Mucho antes de que los franceses se colgasen los chalecos reflectantes para reivindicar un cambio social, en Arcos de la Frontera(Cádiz) ya los enarbolaban para protestar contra el paro que arrasaba en la ciudad. La crisis del ladrillo derrumbó las cifras de empleo que durante la burbuja se nutrieron de la construcción de tejas, dejando de lado los aparatos de labranza. En 2012, uno de cada dos arcenses no tenía trabajo, una cifra que ahora ha bajado al 36%, pero que es engañosa, porque muchos se han marchado en busca de un futuro mejor, o malviven en la economía sumergida, vendiendo tabaco de contrabando, elaborando champú para venderlo, o haciendo rifas con los caracoles que recogen.
Solo cuando la cita con las urnas se acerca la cosa cambia un poco: "Siempre que se acercan las elecciones hay algo más de trabajo. De repente te encuentras en la calle principal con un montón de obras o gente limpiando. Todo trabajo del ayuntamiento. Es una forma que tienen de engañarnos antes de las elecciones, pensar que está la cosa mejor… Y luego a bajar otra vez, hasta que pasan otros cuatro años", explica José Manuel Bautista, presidente de la asociación de desempleados Rafael Pérez del Álamo que se formó tras las protestas por la falta de trabajo en la ciudad. Desde entonces, lamentan, no han visto ningún cambio, sea cual sea el color que haya ido tomando el ayuntamiento.
No entran a valorar los resultados del pasado domingo por que evitan politizarse en uno u otro sentido. Y también, porque a la hora de la verdad, creen que todos son iguales. "Se preocupan de la cabalgata de reyes, de cosas populistas, pero no del trabajo que es lo que realmente hace falta y lo que nos quitaría los problemas", explica Manuel Temblador, también miembro de la asociación, que como muchos de sus vecinos trabaja en verano en las Islas Baleares y con ese dinero intenta tirar todo el año. "Para que veas, aquí se han hecho cursos de albañilería en plena crisis del ladrillo, el colmo", añade Bautista.
Para que veas, aquí se han hecho cursos de albañilería en plena crisis del ladrillo, el colmo
Arcos de la Frontera es una de las puntas del triángulo del paro que recorre Cádiz. Lo completan Chipiona por un lado, y Barbate y Véjer de la Frontera en la parte oriental. En las tres las cifras de abstención rondan el 50%. Es decir, uno de cada dos votantes ni siquiera acudió al colegio electoral. En Arcos, Ciudadanos ha irrumpido con fuerza, pasando del 6 al 19% del electorado, una tónica que se ha repetido en toda la provincia, donde han arrebatando el segundo puesto al Partido Popular.
"Hay una respuesta muy clara y es el hartazgo del gaditano a la Junta de Andalucía. La provincia está en los niveles más altos de desempleo, de economía sumergida o de consumo de droga, y la gente se ha ido desgastando", considera Sergio Romero, diputado de Ciudadanos por Cádiz en el parlamento andaluz.
A pesar del descalabro de la izquierda, en la calle es complicado encontrar voces que reconozcan abiertamente haber votado a un partido de derechas. Mari Nieves e Inma, por ejemplo, han votado en blanco, sobre todo por la situación de la sanidad, una de las quejas que más se repiten entre los desencantados con Susana Díaz. "Los de aquí llamamos a Arcos el pueblo fantasma, no hay ambiente, no hay trabajo, no hay nada, y eso no lo arreglan ni uno ni otros", cuenta Mari Nieves a la puerta de su floristería.
De quien sí se habla es de Vox. 1.200 vecinos les han votado de los casi 13.000 votantes que hay en el municipio, aunque no se explican cómo. "Se lo han llevado regalado, porque no ha habido ni campaña ni apoderados ni nada", sigue Manuel. "Y por el discurso antiinmigración no puede ser, ¿qué trabajo nos van a quitar, si no hay?".
Chipiona y el desgaste de la izquierda
En una de las glorietas que sirven de entrada a Chipiona, un descolorido cartel de izquierda unida da la bienvenida al conductor. Con el logo antiguo, y un Alberto Garzón pálido por el sol, la estampa es el ejemplo perfecto del desgaste de la izquierda. Del 15% que consiguieron en 2011, bajaron al 9% en 2015. Ahora, han llegado al 15%, pero solo gracias a la suma de Podemos con Adelante Andalucía.
En el bar que está bajo la sede del partido que lidera Antonio Maíllo, no se vota a los vecinos. Nazaret, la camarera reconoce ser votante socialista "de siempre" y estar contenta con la gestión que hacen a nivel municipal. "Pero ahora creo que iremos a peor. Peor todavía de lo que estamos", se sincera desde el otro lado de la barra. Una contradicción que se repite a menudo en este pueblo. Muchos, ni siquiera han votado —la abstención el pasado domingo llegó al 46%—, y otros tantos dicen haber elegido a los socialistas por inercia, a pesar de que el paro golpea con un 37%.
