Liberbank y Unicaja: la negociación de una fusión que afecta a 11.000 trabajadores y 1.866 oficinas
Ambas entidades reconocen «contactos preliminares» para una integración que apenas supondría duplicidades de oficinas
Liberbank estaba en los últimos meses en todas las quinielas cuando se abordaba la posibilidad de nuevas fusiones en el sector bancario ante la insistencia del Banco Central Europeo y del Banco de España y, además, se dejaba querer. «Siempre estamos abiertos a considerar una operación que añada valor para el accionista y tenga lógica», aseguró en marzo pasado su consejero delegado, Manuel Menéndez, durante la junta de accionistas. Y esa ocasión parece haber llegado. Tanto el banco en el que se integró la antigua Cajastur como Unicaja remitieron ayer sendos hechos relevantes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores en los que reconocen «contactos preliminares» para analizar «eventuales oportunidades» de integración. La fusión de ambas entidades de tamaño medio daría lugar al sexto banco por activos de España, con un total de 96.440 millones de euros, adelantando a Bankinter; una cuota de mercado del 4%; casi 11.000 trabajadores y 1.866 oficinas.
Las conversaciones, que se iniciaron en primavera, las están liderando directamente Menéndez y Braulio Medel, presidente de la Fundación Unicaja, máxima accionista del banco malagueño, y son aún incipientes, por lo que «no se ha sometido ninguna propuesta» a los órganos de dirección, aunque sí son conocidas por los consejos de administración. La negociación se enmarca en la «práctica habitual de movimientos en varias direcciones para testar el mercado», reconocen fuentes financieras cercanas a los grupos que no quieren dar por cerrada la fusión.
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No obstante, la operación podría resultar positiva para ambas entidades, que ganarían músculo, y que se encuentran entre las que menor rentabilidad tienen, de alrededor del 5%, muy lastradas aún por los negocios tradicionales de la banca en un momento complicado de tipos bajos. Se estima que la integración afloraría unas sinergias de costes de al menos 200 millones de euros.
Pero además de la posibilidad de ganar peso, sus negocios son complementarios geográficamente y no habría excesivas duplicidades. Como antiguas cajas de ahorro, muy asentadas en sus territorios de origen, Liberbank, que nació de la fusión de Cajastur-CCM, Caja Cantabria y Caja Extremadura, tiene una amplia presencia en el Principado, Castilla-La Mancha, Extremadura y Cantabria; mientras que Unicaja es fuerte, sobre todo, en Andalucía y Castilla y León, ya que absorbió a Banco Ceiss (fruto de la fusión de Caja Duero y Caja España). Por tanto, de confirmarse la operación, los solapamientos serían escasos y concentrados básicamente en servicios centrales y algunas oficinas en Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura. No obstante, fuentes conocedoras de las negociaciones aseguran que en los dos últimos casos serían pocas sucursales y que en la capital de España no habría problema por incrementar la presencia.
Blindaje
Otra ventaja de esta integración sería que permitiría a ambas entidades blindarse ante otras posibles operaciones menos amistosas y que pudieran resultar negativas a sus intereses. Liberbank ha presumido en los últimos tiempos de ser un banco autónomo, aunque abierto a explorar opciones que resultaran positivas para la entidad, los accionistas, los clientes y los trabajadores. De hecho, estuvo a punto de pujar a principios de año por la red de oficinas de Caixa Geral en España, un negocio que al final asumió Abanca, y también hubo contactos con Ibercaja, operación que no llegó a fructificar.
Aunque las negociaciones son preliminares, ambas entidades ya cuentan con asesoramiento. En el caso de Liberbank ha acudido a Deutsche Bank, con el que ya ha trabajado en ocasiones anteriores, como fue en su salida a Bolsa o en la ampliación de capital del año pasado. Por su parte, Unicaja cuenta con el banco de inversión italiano Mediobanca para estudiar la operación.
A esta fusión ambas entidades están en diferente posición. Por una parte, Unicaja tiene mayor tamaño y mejores resultados, pero llega con un ERE abierto que el pasado mes de octubre cifró en 1.028 despidos, el 15% de su plantilla, y tiene que acabar de absorber Banca Ceiss, que jurídicamente ha completado, pero no en términos reales. Liberbank, por su parte, tendría completada la integración de las cajas y está a punto de cerrar las 525 salidas propuestas en su ERE de 2017, cuya fecha de ejecución se extiende hasta inicios de 2019.
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