Jueves. 8 de mayo de 2014. El euro escala hasta los 1,399 dólares. Lunes. 1 de septiembre de 2014. El euro cae hasta los 1,312 dólares. Una caída superior al 6% en menos de cuatro meses. No está mal cuando se trata de las dos divisas más comercializadas del mundo, con lo que esos movimientos cuentan con el añadido de que se producen moviendo mucho dinero. ¿Qué ha pasado entre ambas fechas? Que el enfriamiento de la recuperación en la Eurozona y la amenaza de la deflación han vuelto a cargar el tambor del revólver del Banco Central Europeo (BCE), que este jueves podría volver a disparar. 
En concreto, los inversores esperan que el presidente de la entidad, Mario Draghi, vaya al grano. Es decir, que pase a comprar deuda directamente en el mercado y que lo haga sin esterilizar esas adquisiciones. O lo que es lo mismo, que se saque de la manga la versión europea de los programas de expansión cuantitativa (QE) que la Reserva Federal (Fed) estadounidense o el Banco de Inglaterra ya han aplicado en los últimos años.
Todo lo demás, como anunciar rebajas adicionales de unos tipos de interés que ya están en el 0,15%, sonaría a poca cosa. Y sería respondido en el mercado con subidas del euro. Por tanto, si el euro camina en zona de mínimos desde septiembre de 2013 contra el billete verde e incluso traslada la sensación de poder bajar hasta los 1,30 dólares o romper esta barrera por primera vez desde julio del año pasado, se debe a que se vuelve a esperar mucho de SuperMario
Aunque ese movimiento también puede contar más catalizadores. En contraste con lo que el mercado aún espera del BCE, los inversores ya hacen sus cábalas sobre cuándo empezarán a subir los tipos de interés otros bancos centrales, como la Fed y el Banco de Inglaterra. Y claro, el empujón que esas expectativas dan a sus respectivas divisas, combinado con el convencimiento de que Draghi actuará sin duda, refuerza la depreciación de la divisa europea. En el caso de la divisa británica, ya compra 1,265 euros, con lo que se mueve en zona de máximos contra el euro desde 2012. 
Esta fortaleza se apoya en la creencia de que el Banco de Inglaterra, que también se reunirá este jueves, podría elevar el precio del dinero incluso en 2014. Los tipos de interés llevan anclados en el 0,5% en Reino Unido desde marzo de 2009.