Las obras de la primera fase del Bulevar de Santullano costarán 17,1 millones de euros
El desvío del colector Sur supone casi una cuarta parte del coste de la intervención entre Ángel Cañedo y el puente de Rubín
El alcalde, Wenceslao López, reiteró ayer su compromiso con el proyecto del Bulevar de Santullano, que citó entre las grandes actuaciones para el futuro de Oviedo -junto a La Vega y El Cristo- que espera ver desarrollarse durante el próximo mandato al que, confirmó, aspirará como candidato. El largo plazo choca con otras urgencias. La plataforma Imagina un bulevar insiste en «apurar» para empezar los trabajos ya este año e, incluso, Somos Oviedo no ha borrado ese objetivo de su discurso pese a todas las dificultades administrativas, técnicas y presupuestarias.
Incluso con el proyecto dividido en tres fases, solo la primera -el tramo entre Ángel Cañedo y el puente de Rubín- tiene un presupuesto de ejecución de 17,1 millones de euros, casi el mismo que el «presupuesto objetivo máximo» que establecían las bases del concurso para adjudicar la redacción del proyecto (18 millones) y una cantidad muy por encima de las posibilidades del presupuesto del año en curso.
Todas las miradas se centran en esta primera fase. Es la única en la que sería posible actuar en este momento, ya que en los otros dos tramos parte de los suelos no son municipales. En el arranque desde la Cruz Roja, la presencia de la Fábrica de Armas, cuya cesión negocia el Ayuntamiento con Defensa, impide trabajar en la zona; entre Guillén Lafuerza y la 'Y', es la presencia del enlace del Hospital el obstáculo.
La actuación, en concreto, se extiende desde las proximidad de la calle Río Dobra, donde se construirá una gran glorieta, hasta el citado puente de Rubín. Lo que permitirá, en un primer momento, soslayar la supresión del puente de Ángel Cañedo. En cambio la pasarela peatonal, estrenada hace apenas 4 años, será desmontada al igual que sus accesos desde el lado de Ventanielles. También está prevista dentro de esta primera fase de los trabajos, eliminar el nudo y el puente de la avenida de Atenas, que será sustituido por una nueva rotonda que resuelve la intersección a nivel de suelo con seis ramales y en los que se favorece la conectividad entre ambos márgenes de la actual calzada con objeto de disminuir el tráfico interior del bulevar.
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Una solución similar se construirá en las proximidades del Palacio de los Deportes. La glorieta conectará la calle General Sabino Fernández Campo con la calle Río Dobra, también primando el tráfico norte y sur. Los redactores plantean una reordenación de carriles en la intersección de la calle Tenderina con río Dobra para garantizar la fluidez del cruce, disponiendo en ambas calles de «un carril adicional para permitir la acumulación de vehículos en las correspondientes fases semafóricas».
La supresión de la calle y el puente de Ángel Cañedo prevista, queda para la fase 3, la última en el horizonte temporal establecido, la más próxima a la Cruz Roja y la que incluye el llamativo lago del proyecto, pero el puente de Rubín también 'caerá' en esta primera etapa de desarrollo del Bulevar de Santullano. El proyecto prevé su desmontaje y su sustitución por una tercera glorieta, también con seis ramales y en la que de nuevo se tratará de priorizar la conectividad norte-sur, entre Ventanielles y el Hospital.
En números, el desmontaje de la pasarela y los dos puentes costará cerca de 1,9 millones de euros. Una cifra a la que habría que sumar los movimientos de tierra necesarios para nivelar las nuevas intersecciones, presupuestado en poco más de un millón de euros . La aplicación de los nuevos pavimentos y firmes sumaría otros 3 millones de euros.
En cualquier caso la mayor partida de obras de esta primera fase del bulevar se la llevará el desvío del colector Sur, unos trabajos presupuestados en casi 3,7 millones de euros y sobre cuyos riesgos alerta el informe geotécnico anexo al proyecto. La ejecución de la glorieta de la calle Río Dobra obligará a desviar una de las principales arterias de la red de saneamiento de la ciudad: el colector sur y su sistema de aliviaderos, que fueron inaugurados en 2003 por la entonces ministra de Medio Ambiente, Elvira Rodríguez.
No se trata de una tubería cualquiera. Tiene una sección de 6 por 2,7 metros y su construcción supuso una inversión de más de 23 millones de euros, cofinanciados con fondos europeos. Se trata de una conducción rectangular, que permite la separación de las aguas residuales de las procedentes de las escorrentías de los arroyos del Rayo, Palais y Cerdeño, que se canalizan hasta el río Nora, mientras que las aguas residuales procedentes Ventanielles, Colloto, Fozaneldi y gran parte de la zona centro se conducen hasta la depuradora de Villapérez.
Las obras obligarán a desviar un tramo de casi 400 metros lineales de la conducción principal, además de otros tantos de ramales secundarios, a través de un terreno con muy escasa capacidad portante y saturado de agua. El Colegio de Geólogos ha pedido al Ayuntamiento que extreme la precaución y haga todos los estudios necesarios antes de que entren las máquinas. La memoria del hundimiento, hace 20 años, de la manzana de Río Orlé y la pérdida de casi 400 viviendas sigue fresca.
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