar adelante los Presupuestos de 2019.
Más que rectificaciones, "ruido"
Precisamente respecto a las cuentas del año próximo, le recordó Pastor, ha habido vaivenes. Sánchez reiteró que no se trata de rectificaciones, sino de "ruido". Lo que sí puede achacarse a su Ejecutivo en estos primeros días es alguna "disfuncionalidad", como cuando él dijo en una entrevista en la SER que habría un impuesto al diésel y luego la ministra de Industria, Reyes Maroto, aseguró que la posibilidad de esa tasa era un "globo sonda". El presidente repitió que sí habrá ese nuevo impuesto, porque el suyo es un Ejecutivo comprometido con la transición ecológica de la economía, pero no afectará a los que usan este combustible altamente contaminante para su trabajo.
Cree "perfectamente compatible" aumentar el gasto social y a la vez mantener los compromisos con Bruselas. Las pensiones subirán conforme al IPC
En otros casos, justificó, más que rectificación se trata de imposibilidad de llevar a cabo su programa electoral, porque solo cuenta en la Cámara con 84 diputados. No podrá derogar la reforma laboral entera, insistió, pero sí acabar con sus aspectos más lesivos. Él tampoco quiere subir el IRPF, porque parte de la idea de que "la gente rica" no paga ese impuesto, ya que tributa a través de sus sicavs, sociedades, patrimonio... Pero en cambio Unidos Podemos sí presiona para tocarlo, así que sí se incrementará, en su último tramo, sin afectar, rubricó, a la clase media y trabajadora. Su umbral era de 150.000 euros, pero no ve mal los 140.000 anunciados por Pablo Iglesias.
En todo caso, el Gobierno, apuntó Sánchez, mantiene su compromiso de reducir el déficit en línea con lo acordado con Bruselas y aumentar a la vez el gasto social. Es "perfectamente compatible". No cifró, no obstante, cuál es la previsión de más recaudación que espera con la subida tributaria que planea, con la que pretende acercarse a la presión fiscal de otros países como Alemania o Francia. El incremento de las pensiones conforme al IPC está garantizado, afirmó.
Sánchez negó que su Ejecutivo haya procedido a las devoluciones en caliente de inmigrantes, porque cuando se retornó a las 116 personas que saltaron la valla de Ceuta en agosto se respetó escrupulosamente la legalidad. Con el decreto ley de RTVE, admitió "errores", múltiples votaciones y plenos, pero al final se consiguió el objetivo de desbloquear la corporación, se congratuló. Y sobre el Valle de los Caídos, reiteró que tras la propuesta del PSOE de resignificarlo, hubo un aluvión de reflexiones de intelectuales que discrepaban de ese criterio, y él las atendió. Ahora cree que esa "resignificación no es posible", por lo que defiende que Cuelgamuros se convierta en un cementerio civil y se busque un nuevo emplazamiento para un Museo de la Memoria.
¿La situación en Cataluña sería mejor sin presos? "Tengo una opinión, pero soy presidente y no puedo hacer una afirmación sobre esa cuestión", dice
Unos minutos de la entrevista se dedicaron a Cataluña. En los últimos días, dos ministros, Josep Borrell y Meritxell Batet, han manifestado su opinión de que si los dirigentes independentistas no estuvieran en la cárcel, la situación sería otra. Sánchez fue mucho más prudente. "Tengo una opinión, pero yo soy presidente del Gobierno y no puedo hacer una afirmación sobre esa cuestión. Me lo he autoimpuesto porque siempre he querido respetar, y mucho, la autonomía del poder judicial". Batet o Borrell hacen "valoraciones políticas", pero él cree que ha de ser "más escrupuloso". Su receta para resolver el conflicto es la misma, ley y diálogo, una gran conversación entre catalanes y una votación final, pero sobre el autogobierno, no sobre la autodeterminación, como quiere el 'president', Quim Torra.
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