miércoles, 1 de noviembre de 2023

Recordatorios obligados....

Nortes | Centraes na periferia Franco fue “Caudillo de España por la gracia de Dios” y España es una monarquía por la gracia de Franco La dinastia borbónica trata de perpetuarse en la jefafura del Estado, pero aquí seguimos y seguiremos reivindicando la legitimidad de la República Por Paco Álvarez 1 noviembre 2023 Recomendados La monarquía tiene un problema, pero el republicanismo también 1 noviembre 2023 Franco fue “Caudillo de España por la gracia de Dios” y España es una monarquía por la gracia de Franco 1 noviembre 2023 “Nadie se emancipa trabajando” 1 noviembre 2023 Una semana de encierro por una atención de calidad en el ERA 1 noviembre 2023 Paco Álvarez Paco Álvarez Periodista, escritor y traductor lliterariu d'italianu. Ye autor de les noveles "Lluvia d'agostu" (Hoja de Lata, 2016) y "Los xardinos de la lluna" (Trabe, 2020), coles que ganó en dos ocasiones el Premiu Xosefa Xovellanos. “Respecto a la sucesión a la Jefatura del Estado, sobre la que tantas maliciosas especulaciones hicieron quienes dudaron de la continuidad de nuestro Movimiento, todo ha quedado atado y bien atado con mi propuesta y la aprobación por las Cortes de la designación como sucesor a título de Rey del Príncipe Don Juan Carlos de Borbón“. Léase esta frase evocando la aflautada voz con la que la pronunció, en su televisado discurso navideño de 1969, Francisco Franco, que se autoproclamó “Caudillo de España por la gracia de Dios” tras hundir a España en un océano de sangre y que proclamó treinta años después, en el tramo final de su implacable dictadura fascista, mientras mantenía operativos el paredón y el patíbulo para fusilar o ejecutar a garrote vil a militantes antifranquistas, que por su obra y gracia (es decir, por sus santos cojones) la sucesión lógica y natural del franquismo la encarnaban el borbón Juan Carlos y toda su dinastía, su sucesión y su parentela. Y de aquellos polvos vienen estos lodos… Juan Carlos explotó su condición de jefe del Estado al máximo durante 38 años, prácticamente los mismos en los que se arrogó ese mismo rango su valedor Franco, que le tenía cariño al borbón. Su reinado estuvo marcado por la turbiedad y el oscurantismo informativo de principio a fin: ¿cuál fue su relación con el fallido golpe de Estado de 1981?, ¿cuánto chupó este pájaro de comisiones por la adjudicación a empresas españolas de la línea de alta velocidad saudí entre Medina y La Meca?, ¿los servicios secretos españoles se dedicaron a vigilar a Corina Larsen con cargo a nuestros impuestos?, ¿cuántas veces hicieron la vista gorda las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para que su majestad volviera a palacio borracho conduciendo una moto de gran cilindrada? Juan Carlos, el bonachón, ahora anda medio fugado del fisco y de la justicia españolas, disfrutando de su ‘amargo’ champán del exilio en una mansión de once millones de euros en Abu Dabi. De vez en cuando viene de excursión a su amada España en un jet privado, invitado por un empresario amigo para ejercer como regatista de velero, y una cohorte de lambeculos lo aclama desde la orilla con gritos de ¡Viva el rey! o desde los medios de comunicación con bochornosos artículos o comentarios que pretenden justificar, legitimar, blanquear su reinado, aunque, por elevación, de lo que se trata es de preservar y perpetuar esa institución anacrónica, arbitraria y absurda que representa la monarquía con todos sus vástagos parasitarios que viven del dinero público: las infantas, el pieza de Froilán, la pija de Victoria Federica… Movilización republicana en Xixón. Foto: Luis Sevilla. Ayer la princesa Leonor juró no sé qué no sé dónde. La heredera de los borbones (la dinastía de Fernando VII, que reinstauró la Inquisición en España, y la dinastía de Alfonso XIII, que bendijo la dictadura de Primo de Rivera) hizo un paréntesis en su formación militar para jurar su abnegada entrega a España y para pedir lealtad a los que se supone que son sus subditos. No sé qué opináis vosotras y vosotros, pero yo no soy súbdito de nadie. Además, soy antimilitarista y me paso los galones, la jerarquía y la monarquía por el arco de triunfo. En un día como hoy, en el que la prensa prodiga el nombre de Leonor, me vienen a la mente infinidad de nombres muchos más valiosos que el de la insulsa heredera de los borbones: nombres de personas que vivieron y murieron defendiendo la República y todos sus valores de justicia y libertad. Se llamaban Miguel, Aida, Federico, Blanca, Lluís, Adelina, Ánxel, Martina, Pau, Amaia…

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