El Arzobispado quiere hacer un chalé en la rectoral y sacarlo al mercado inmobiliario
Un informe del Principado alerta de que la actuación pone en riesgo la catalogación de Santa María como Patrimonio de la Humanidad
José A. Ordoñez 01.11.2019 | 01:26
El Arzobispado de Oviedo pretende reconvertir en un gran chalé de lujo la antigua casa rectoral de Santa María del Naranco, para proceder a su venta y obtener un aprovechamiento económico de un bien que le pertenece y que se encuentra en estado de ruina. Para lograrlo, ha presentado un recurso contencioso-administrativo contra la decisión municipal -tomada en tiempos del tripartito- de denegarle la licencia de obra. La Iglesia sí se abre a negociar usos alternativos al residencial, pero siempre bajo la idea de que se trata de una propiedad privada y de un bien que quiere aprovechar.
El inmueble, obra de Menéndez Pidal, se encuentra ubicado en la misma parcela que Santa María del Naranco. Por tanto, dentro del perímetro de protección de los monumentos.
La negativa municipal a autorizar la obra se basa en un informe de la Consejería de Cultura del Principado, en el que se advierte de que una rehabilitación ajena a los criterios de conservación resulta "inviable", ya que supondría un "incumplimiento" de la Ley de Patrimonio Cultural. Además, los técnicos subrayan que la casa está en un área de suelo no urbanizable, cuyo objeto es "la obtención de zonas verdes para contribuir a una extensa banda de protección entre la ciudad y las laderas del monte".
En ese mismo informe, el Consejo de Patrimonio Cultural recuerda que tanto Santa María del Naranco como San Miguel de Lillo forman parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO y que su comité evalúa cada cinco años la presión urbanística que sufren los monumentos que integran la lista. "Una alteración en el entorno de estos dos bienes que ese comité considere grave podría derivar en la exclusión de los mismos de esa categoría", advierten los técnicos de la Administración.
Los especialistas sostienen en ese mismo informe que el destino del inmueble debería ser el derribo, para cumplir con la Ley de Patrimonio. Así se recogía en el plan del Naranco que impulsó el tripartito y que ha paralizado el actual gobierno.
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