Las ganancias de competitividad vía devaluación salarial -la columna vertebral de la política económica del Gobierno- no ha salido gratis. Al menos, para la Seguridad Social, que ha sufrido un fuerte deterioro de sus ingresos porcotizaciones sociales. No se trata de una cantidad irrelevante. En concreto, un mínimo de 15.000 millones de euros, lo que supone el 1,5% del producto interior bruto (PIB) entre 2012 y 2015.
Esta merma de ingresos, según la Autoridad Fiscal Independiente (Airef), es consecuencia tanto de la devaluación salarial como de la contención de los precios que se ha producido en el contexto de la globalización al aumentar de forma drástica la oferta de bienes y servicios.
La Airef entiende que este proceso de “reequilibrio” ha supuesto, en el corto plazo, “una penalización tanto por la vía de caídas en ingresos derivadas de una menor actividad como por unos mayores gastos asociados esencialmente aldeterioro del mercado laboral”. Y la Seguridad Social, además de la Hacienda pública, ha sido la administración que más ha sufrido este fenómeno. Fundamentalmente, a través de dos vías: cantidades (evolución del empleo) y precios (dinámica de los salarios). El estudio no tiene en cuenta, sin embargo, el efecto que ha tenido la devaluación salarial sobre la creación de empleo derivada de la mejora de competitividad (aumento de las exportaciones).
La conclusión que saca el estudio es que la débil evolución de los precios y salarios ha implicado “una disminución de ingresos cercana a los 15.000 millones de euros, junto con unos mayores gastos por prestaciones pordesempleo de alrededor de 5.000 millones de euros, que moderan el impacto en términos del déficit de los fondos de la Seguridad”.
El informe de la Autoridad Fiscal es especialmente relevante en unos momentos en que la Seguridad Social atraviesa serios problemas, como lo demuestra el hecho de que en 2016, según sus cálculos, el sistema público deprotección social tendrá un déficit equivalente al 1% del PIB. Esta estimación (unos 10.000 millones de euros) triplica las previsiones del Gobierno, que en el último Programa de Estabilidad había reflejado un 0,3%.
La Airef entiende que el punto de partida es adverso. Ya este año los ingresos crecerán bastante menos que los gastos. Frente al 10,8% previsto por el Gobierno, sostienen los técnicos del organismo dirigido por José Luis Escrivá, apenas se alcanzará un máximo del 2,7% en relación a las cotizaciones sociales.
Este desfase entre ingresos y pagos se explica fundamentalmente por cuatro factores: la menor recaudación por las cuotas de los parados (al finalizar las prestaciones y crearse más empleo); las exenciones en el pago de cuotas (tarifas planas y otras bonificaciones); que las bases de cotización están creciendo de forma “muy moderada”, y, por último, el escaso impacto recaudatorio que han tenido los recientes cambios en la gestión de la tesorería.
Merma de recaudación
El propio Gobierno ha cuantificado esta merma de ingresos. En el proyecto de Ley de Presupuestos se estima que el impacto de las reducciones que se aplican a las cotizaciones equivaldrán el año próximo al 0,19% del PIB, frente al 0,14% en 2015, como consecuencia del efecto de las tarifas planas y la exención de cotizar por los primeros 500 euros en los nuevos contratos de trabajo de carácter indefinido.
Las cifras que ayer publicó la propia Seguridad Social en relación a la ejecución presupuestaria hasta agosto dan la razón a la Autoridad Fiscal. El déficit acumulado durante los ocho primeros meses del año alcanza ya los 3.266 millones de euros, pero teniendo en cuenta únicamente el desequilibrio del sistema contributivo asciende a 5.077 millones.
Estos déficits son consecuencia del hecho de que mientras los ingresos por cotizaciones crecen a un ritmo del 0,37%, los gastos aumentan un 2,3%. O un 3,4% si solo se tienen en cuenta las pensiones y las prestaciones contributivas.
¿Qué significa esto? Pues que es muy probable que el año próximo (con un crecimiento del empleo superior al 3%) la Seguridad Social no pueda cumplir las previsiones. El Gobierno prevé un crecimiento del 6,7% de los ingresos respecto del presupuesto inicial de 2015, y de más del 15% respecto de la previsión de liquidación realizada por la propia Autoridad Fiscal. En su opinión, este crecimiento “no está en línea con el crecimiento de las cotizaciones previsto en el Plan Presupuestario presentado para 2015-2016 que estima un crecimiento del 1,8% en 2015 y del 3,9% en 2016”.
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