El Campo de San Francisco, un pulmón verde que se asfixia
El Campo de San Francisco, uno de los lugares emblemáticos de la ciudad, languidece a la espera de que se tomen decisiones sobre su futuro
Un lugar para el recogimiento, para el paseo matutino, para huir del mundanal ruido en pleno centro de la ciudad y respirar un aire más puro; un pulmón verde urbano, al fin y al cabo, que atesora a buen recaudo los recuerdos, aventuras y cotidianeidades de locales y foráneos entre los fastuosos árboles centenarios –y otros más jóvenes–, los jardines, fuentes y paseos. El Campo de San Francisco, un emblema de la ciudad que ha vivido tiempos mejores.
Así es, al menos, para algunos de los que lo «viven» más intensamente. Personalidades como el arquitecto y actual presidente de la Sociedad Ovetense de Festejos, Felipe Díaz-Miranda; la coordinadora de la Red Municipal de Bibliotecas, Chelo Veiga; el presidente de la junta local de Otea (Hostelería y Turismo de Asturias), David González Codón; el director honorífico de la Banda de Música Ciudad de Oviedo, Francisco Vigil; y la presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Oviedo, Eva Sánchez.
«El Campo de San Francisco no puede ser un trastero en el que quepan todo tipo de cosas», dice Díaz-Miranda en declaraciones a este diario. «Los ovetenses tenemos que plantearnos qué ha sido el parque, qué es y qué queremos que sea. Ahora está completamente abandonado; esa es la verdad, es lo que es hoy», sentenció.
En ese sentido, el presidente de la SOF mira con ojos melancólicos al pulmón de Oviedo, que en tiempos acogió los bailes de La Herradura, organizados durante los primeros años de la entidad. Y no por el modelo festivo, sino por la «vida» que se respiraba en un lugar «ahora profundamente asfixiado» por el tráfico y el constante ajetreo de la Vetusta clariniana, admite.
Para otros, las nueve hectáreas del bosque, declarado Jardín Histórico en 2016, son «un lugar de novela», un espacio «indudable» para la cultura. Y es que Chelo Veiga, desde la biblioteca pública Lorenzo Rodríguez Castellano, 'La Granja', sus dominios desde hace ya dos años, «siente» el lugar en otros términos, más positivos. «Quedan cosas por hacer, es innegable, y hay fallos de mantenimiento muy graves, pero el Campo de San Francisco es para Oviedo, y Oviedo ama la lectura. No hay mejor lugar que este para una biblioteca infantil con un programa familiar tan definido», defiende.
Allí, en pleno centro del Paseo del Bombé, el que fuera un afamado cabaret en el siglo XX dinamiza una zona en la que, entre otros desperfectos, la paralización de las obras del viejo quiosco de la música, ya en el año 2013, marca una de las vistas principales del lugar: los andamios que sujetan la vieja estructura de uno de los elementos más reconocibles del parque.
La música, el territorio conocido de Francisco Vigil, apenas se deja oír ya por allí. «Si el quiosco estuviese en buenas condiciones, podríamos construir un catálogo de actuaciones musicales como es debido. Es cierto que la tradición de la música en el parque los domingos se ha perdido, pero podría recuperarse los sábados, por ejemplo», argumenta, echando la vista atrás, cuando a los 12 años ofreció allí su primer concierto. «Ya solo nos quedan los bailes del Bombé», bromea.
En ese sentido, en el del «contenido» del campo, cierra filas David González Codón. El hostelero expresa su deseo de «darle a los ovetenses lo que quieren; están ansiosos de disfrutar del parque y, con respeto hacia el medio, los hosteleros también tenemos un lugar en él. Nuestro San Mateo aquí ha sido estupendo», defiende. «Solo es cuestión de cuidar el continente y nutrirlo de un contenido adecuado. Como se hacía antes».
