La construcción está ubicada a unos
13 kilómetros al noroeste del Mar de Galilea, y tiene unas dimensiones considerables, con una longitud de unos 150 metros y un volumen de 14.000 metros cúbicos. Los
restos de cerámica encontrados
en las excavaciones cercanas están fechadas entre los años e 3050 y 2650 antes de Cristo, por lo que el monumento podría tener una antigüedad superior a las pirámides de Egipto o a
la estructura de Stonehenge.
Los arqueólogos pensaron inicialmente que este monumento formaba parte de
la muralla de una ciudad, pero recientes trabajos realizados por Ido Wachtel, investigador de la
Universidad Hebrea de Jerusalén, indican que no ha existido ninguna ciudad en sus inmediaciones y que la estructura es un
monumento permanente, según recoge la revista
Live Science.
Debido a su forma, de media luna, se cree que servía para ofrecer culto al dios de la antigua Mesopotamia «Sin».
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