La cantera de Priorio mantiene sus planes para fabricar asfalto y hormigón
Aguarda al informe de impacto ambiental del Principado y tiene recurrida la denegación de la licencia de la planta de aglomerado
Después del agua, los áridos son la segunda materia prima más consumida del mundo. La caliza, igual que los recursos hídricos, aparece allá donde la evolución geológica los ubica. Oviedo pasa por ser el concejo del Principado con más canteras y una, la de Cárcaba en Prioro, ha centrado la actualidad durante el pasado año por sus planes de levantar sendas plantas de aglomerado asfáltico y hormigón, que se toparon con una fuerte oposición vecinal que aglutinó a los residentes del valle de Las Caldas en una plataforma ecologista y el apoyo del Consistorio que denegó la licencia a la primera de las factorías.
Ayer, en una visita para los medios de comunicación a las instalaciones de la cantera ubicada en Santa Marina de Piedramuelle, tanto Carlos Sánchez, director de Áridos y Hormigón del grupo Hanson-HeidelbergCement, propietario de la cantera, como Juan Ordieres, director de Actividades de la compañía en Asturias y vicepresidente de la CAC-Asprocón, confirmaron que sus planes para instalar ambas plantas en una de las cotas más bajas de la explotación, continúan.
Por un lado, plantearon un recurso vía Contencioso-Adminsitrativo frente a la decisión del anterior responsable de la Concejalía de Urbanismo, Ignacio Fernández del Páramo, de denegar la licencia a la planta de asfaltos y, por otro, aguardan a la aprobación del informe de impacto ambiental ordinario que solicitó el Principado. Un trámite que recogerá el alcance de las tres actividades, extractiva y las de las plantas, simultáneamente frente al procedimiento simplificado presentado en primer lugar.
Defendieron, tanto Sánchez como Ordieres, que su intención, es la de «reducir la contaminación y las emisiones» al instalar la planta de hormigón en la propia cantera. La compañía regenta una planta de transformación de hormigón en Villaperi que cerraría en cuanto la de Priorio estuviera abierta. Limitando, así, los transportes desde Piedramuelle. Un argumento que choca con los temores de los vecinos y la oposición ecologista a las plantas.
«Es fundamental que las canteras coexistan con los vecinos», afirmó Sánchez. «Queremos que noten nuestra presencia lo menos posible y que cuando nos vayamos la cantera se restaure y quede integrada desde un punto de vista paisajístico», explicó al indicar cómo se acometen las labores de reparación cuando las catas se dan por agotadas mediante relleno de tierras. Un futuro lejano. Según sus estimaciones, el reservorio de roca de la cantera de Prioro alcanza los 15 millones de toneladas y el ritmo de extracción es de 300.000 al año. Unos 50 años.
«No queremos aumentar la producción de hormigón ni de asfalto», añadió Ordieres sino «convertirnos en unos productores más». Ambos productos, abundó, se fabrican a demanda de la construcción de edificios e infraestructuras y carreteras. Según sus estimaciones, pretenden entrar a competir en Asturias con una planta de asfalto para acceder a un negocio que mueve en el Principado unos 150.000 metros cúbicos al año. En cuanto al hormigón, que se produce en un rango de menos de 60 kilómetros de donde se consume, la empresa planea producir unos 20.000 metros cúbicos al año gracias al repunte de la construcción.
20 empleos directos
Ambos calificaron los procesos productivos como «simples» y sin impacto visual ni ambiental pues se ubicarían en la cota más baja de la explotación y a 300 metros de los núcleos urbanos como marca la normativa. Asimismo, añadieron que la plantilla de la cantera aumentaría a 20 empleos directos y tendría capacidad para generar 80 indirectos si logran desbloquear los trámites tanto en el Principado como en el Consistorio.
En cuanto al conflicto con los vecinos, los responsables de la cantera se han mostrado dispuestos a reunirse con la plataforma. «Nos pusimos en contacto con ellos pero no obtuvimos respuesta», afirmaron.
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