Ayer se reanudó el programa de visitas a la torre gótica para los abonados de la Catedral de Oviedo, que disfrutaron de la belleza del templo y de las vistas más privilegiadas a la ciudad, rendida ante San Salvador. El único pero es que este año, por el estado de conservación del campanario, los visitantes no pueden ascender hasta el pináculo. Precisa de trabajos de restauración y las medidas de seguridad así lo imponen.
Las visitas, con guía, se complementan con explicaciones de la construcción de la torre, de estilo gótico y renacentista cuyos trabajos se iniciaron a comienzos del siglo XVI bajo la dirección de Rodrigo Gil de Hontañón con planos de Juan de Badajoz y se finalizó en 1587. Así, sustituyó a la torre vieja de San Miguel, construida a comienzos del siglo XII es de estilo románico y planta cuadrangular.
Con una altura de 80 metros está dividida en cinco cuerpos que van disminuyendo en tamaño según se asciende. La torre se inicia integrada al pórtico sobre los cuatro pilares que forman la arcada. Se remata con un templete formado por torres cilíndricas que finalizan en la flecha del pináculo. Para la tradición católica, la torre tiene el símbolo de atalaya, desde la que se vigila y de escalera a través de la cual se asciende. En la torre los visitantes podrán encontrar un reloj en el segundo piso y, en el último el escudo del obispo de Oviedo Cristóbal Rojas Sandoval, que ostentaba el cargo a la finalización de la torre. En cada sección se admiran una ventana con mainel que sostienen trenzados ojivales de piedra.
Las siguientes fechas en las que los socios podrán contemplar Oviedo desde los cielos serán los próximos viernes 15 y 16 de este mes y también en viernes, pero en enero, los días 12, 19 y 16. Todas las visitas serán en dos turnos, a las 16 y 17 horas. Quién sabe, quizás desde las alturas recuerden al Magistral Fermín de Pas o divisen a Ana Ozores o algún trasunto moderno del exregente Quintanar caminando bajo la lluvia.
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