Una vez muerto, lo normal es permanecer en el recuerdo de familiares y amigos durante unas décadas. Si has hecho cosas importantes puede que tengas más trascendencia como para ser recordado por varios siglos. Pero ser recordado durante miles de años es algo más difícil, casi imposible y está en manos de muy pocos. Uno de estos casos es el de un grupo de homo-sapiens que se refugió en una cueva en los Montes Cárpatos hace 36.500 años y que, gracias a las huellas que dejaron en el suelo, permanecen en nuestra mente hasta el día de hoy.
Según informa la publicación American Journal of Physical Anthropology en un estudio de David Webb las huellas halladas hace 49 años en el yacimiento rumano de la cueva de Ciur-Izbuc son las más antiguas encontradas en Europa. Un nuevo descubrimiento que desmonta estudios anteriores y crea una nueva hipótesis sobre esta investigación arqueológica.
En 1965 un grupo de arqueólogos encontró un total de 400 huellas humanas en este yacimiento localizado en la parte rumana de los Montes Cárpatos. Según las evidencias interpretaron que se trataba de una familia de homo-sapiens, compuesta por un hombre, una mujer y un niño.
En este primer análisis, fecharon los hallazgos entre 10.000 y 15.000 años de antigüedad, basándose parcialmente en las huellas y huesos de un oso (Ursus spelaeus) encontrados en la misma gruta.
Durante el verano de 2013 solamente se pudo estudiar un 25% de todas las huellas, ya que el resto había sido deteriorado
A partir de su descubrimiento, el yacimiento ganó popularidad y se vio expuesto a la visita de multitud de turistas e interesados. Las huellas y restos que había en la cueva se vieron más afectados durante el siguiente lustro que durante los miles de años que habían permanecido intactas.
En la nueva investigación de la cueva durante el verano de 2013 solamente se pudo estudiar un 25% de todas las huellas, ya que el resto había sido deteriorado. De un total de 400 huellas encontradas en 1965, actualmente solo se podían sacar conclusiones de 51 de ellas.
La parte más importante de este estudio fueron las mediciones de radiocarbono (utilizando el isótopo carbono-14 para determinar la edad de materiales que contienen carbono)  realizadas sobre algunos huesos de oso que se encontraban entre las huellas. Como ha explicado en su estudio el antropólogo David Webb, de la Universidad de Kutztown en Pennsylvania, se ha demostrado que datarían de unos 36.500 años de antigüedad.
Se estima que se trataba de un grupo de unos 6 o 7 individuos entre los que había un niño
Pese a que estos nuevos estudios han supuesto un gran avance para el yacimiento, continúa habiendo muchas incógnitas. El deterioro de casi 350 las huellas no han permitido dar con el número total de individuos que dejaron marcas en el suelo. Se estima que se trataba de un grupo de unos 6 o 7 individuos entre los que había un niño, al aparecer unas huellas de dimensiones más reducidas.
Las 51 huellas restantes no han sido suficiente para determinar la longitud de la zancada de los individuos, pero gracias a las nuevas tecnologías de mapeo 3D han conseguido dar una idea de los movimientos de estos individuos por la cueva, que ayuda a entender los hábitos de un homo-sapiens de ese tiempo.
La publicación de este estudio convierte al yacimiento de Ciur-Izbuc en las huellas más antiguas de de homo-sapiens encontrados en Europa, ya que hasta ahora no se habían sobrepasado los 33.000 años de antigüedad.
Yacimiento en una playa de Norfolk donde se encontraron varias huellas de 'homo-antecessor' hace unos meses (EFE)Yacimiento en una playa de Norfolk donde se encontraron varias huellas de 'homo-antecessor' hace unos meses (EFE)
Un logro que se puede comparar con otros similares, como el yacimiento de Engare Sero de Tanzania dónde en 2011 se encontraron unas huellas consideradas como las más antiguas de un homo-sapiens. Unos restos que databan, aproximadamente, de hace 120.000 años y que siguen pendientes de su estudio y posterior publicación.
En la misma situación se encuentra un yacimiento localizado en Norfolk, Reino Unido. En Febrero de 2014, un grupo de investigadores británicos determinó que unas huellas encontradas en una playa de Happisburgh podrían ser de un homo-antecessor y datar de más de 800.000 años. Lo que serían las huellas de humano más antiguas hasta la fecha.