"El empleo en Chipiona es muy estacional, y así, como empresarios, es muy difícil mantener los puestos. A eso hay que sumar los costes de la Seguridad Social, que hacen complicado que muchos salgan adelante si no es malviviendo", explica Sebastián Tirado, presidente de ACITUR, la asociación de empresarios local. A nivel personal, este experto en Rocío Jurado es el claro ejemplo de la deriva ideológica andaluza. Criado en el barrio obrero de Las Casitas, fue impulsor del partido comunista local, militó después 20 años en el partido andalucista yahora siente simpatía por el partido de Albert Rivera. Sin embargo, reconoce que el único que les ha escuchado últimamente es el líder del Partido Popular andaluz, Juanma Moreno. "El PSOE no ha valorado Andalucía. El que pierde el bastón de mando se pone las pilas, pero como aquí siempre han estado los mismos, no lo han hecho. Es difícil comparar si otro lo hubiera hecho mejor, pero es esperanzador que haya un cambio. Hay que ver lo que hacen ahora".
Sentado en una de las terrazas abarrotadas por el festivo, reflexiona sobre la situación de su comunidad. "Somos la última región de la Unión Europea en muchos índices, y todavía no hemos superado el lastre del señorito andaluz ni de que no queremos trabajar. Y la sociedad no es más que un reflejo de los políticos que hemos tenido, que no han sabido aprovechar el potencial que hay aquí durante casi 40 años", dice a título personal. Como asociación, reclama que "la tarta del turismo" se reparta potenciando la economía que sí han desarrollado Barcelona, Málaga o, más cerca, Jerez de la Frontera, sobre todo para dar cabida a los jóvenes. "Tenemos la generación más preparada, pero no hemos sabido incorporarla al empleo", reflexiona.
Laura Seco, dirigente popular en la zona de Cádiz, explica el hundimiento socialista en la región por el "desapego de los ciudadanos". "El PSOE está desgastado, tanto el proyecto como las personas que lo representan. Tendrán que renovarse o morir. Llama la atención que el PSOE pidiese mejoras en sanidad y educación durante las elecciones y en 40 años no las ha puesto en marcha", explica. Su partido también ha caído en estas elecciones a nivel provincial, de un 24 a un 17%, con un sorpaso del partido naranja. Estos últimos prometen que, si llegan a entrar en el gobierno, intentarán bajar los impuestos y reducir la burocracia para fomentar el empleo. "Si a un autónomo le das las condiciones adecuadas, está claro que va a querer trabajar de manera legal", explica el diputado Romero, sobre la economía sumergida que plaga la región.
Llama la atención que el PSOE pidiese mejoras en sanidad y educación y en 40 años no las haya puesto en marcha
Barbate, Véjer y el turismo que no llega
En la estampa de casas bajas y paredes blancas típicas de la costa andaluza, contrasta un árbol artificial gigante. La asociación de vecinos del barrio céntrico está colocando estos días las luces que ambientarán las próximas semanas el barrio pesquero. Y la verdad es que de política se habla más bien poco.
"No creo que los resultados en las autonómicas vayan a interferir mucho en Barbate. Hemos tenido gobiernos de todos los colores, y siempre ha habido corrupción", explica Arturo Cepero, presidente de la asociación. "Antes se llenaban los barcos pesqueros con veintipico personas, en los 60 fue un pueblo muy rico, pero ahora no llegan a subir ni a 16, y eso se nota. Se ha perdido mucha pesca ya no sale rentable y se van a otros sitios". Como en el resto de pueblos necesitados de empleo, en este pueblo el clientelismo también ha campado a sus anchas, asegura, durante décadas: "En mi caso, por ejemplo, no he trabajado en los ochos años que ha estado el PSOE gobernando porque solo beneficiaban a los suyos y no había ni bolsa de empleo. Y, aun así, siempre vuelven a gobernar".
Pepi, sin embargo, ya no les vota. En las locales siempre ha elegido la papeleta socialista, pero este año, para las autonómicas, se ha decantado por Vox, sobre todo por su discurso contra la inmigración. "A ver si alguno levanta esto, porque Barbate ha estado muy dejado de la Junta de Andalucía. No hay infraestructura y del turismo solo no se puede vivir".
Aquí mandaba el PSOE, y a nivel nacional el PP, pero si gobierna en los dos el mismo partido espero que se note en algo
A doce kilómetros de allí, en Véjer de la Frontera, el turismo sí se hace notar en pleno puente de diciembre. Francisco descarga las bebidas para surtir a los pequeños comercios de la zona, la principal economía del pueblo con un 37% de paro. "Estoy contento con los resultados, espero que sea mejor para Andalucía. Aquí lo que pasaba es que mandaba el PSOE, y a nivel nacional el PP, pero si gobierna en los dos el mismo partido espero que se note en algo".
María Oliva es presidenta de la asociación de comerciantes chipioneros, ACOVE, y simpatizante del Partido Popular. "En Andalucía se ha gestionado muy mal el dinero, y el caso más claro son los cursos de formación. Se ha enfocado todo al turismo, pero ni eso se ha hecho bien, la gente se tiene que ir fuera a trabajar. Por ejemplo, todos los camareros de Zahara de los Atunes son de Véjer". En este pueblo de casas blancas y cuestas empinadas, el bastón de mando municipal lo tiene el popular José Ortiz, cabeza de lista por Cádiz. Ha asegurado que no dejaría la alcaldía si conseguía un asiento en el parlamento, aunque no está claro que sea legal. También fue imputado en 2015 por malversación de fondos en las obras del teatro local junto a su predecesor socialista. Ambos cargos se volvieron a presentar en las últimas municipales. "Al final, todos son iguales", reflexionan dos jubilados desde una terraza del pueblo mientras ven pasar a los turistas. "Mientras el pueblo vaya igual, me da igual quién gobierne".
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