jueves, 2 de noviembre de 2023
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Así ha cambiado Oviedo: el libro que recoge cómo era la ciudad hace más de 100 años
Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN
LA VOZ DE OVIEDO
El antiguo arrabal de San Francisco, pequeño eje comercial vinculado a La Escandalera, es uno de los fragmentos del tejido urbano más desfigurados por los sucesos de los años 30. Fotografía de Hauser y Menet, h. 1910
El antiguo arrabal de San Francisco, pequeño eje comercial vinculado a La Escandalera, es uno de los fragmentos del tejido urbano más desfigurados por los sucesos de los años 30. Fotografía de Hauser y Menet, h. 1910 Muséu del Pueblu d'Asturies
El geógrafo Gaspar Fernández Cuesta es el director de esta obra editada por Delallama Editorial. El que fuera profesor de la Universidad de Oviedo durante décadas cuenta cómo y por qué ha cambiado el paisaje urbano de la capital asturiana
02 nov 2023 . Actualizado a las 09:41 h.
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Decía Clarín, en su novela más popular La Regenta, que «la heroica ciudad dormía la siesta». Una irónica frase en referencia a Oviedo que se convirtió en una de las más célebres de toda la literatura española, pero que nada tiene que ver con la realidad. La ciudad no solo acabó levantándose y desperezándose, sino que además supo transformarse, creciendo en todos los aspectos. Con el objeto de dar a conocer el origen, la estructura y el por qué de cada una de las piezas que componen el paisaje urbano entre los siglos XIX y XX de la capital asturiana, La Ciudad Despierta. Memoria gráfica de Oviedo (1858-1978) acaba de ver la luz.
La obra dirigida por el geógrafo Gaspar Fernández Cuesta y editada por Delallama Editorial surge a raíz de una exposición homónima llevada a cabo hace un par de años en Oviedo. Una muestra impulsada por el director del Muséu del Pueblu d'Asturies, Joaco López Álvarez, quien pretendía rendir un homenaje al «maestro de geógrafos», Francisco Quirós Linares. Pero se trataba de un conjunto de imágenes antiguas sobre la capital de Asturias que «no contaban con un catálogo que las pusiera en contexto».
El geógrafo Gaspar Fernández Cuesta posa con «La ciudad perdida», obra que él mismo ha dirigido
El geógrafo Gaspar Fernández Cuesta posa con «La ciudad perdida», obra que él mismo ha dirigido
Ante esta situación, y dado que dichas instantáneas antiguas no permitían ser a simple vista analizadas en profundidad, la fundadora de la editorial Delallama, Ana Roza, decide ponerse personalmente en contacto con Gaspar Fernández Cuesta para hacer «una especie de catálogo». Una petición que el durante décadas profesor del Departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo aceptó encantado. Pero recomendó que lo mejor era hacer un libro. «Un ejemplar que, manteniendo el interés de la fotografía, se basara en la misma para explicar la historia urbana de la ciudad entre mediados de los siglos XIX y XX», explica.
«La ciudad despierta» es una obra de caracter divulgativo que con el objeto de hacer más amena su lectura combina imágenes con texto. Además cada una de las instantáneas cuenta con un pie de foto que permite ahondar más en la información
«La ciudad despierta» es una obra de caracter divulgativo que con el objeto de hacer más amena su lectura combina imágenes con texto. Además cada una de las instantáneas cuenta con un pie de foto que permite ahondar más en la información
Bajo esa premisa, Gaspar Fernández Cuesta, con la ayuda de diversos miembros del Departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo, selecciona las fotografías que conforman La ciudad despierta. Organiza, además, la obra en cuatro partes. Con una introducción «muy sintética» sobre el proceso de urbanización en España desde mediados del siglo XIX hasta el fin de la dictadura y con otros tres apartados dedicados a Oviedo. Desde la formación a los elementos singulares de su paisaje urbano, pasando por las principales piezas de la ciudad, entre los que figuran la calle Uría, el Campo de San Francisco o los polígonos residenciales.
Detalle de la fachada de las Casas del Cuitu, uno de los edificios más emblemáticos de la calle Uría.
Las Casas del Cuitu: el icónico edificio indiano de la calle Uría de Oviedo que lleva más de una década vacío
Cristina Centeno
¿Qué propició el cambio urbanístico?
