El Ayuntamiento adjudica la obra de la arteria de Cuyences por 636.000 euros
Espina Obras Hidráulicas presenta la mejor oferta para una actuación demorada desde 2012 y que debe estar acabada antes de fin de año
Espina Obras Hidráulicas acometerá la renovación de la arteria de Cuyences, que abastece a la ciudad desde el depósito del mismo nombre con agua del sistema del Alto Nalón, de Cadasa. Lo hará tras imponerse a sus competidoras con la mejor oferta técnica y económica, 636.784 euros frente a los 800.000 del precio de licitación, y la hará con prisa. Los pliegos establecen cuatro meses de plazo de ejecución que conviene respetar. La obra se financia con remante de tesorería del presupuesto de 2017, gracias a una instrucción de Hacienda que permite ampliar un año el plazo para usar estos fondos, por lo que debería de estar acabada antes de Nochevieja para evitar complicaciones.
En realidad, con cuatro meses de plazo, los trabajos deberían llevar seis o siete años terminados. El proyecto se planteó después de que, en 2012, la conducción actual reventase dos veces casi seguidas, causando grandes inundaciones, socavones en la carretera local, daños en varias casas y hubo que cortar la autovía a la altura de La Corredoria por los destrozos. Se realizaron entonces varias obras de reparación, entre ellas la colocación de una nueva válvula de seguridad, pero la renovación de la tubería de abastecimiento quedó atrapada en ese ciclo de inversiones que se financian con remanente por cumplir aquello de ser financieramente sostenibles y que se presupuestan todos los años, pero no se ejecutan nunca. Hasta ahora.
Calendario
La nueva tubería será de fundición dúctil, en lugar del fibrocemento de la actual, y setenta centímetros de diámetro, necesarios para aportar hasta 12 millones de litros de agua. El calendario de obra es importante. El 80% del agua que bebe la ciudad viene del canal del Aramo, pero el 20% restante viene de Cadasa, desde el depósito de Cuyences. Esa es la media, el objetivo anual, pero hay épocas y años en los que las cosas cambian. En 2017, la sequía obligó al Ayuntamiento a comprar más de la mitad de los 700 litros por segundo de agua que consume la ciudad a Cadasa durante varios meses. Fue una situación anómala que obligó a bombear al máximo desde el subsuelo del Nalón, en Palomar, e incluso desde Los Alfilorios, al quedar su nivel por debajo de la esclusas.
No conviene que la obra de renovación de la conducción sufra problemas. Si fallase el sistema del canal del Aramo, la ciudad se quedaría seca. Esta vez de verdad.
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