AUNQUE APRUEBEN LOS TEST DE ESTRÉS
El BCE pide a los bancos 'sanos' reforzar su capital antes que volver a dar crédito
Los bancos no tienen toda la culpa de la lenta recuperación del crédito de la que se quejan las pymes. Las normas internacionales de solvencia, que han endurecido sus requisitos de capital, también impiden una mayor alegría. Y, por si fuera poco, el BCE está instando a las entidades a reforzar su balance antes de dar crédito. Y no sólo a las que vayan a tener problemas con los test de estrés, sino también a las que los van a aprobar sin problemas, según afirman varias fuentes del sector.
Según una de las fuentes consultadas, "el BCE nos pide permanentemente que reforcemos capital aunque vayamos a aprobar los test. No le importa tanto el crédito, no es su prioridad. Su prioridad es no arriesgarse a ningún susto como el del Espírito Santo una vez haya asumido la supervisión de los bancos de la zona euro".
Este mensaje se ha transmitido al sector a través de su patronal, la AEB. Y el banco central que preside Mario Draghi les sugiere que ese reforzamiento del capital se haga, bien mediante la "gestión de la inversión", bien con "medidas directas de capital". La primera de estas expresiones quiere decir precisamente que se reduzca el volumen de crédito –lo que incrementa la ratio de capital aunque no aumenten los fondos propios–, es decir, el famoso desapalancamiento. O al menos, que los préstamos que se concedan tengan poco consumo de capital, como los concedidos a Administraciones Públicas o a grandes empresas (tienen menos riesgo que los préstamos a particulares o a pymes).
Sede del BCE (Efe).Las "medidas directas de capital" se refieren, obviamente, a ampliaciones de capital. Pero también a otras emisiones que computan para los fondos propios, como los populares CoCos (convertibles contingentes), las 'nuevas preferentes' como las que iba a emitir Popular en julio, emisión que tuvo que suspender por el deterioro de los mercados. Asimismo, también se pueden recapitalizar mediante la venta de activos, una práctica que ha sido utilizada masivamente tanto por las entidades nacionalizadas –por imposición de Bruselas– como por las sanas: lo más habitual ha sido la venta de la plataforma de gestión inmobiliaria, aunque algunos, como el propio Popular, han vendido también el negocio de tarjetas.
El crédito seguirá sin arrancar
El problema es que, con esta prioridad, la recuperación del crédito tardará más en producirse. Según los últimos datos del Banco de España, el crédito total volvió a caer en junio un 0,9% interanual, una caída que esconde descensos mucho más acusados de los préstamos a empresas (-4,9%) y a familias (-4,5%), compensada parcialmente por un fuerte incremento del crédito a las Administraciones Públicas (+6,7%), que no consume capital puesto que se considera totalmente seguro.
Sede del BCE en Frankfurt (Efe).De hecho, como informó El Confidencial, el propio BCE asegura que en España no se están relajando los requisitos para conceder nuevos créditos, al contrario que en el resto de la zona euro. Y no por falta de demanda, puesto que esta sí ha registrado un fuerte incremento. Esta afirmación contradice la versión de las principales entidades, que en sus últimas presentaciones de resultados afirmaron que todas están incrementando la concesión de nuevo crédito.
Restoy ya lo adelantó
Este mensaje ya empezó a transmitirse hace meses desde el Banco de España. El subgobernador, Fernando Restoy, ya dijo públicamente en abril que "ante esta evolución esperada del marco regulatorio y supervisor, y con independencia de que sea previsible que el ejercicio de evaluación en curso resulte, en general, satisfactorio, es evidente que las entidades españolas no deben desaprovechar oportunidad alguna para reforzar su posición de recursos propios, ya sea mediante ganancias de eficiencia, retención de beneficios o mediante nuevas emisiones en los mercados de valores, a medida que la mejora observada en las condiciones financieras vaya consolidándose".
