viernes, 21 de octubre de 2011

Manualillos para una crísis

El largo camino hacia el rescate de la eurozona

Robert Peston

Los mercados están pendientes de que Francia y Alemania alcancen un acuerdo sobre el rescate de la eurozona.

Alemania y Francia siguen prometiendo "una respuesta exhaustiva y ambiciosa" a la crisis financiera de la eurozona.

Pero ya se sabe que un eventual acuerdo sobre un paquete de rescate no llegará en la cumbre de líderes europeos que se celebrará este fin de semana, sino que habrá que esperar a un segundo encuentro que tendrá lugar a más tardar el próximo miércoles, según indicaron en un comunicado conjunto ambos países.
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Quizás ha sido el compromiso del presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, de que se cumplirá el calendario previsto lo que ha evitado que el pánico se haya apoderado de nuevo de los mercados financieros.

En cualquier caso, las negociaciones entre París y Berlín demuestran lo difícil que resulta reconciliar las diferencias de Francia y Alemania en un elemento central del acuerdo: el método para incrementar la capacidad de respuesta del fondo de rescate de la eurozona, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.

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Los acreedores de Grecia

Existe un segundo obstáculo para anunciar un plan definitivo, y es que todavía no han comenzado de manera oficial las negociaciones con los acreedores privados de Grecia sobre la reducción de la cantidad que el gobierno de Atenas les reembolsará, más allá del recorte del 21% al que se han comprometido.
Billetes de euro

París y Berlín siguen prometiendo una "una respuesta exhaustiva y ambiciosa" a la crisis de la eurozona.

En este contexto, se podría considerar como una buena noticia que Francia y Alemania hayan anunciado que las negociaciones formales sobre este asunto con los acreedores de Grecia deben comenzar.

Pero pese a las señales positivas enviadas por ambos países, siguen presentes los problemas que Angela Merkel está enfrentando para persuadir al Parlamento de su país de que el Banco Central Europeo (BCE) debe apoyar el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera haciendo préstamos a países que están teniendo dificultades para encontrar financiación en los mercados, como Italia y España.

Para los alemanes, la idea de que los bancos centrales presten dinero a los gobiernos es un anatema. Se trataría de un símbolo horrendo de cómo en BCE es un pálido reflejo de lo que su amado Bundesbank representó en las décadas previas a la adopción del euro.

O explicado de otra manera, los recuerdos de la hiperinflación todavía están en la mente de los políticos y los ciudadanos alemanes.
Días de nervios

Así pues ¿qué se puede acordar este fin de semana?

Debe haber progresos sobre la recapitalización y reforzamiento de los bancos, aunque no se llegará a los US$275.000 millones que la Autoridad Bancaria Europea calculó serán necesarios para dar confianza a los inversores.

Como señalaba el diario británico Financial Times, no está claro que la cifra que se acuerde este fin de semana sea considerada adecuada para proteger al sistema bancario de la eurozona de las pérdidas que se avecinan.

Así que, como me han escuchado decir con anterioridad, nos hemos de preparara para unos días de nervios, mientras esperamos que Francia y Alemania lleguen a un acuerdo.

Una cosa más. ¿Cómo perciben los otros miembros de la eurozona el echo de que Francia y Alemania hayan dejado claro que sus respectivos intereses e ideas son de importancia secundaria? Sería una ironía dolorosa que, arreglando sus diferencias, París y Berlín acabaran fomentando la oposición de alguna otra nación orgullosa de la eurozona.

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