Aena: ¿Interesa al inversor minorista?
Cristina Vallejo
Los expertos discrepan: algunos esperan una buena evolución en los primeros compases de su andadura en el parqué, pero no a medio plazo; otros, que sólo a largo plazo será rentable; un tercer grupo, que el gestor aeroportuario será una buena opción para
Quedan apenas semanas para que Aena salga a bolsa. Sigue, de esta manera, el proceso de desmantelamiento del sector público español que se aceleró en los años noventa. Y, además, con la privatización más importante de los últimos 16 años. Aún quedan los pasos definitivos, de todas maneras. Aunque ya tenemos muchos detalles de la operación. Por ejemplo, que el Estado venderá el 49 por ciento y el 21 por ciento se quedará en manos de un pequeño grupo de accionistas, entre dos y cuatro, que elegirá el Estado, por lo que la oferta pública de venta será pequeña, de un 28 por ciento. Los inversores minoristas tendrán su propio tramo. Ésta es la principal novedad, puesto que no había una privatización con una porción de acciones para los pequeños inversores desde la de Iberia, en 2001.
También hay información sobre el precio. Aunque sólo sea para el núcleo duro, da pistas respecto al valor al que la compañía saldrá a Bolsa. Es un primer sondeo. Porque, a la hora de elegir a los accionistas de referencia, tendrá un peso muy importante el precio máximo que declaren estar dispuestos a pagar. Da puntos para optar a quedarse con una parte del pastel. No se aceptarán ofertas por debajo de los 22,67 euros. Entre 34,33 euros y por encima de los 81 euros, las solicitudes de los aspirantes en formar parte del núcleo duro ganarán puntos. En términos de valoración de la compañía, esos 22,67 euros corresponden a unos 3.400 millones de euros. Los 34,33 euros, a unos 5.100 millones. Los 81 euros, a más de 12.000.
4.000 millones
El suelo de valoración, al parecer, se ha situado en los 4.000 millones de euros y AENA parece que quiere que su valoración definitiva ronde los 5.000 millones de euros. De salir con una capitalización de 4.000 millones y sumando su deuda, su valor de empresa sería de 11.400 millones. Ello implicaría cotizar a 9,6 veces su beneficio bruto de explotación, por debajo de las cifras de Fraport (10 veces) o ADP (11 veces). Hablamos del ratio valor de empresa sobre ebitda (EV/Ebitda).
El precio es una de las condiciones más importantes para poder entrar en el núcleo duro de la compañía. Pero también la fortaleza de los susceptibles en convertirse en socios para que su inversión tenga vocación de permanencia. Ésta, sin duda, puede convertirse en una gran garantía para los inversores minoristas, puesto que limitaría la posibilidad de salida de papel y, por tanto, de caída de la acción. Pero, ¿de verdad es interesante esta oferta pública de venta para los particulares?
Hay opiniones discrepantes. Así, Ignacio Cantos, de Atl Capital, comenta que un gestor de aeropuertos puede ser rentable, porque tiene un negocio recurrente: «Es como un Enagás, pero en el sector aeroportuarios. Sirve para las carteras defensivas. Pero hay que tener en cuenta que tiene un crecimiento limitado, a no ser que quiera diversificarse internacionalmente». En cuanto a la valoración, considera que, más que hablar en términos de EV/Ebitda o de per (precio entre beneficio), lo que tendría que analizarse para decidir acudir, o no, es la tir, es decir, la rentabilidad de los ingresos, que debería ser de al menos un 7 por ciento. «Me gustaría que fuera de dos dígitos, pero probablemente no se llegará a tanto», afirma este experto.
Llegar a ese punto puede facilitarlo la posible remuneración al accionista. El presidente de la compañía, José Manuel Vargas, ha afirmado que la rentabilidad por dividendo oscilará entre el 3 y el 5 por ciento.
Inconvenientes
Hay otros analistas más pesimistas. Por ejemplo, Javier Flores, de Asinver, que comenta dos inconvenientes de esta operación. En primer lugar, que mantiene una presencia mayoritaria del Estado tanto en el capital como en la toma de decisiones. Por eso, este experto considera que la operación se parece más a un proceso de licitación que se realiza para captar liquidez que a una oferta pública de venta. Además, cree que los inversores institucionales pueden tener unos intereses particulares que colisionen con los de los minoristas. Se refiere a que esos socios pueden buscar crecer en negocios accesorios a los aeroportuarios. Y, también a que, seguramente, quienes se postulan como futuros principales accionistas de la compañía ya tienen importantes relaciones con el Estado por ser su principal cliente. De esta manera, las decisiones se seguirán tomando de acuerdo con criterios políticos, lo que sacrificará los intereses económicos que son los que motivan una inversión bursátil.
Pese a todo, Flores cree que, a corto plazo, la operación será un éxito. «La salida a bolsa se publicitará muchísimo y la demanda superará a la oferta en la OPV, lo que va a provocar que suba a corto plazo», comenta este analista. Pero, dados los inconvenientes señalados con anterioridad, dice que los inversores particulares han de acudir a la oferta, no con vocación de permanencia, sino con espíritu oportunista. De hecho, cree que hay otras oportunidades más interesantes para aprovechar la mejoría del sector que van desde otros gestores de aeropuertos que cotizan en otras bolsas, además de las aerolíneas o los fabricantes de aviones.
También detecta otra fuente de oportunidades en las compañías cotizadas que acudan a la oferta.
Javier Urones, de XTB, tampoco ve con buenos ojos la oferta. A diferencia de Flores, cree que la oferta pública de venta no va a tener demasiada demanda. Tampoco por parte de los minoristas. Quizás les espante lo mal que está yendo eDreams en bolsa desde su debut. Pero eso no quita para que reconozca que las perspectivas de la compañía a medio plazo son positivas. Este momento no deja de ser el peor del ciclo para un grupo de sus características. A partir de aquí, sólo queda recuperar. Aunque Aena ya acumula diez meses consecutivos en crecimiento de pasajeros. De hecho, en los últimos ejercicios, sus cuentas han mejorado. Así, en 2013 transportó a 187,4 millones de pasajeros, una cifra récord. Además, entre 2011 y 2013 ha duplicado su resultado bruto de explotación hasta los 1.610 millones. Y entró en rentabilidad por primera vez, con un beneficio neto de 597 millones de euros el año pasado, después de haber recortado el gasto corriente en 255 millones.
Como consecuencia de la reducida demanda que va a concitar, cree que el precio de salida no va a ser muy elevado. Pero no por ello aconseja a los inversores que compren. Porque, dice, es muy peligroso entrar en una compañía sin historial. No se sabe si la demanda, de ser importante al principio, se va a mantener. Y tampoco hay referencias de precios. En definitiva, «desaconsejamos a los inversores noveles que entren en el valor al principio; después, cuando ya tengamos referencias de niveles, cuando haya acumulado un mínimo historial, ya sí se podría plantear la entrada», explica Urones.
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