Pero ahora es el mismísimo BCE el que lo dice. Y ya no sugiere no desaprovechar oportunidades, sino que pide directamente al sector que lo haga. En todo caso, la supervisión única europea impondrá en España un modelo más europeo en el que lo importante son las ratios de capital, y las provisiones –en que se basa la supervisión actual– quedan en un lugar secundario.
Según una de las fuentes consultadas, "el BCE nos pide permanentemente que reforcemos capital aunque vayamos a aprobar los test. No le importa tanto el crédito, no es su prioridad. Su prioridad es no arriesgarse a ningún susto como el del Espírito Santo una vez haya asumido la supervisión de los bancos de la zona euro".
Este mensaje se ha transmitido al sector a través de su patronal, la AEB. Y el banco central que preside Mario Draghi les sugiere que ese reforzamiento del capital se haga, bien mediante la "gestión de la inversión", bien con "medidas directas de capital". La primera de estas expresiones quiere decir precisamente que se reduzca el volumen de crédito –lo que incrementa la ratio de capital aunque no aumenten los fondos propios–, es decir, el famoso desapalancamiento. O al menos, que los préstamos que se concedan tengan poco consumo de capital, como los concedidos a Administraciones Públicas o a grandes empresas (tienen menos riesgo que los préstamos a particulares o a pymes).
Sede del BCE (Efe).Las "medidas directas de capital" se refieren, obviamente, a ampliaciones de capital. Pero también a otras emisiones que computan para los fondos propios, como los populares CoCos (convertibles contingentes), las 'nuevas preferentes' como las que iba a emitir Popular en julio, emisión que tuvo que suspender por el deterioro de los mercados. Asimismo, también se pueden recapitalizar mediante la venta de activos, una práctica que ha sido utilizada masivamente tanto por las entidades nacionalizadas –por imposición de Bruselas– como por las sanas: lo más habitual ha sido la venta de la plataforma de gestión inmobiliaria, aunque algunos, como el propio Popular, han vendido también el negocio de tarjetas.
El crédito seguirá sin arrancar
El problema es que, con esta prioridad, la recuperación del crédito tardará más en producirse. Según los últimos datos del Banco de España, el crédito total volvió a caer en junio un 0,9% interanual, una caída que esconde descensos mucho más acusados de los préstamos a empresas (-4,9%) y a familias (-4,5%), compensada parcialmente por un fuerte incremento del crédito a las Administraciones Públicas (+6,7%), que no consume capital puesto que se considera totalmente seguro.
Sede del BCE en Frankfurt (Efe).De hecho, como informó El Confidencial, el propio BCE asegura que en España no se están relajando los requisitos para conceder nuevos créditos, al contrario que en el resto de la zona euro. Y no por falta de demanda, puesto que esta sí ha registrado un fuerte incremento. Esta afirmación contradice la versión de las principales entidades, que en sus últimas presentaciones de resultados afirmaron que todas están incrementando la concesión de nuevo crédito.
Restoy ya lo adelantó
Este mensaje ya empezó a transmitirse hace meses desde el Banco de España. El subgobernador, Fernando Restoy, ya dijo públicamente en abril que "ante esta evolución esperada del marco regulatorio y supervisor, y con independencia de que sea previsible que el ejercicio de evaluación en curso resulte, en general, satisfactorio, es evidente que las entidades españolas no deben desaprovechar oportunidad alguna para reforzar su posición de recursos propios, ya sea mediante ganancias de eficiencia, retención de beneficios o mediante nuevas emisiones en los mercados de valores, a medida que la mejora observada en las condiciones financieras vaya consolidándose".
Pero ahora es el mismísimo BCE el que lo dice. Y ya no sugiere no desaprovechar oportunidades, sino que pide directamente al sector que lo haga. En todo caso, la supervisión única europea impondrá en España un modelo más europeo en el que lo importante son las ratios de capital, y las provisiones –en que se basa la supervisión actual– quedan en un lugar secundario.
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