Y así, de acuerdo con esto último, Eva Sánchez va un paso más allá, y en representación de una gran parte de las asociaciones de vecinos de la ciudad, se centra en algunas de las «deficiencias» más significativas de uno de los lugares que, en sus palabras, la han visto crecer. «El mosaico del Paseo de los Álamos está en un estado de vergüenza y exigimos que el Ayuntamiento tome cartas en el asunto», clama. Añade, además, que «el objetivo de los ciudadanos no es otro sino mantener y proteger el patrimonio histórico del campo, y potenciar sus recursos para beneficio de todos». «No puede ser que el quiosco de la Chucha, por ejemplo, sea una víctima constante del vandalismo, que las placas identificativas desaparezcan, que las baldosas rotas no se repongan o que haya un hueco vacío donde debería haber un árbol», sentencia.
Sin embargo, y así lo expone el presidente de la SOF, la zona, convertida en «la rotonda de la ciudad», se enfrenta a nuevos retos; «sostenibles y eficientes, para encabezar la ciudad del futuro». Así, entre las ideas del arquitecto, destacan algunas como «peatonalizar la calle Fruela, integrar La Escandalera al campo planteando un uso alternativo para el aparcamiento o crear, entre otras cosas, una red completa de movilidad limpia con la que ya no sea necesario ni transformar ni frecuentar en coche» el corazón verde de la capital del Principado, una de las mayores de la región en contexto urbano.
El futuro del campo
El campo, desde finales del siglo XIX, conserva una configuración paisajística al estilo inglés de jardines abiertos y donde prima la vegetación natural frente a los parterres cerrados de la jardinería francesa. En su centro exacto, la estatua de San Francisco. Sin embargo, el desarrollo del ensanche burgués y las infraestructuras circundantes lo han ido convirtiendo en una isla de difícil acceso para el peatón. Al norte, el paseo de Los Álamos –hoy magnolios– choca contra una barrera de tres carriles y otra vertical, física, de hierro forjado. Algo parecido sucede en Marqués de Santa Cruz y Santa Susana. Al sur, se agrava con el muro de contención de los edificios de plaza de España.
Para solucionarlo, el Ayuntamiento lanzó un concurso de ideas al que se presentaron ocho estudios de arquitectura. En las bases de la licitación, todavía por resolverse, las empresas presentaron sendos proyectos. El primero, de actuación urgente, la restauración del mosaico del citado paseo de los Álamos. El segundo ítem corresponde a la reordenación urbanística del eje que el campo forma con la plaza de la Escandalera. En cuanto a la reparación del mosaico de Antonio Suárez, muy deteriorado, el jurado otorgará más puntos a «aquellas propuestas que aborden de forma detallada la rehabilitación».
La apertura de sobres fue hace cuatro meses y nada se sabe de los designios del jurado. Fuentes de contratación confirmaron a EL COMERCIO que al incorporar técnicos de colegios profesionales las deliberaciones están siendo minuciosas para elegir la mejor propuesta de entre 'El hombre tranquilo', 'Oviedo a tus pies', 'Ágora; uniendo caminos, uniendo ciudadanos', 'Vacíos activos', 'Perfilando el centro', 'Meeting Point_confluencias', 'Puerta del Campo' y 'Campo San Francisco, Km 0'.
Son varias cosas las que Urbanismo pretende solucionar en un espacio icónico de la ciudad que, según se denunciaba en el proceso de participación ciudadana que desembocó en la convocatoria del concurso, opera como una gran rotonda, prácticamente aislado. La propuesta ganadora tendrá que coordinarse con el dictamen del nuevo Plan de Movilidad Urbana Sostenible, que también identifica la problemática del parque y su importancia en la manera en la que los ovetenses se desplazan e interactúan con su ciudad.
De ese plan de movilidad, todavía por aprobar, se extrae que el campo ocupará, en una ciudad con menos coches y más bicicletas, una reforzada centralidad. Urbanismo pretende facilitar los desplazamientos a pie desde Ciudad Naranco hasta el parque de Invierno en una suerte de corredor que atravesará el parque.
Por otro lado, la Escandalera se entiende como nexo de unión entre el Casco Antiguo y el Campo y la propuesta ganadora del concurso tendrá que 'coser' ambos espacios ganando lugares para el viandante.
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