Un total de 214 fotografías —pertenecientes al Muséu del Pueblu d'Asturies— componen esta obra que sintetiza en 208 páginas la transformación urbanística que vivió Oviedo «a partir de mediados del siglo XIX debido a la llegada de la industrialización». Y es que, debido a la instalación de las primeras fábricas en la ciudad, la población crece exponencialmente. Por este motivo, la capital asturiana tuvo que adaptarse a las necesidades de la nueva sociedad. «La ciudad cambia mucho, pero mucho menos de lo que pensamos», resalta Gaspar Fernández Cuesta, quien asegura que a partir de mediados del siglo XIX se construyen los paisajes urbanos que hoy en día podemos apreciar.
¿Y cómo ha cambiado la ciudad?
«Lo más significativo es la aparición de elementos nuevos como la estación de ferrocarril, construida a aproximadamente 800 metros del casco histórico», asegura el geógrafo, antes de detallar que con el objeto de unir ambos enclaves se diseña la emblemática calle Uría. A partir de la construcción de lo que hoy en día es la artería principal de la ciudad «se define un barrio entero que es el equivalente a un ensanche en otras ciudades españolas».
La obra muestra cómo ha cambiado el paisaje urbano de Oviedo en los siglo XIX y XX
La obra muestra cómo ha cambiado el paisaje urbano de Oviedo en los siglo XIX y XX
Además, en La ciudad dormida los autores explican mediante fotografías como antiguamente las calles de la capital asturiana eran «estrechas, quebradas y con pocos espacios libres», pero al convertirse en un ciudad industrial, los nuevos modelos de transporte obligan a que la circulación se realice por vías más anchas y por tanto «aparecen las avenidas».
Fernández Cuesta asegura también que es «curiosa» la construcción de grandes edificios ligados a la nueva sociedad industrial como el gran complejo hospitalario que había en Llamaquique o el campo de fútbol de Buenavista. Unos edificios que a día de hoy no existen, pero que formaron y marcaron el paisaje de Oviedo que por aquel entonces era «de mucha calidad». «Superior a la media de España en aquella época», resalta el experto.
Residencia Sanitaria Nuestra Señora de Covadonga (1961), en el Cristo. En segundo término, el estadio de Buenavista (1932), luego llamado Carlos Tartiere, con la visera original, y a la derecha la pista de deportes del CAU, en el campus de Los Catalanes. Detrás del campo de fútbol, la plaza de España inconclusa y la torre de Los Carmelitas. Trabajos Aéreos Fotográficos, h. 1960
Residencia Sanitaria Nuestra Señora de Covadonga (1961), en el Cristo. En segundo término, el estadio de Buenavista (1932), luego llamado Carlos Tartiere, con la visera original, y a la derecha la pista de deportes del CAU, en el campus de Los Catalanes. Detrás del campo de fútbol, la plaza de España inconclusa y la torre de Los Carmelitas. Trabajos Aéreos Fotográficos, h. 1960 Muséu del Pueblu d' Asturies
En este punto, el geógrafo señala otros elementos que también han desaparecido como la Gran Manzana —ocupaba lo que hoy es parte de la plaza de la Catedral y estaba porticada—, o la antigua muralla medieval. «La cárcel o el convento de San Francisco, que hoy ocupa la Junta General del Principado de Asturias y en cuya huerta se levanta lo que se conoce como el Campo San Francisco, tampoco existen a día de hoy», apunta.
De igual modo, en ese paisaje urbano de Oviedo de entre mediados de los siglos XIX y XX había también singulares edificios que a día de hoy se mantienen en pie como pueden ser el convento de San Pelayo, las iglesias de San Isidoro y Santa María o el convento de San Vicente.
Aspecto que presenta la calle Uría de Oviedo
La historia de la Calle Uría en Oviedo
Borja Zapico
Con todo ello, el libro que ya está a la venta se constituye en «una excelente guía para todos los interesados en conocer el significado y la razón de ser de la mayor parte de los espacios urbanos más representativos de la ciudad», aseguran desde la editorial, que «ha querido exprimir al máximo el valor que tienen las fotografías como fuente documental para el conocimiento de los paisajes geográficos ovetenses».
Gaspar Fernández Cuesta es el director de la obra, mientras que el resto de implicados en la misma son los siguientes:
Coordinadores: Miguel Calleja Puerta, Felipe Fernández García, Benjamín Méndez García, Juan Sevilla Álvarez y Sergio Tomé Fernández.
Autores: Ramón Alvargonzález Rodríguez, Salvador Beato Bergua, Arturo Colina Vuelta, Daniel Herrera Arenas, Amalia Maceda Rubio, Manuel Maurín Álvarez, Ícaro Obeso Muñiz, Miguel Ángel Poblete Piedrabuena, Fermín Rodríguez Gutiérrez, Carmen Rodríguez Pérez y Alfonso Suárez Rodríguez.
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